He's a good boy [OS] KookTae

Único

Bien, eso era jodidamente...extraño.

Es decir, Jungkook a lo largo de su vida había visto y leído muchas cosas raras, como por ejemplo que los caballos no podían vomitar.

Sorprendente ¿No?

Pero lo que estaba viendo era incluso todavía más raro.

Poniéndonos en contexto, Jungkook se encontraba afuera de su casa iluminado solamente por los postes de luz que hay en la calle, sus hyungs iban a pasar a recogerlo para ir a una fiesta de sus nuevos amigos universitarios aprovechando que sus padres salieron por un viaje de negocios, cuando de pronto ve movimiento detrás de la cortina de la ventana de su vecino.

Kim Taehyung.

Compartían algunas clases juntos, más nunca se hablaron más de lo necesario, los dos eran muy diferentes. Kim era -para el gusto de Jeon- demasiado formal y correcto, tratando de usted a cualquier persona que no conozca, incluso a los de su misma edad, en clase no hablaba más que para contestar las preguntas que el profesor hacía respecto al tema, siempre se sentaba al frente y era el primero en llegar. Kim Taehyung era el tipo de alumno que sacaba 10 en todos los exámenes, iba a los concursos representando a la escuela, entregaba todos los deberes y en su tiempo entre clases leía un libro en la biblioteca.

Demasiado perfecto.

Perfectamente aburrido.

Kim Taehyung nunca había tenido pareja, y podía jurar que ni su primer beso había dado, siempre rechazaba los planes que hacían sus compañeros, no iba al cine, no iba de fiesta ni a tomar algo por ahí.

Supone también que eso era una de las razones por las que Kim seguía soltero.

No tenía tiempo para tener un novio.

Su vida se resumía en solo una palabra: estudiar.

Por eso se le hace un poco extraño ver como Taehyung abre la ventana de su habitación muy delicadamente, como si no quisiera hacer ningún tipo de ruido, por lo poco que el azabache puede ver, el castaño viste una playera sencilla debajo de una chaqueta, unos pantalones vaqueros y un bucket hat.

Sin duda, su pijama era rara.

Vale, no había que ser adivino para saber que el chico se estaba escapando de casa.

Pero nuevamente, era muy raro.

No apartó la vista por simple curiosidad, este era un hecho que quedaría grabado en la historia. Vio como el más bajo regresó su mirada al interior de la habitación al mismo tiempo que pasaba una de sus piernas por la ventana, después hizo lo mismo con su cabeza sosteniéndose del borde para finalmente conseguir poner sus dos pies en el tejado de lo que era la entrada de su casa, caminó lentamente por ella, para seguidamente lanzarse al enorme árbol que se encontraba enfrente, con ayuda de las ramas fue descendiendo hasta pegar un salto que puso sus pies en la tierra.