Uno

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Aideen Brown

-ahora hinquemonos y oremos por el señor.

"Tienes que ir Aideen, entiende"

Mi madre me mandó aquí.
De hecho no creo que alguien venga aquí por su cuenta.

"Creer en Dios es esperar a que se abran las puertas de las oportunidades"- Internado "Última Esperanza".

-Ahora levántense y dediquen su esfuerzo al cielo.

Todos nos levantamos incómodos y agradecidos de no tener que estar con las rodillas en ese duro y frío piso de la capilla.
Después los que estaban ya en uniforme salieron sin esperar a nadie, aunque algunos parecían de la misma edad, se separaban en tres grupos según la ropa.
Unos iban de gris y blanco, otros de rojo y gris y por último unos de rojo y negro.
Se me hizo algo extraño eso, luego salieron en orden y en silencio.

-Los nuevos.- dijo una señora que se veía muy refinada y elegante que se acercaba a nosotros.- los nombrare de uno en uno, cuando escuchen su nombre hagan una fila de hombres y otra de mujeres en la entrada.

Empezó a decir varios nombres, y todos fueron a formarse, me prepare para estar lista al momento que me llamarán.
Todos a mi alrededor se veían incómodos e igual de listos por ir cuando los llamaran como yo.
Mire la puerta y note que ya había varios chicos ahí, realmente solo se veían algo "rebeldes" para la vista de las personas que trabajan aquí.
Nombraron otros chicos y cada vez había menos a mí alrededor.

-Bueno ahora avancen con los maestros chicos.- anuncio la señorita con la lista.- es infierno así que asegurence de mantener sus ojos en ellos.

Yo incline la cabeza, ¿Infierno? ¿A qué se refieren? ¿Por qué ellos son infierno?

-continuare con la lista, los que nombre formense y mantengan el orden.

Empezó a decir nombres de nuevo sin ningún tipo de orden, está vez me tense por completo, hace un tiempo dijo infierno y eso no podía calmarme.

-Aideen Brown.- anuncio y me dirigí rápidamente a formarme, me puse detrás de una chica que parecía tener el cabello interminable bien sujeto en una trenza.

Me puse derecha tratando de estar tranquila pero no podía evitar mover los pies al menos un poco, de vez en cuando acariciaba el tirante de mi mochila o me quitaba mi cabello rubio del rostro.
Seguían y seguían nombrando chicos al azar con nombres extraños o apellidos aún más raros de otros lugares.

-Ahora avancen, los maestros darán más instrucciones.- hizo una pequeña pausa en la que pasó la lista brevemente como lo hizo con el anterior grupo.- es Purgatorio así que asegurence de mantenerlos tranquilos.

Yo miré atrás a ver a esa señora una última vez, La cual regreso la mirada a la lista.

-felicidades, ustedes son Cielo chicos.

Después nos alejamos lo suficiente como para que no pudiera oirla.
Mire al frente y tal como antes mire los edificios donde me vinieron a inscribir, ahí estaba la oficina y todos los papeles, después bi como partía un autobús.

"Supongo que tiene el dinero suficiente como para rentarse un maldito autobús"

Pero los maestros no nos formaron para tomarlo y pasamos a lado, ignorando el autobús.

-Oiga, maestro.- comento un chico de algún lugar de la fila.- ¿No tomaremos el autobús?

Se escucharon unos murmullos leves e inentendibles.

-Pronto entenderán como funcionan las cosas aquí.- contesto uno de los maestros más serios.

Seguimos caminando y atravesamos lugares llenos de plantas lo cual me hizo relajarme bastante.
Después ví un puente y como si fuera un cruce de caminos al lado contrario había un túnel muy oscuro, a su vez del otro lado había un túnel pero con cristales relucientes a su al rededor.
Luego nosotros tomamos  el puente de y cuando se acababa note que había un pequeño letrero.

Asesinos De DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora