La mañana había comenzado y Kaya Evans se levantó apenas sonó su alarma. Somnolienta, miró alrededor de su habitación y tapó sus ojos, tratando de bloquear los primeros rayos del sol otoñal que entraban con intensidad por la ventana. Tomó su teléfono celular de la mesa de luz y fue directo hacia la aplicación de Spotify para reproducir su lista de música clásica.
Sabiendo que sería un día ajetreado, comenzó a prepararse; jeans, botas y una camiseta manga larga, eran los elegidos para comenzar el día.
Luego de vestirse, se dirigió hacia el espejo de cuerpo completo que colgaba en su pared. Inclinó su esbelto cuerpo hacia adelante, haciendo que su cabello la acompañe al compás de la música que sonaba en la habitación.
Mientras se miraba en el espejo, comenzó a peinar la maraña de cabellos que se había hecho durante la noche, dándole forma a las ondas rojo fuego que llovieron sobre su espalda, y comenzó a armar cuidadosamente el rodete que le exigían la academia.
Antes de salir de su habitación tomó el bolso con su ropa de ballet y fue hacia la habitación de al lado, donde su hermano Shawn se encontraba durmiendo.
Al asomarse y verlo acostado boca abajo, con las sábanas apenas cubriendo sus piernas y con manchas de pintura decorando todo su cuerpo; fue claro para ella que se había quedado trabajando en un nuevo cuadro hasta muy tarde.
Curiosa por ver su nueva obra se adentra en la habitación, pero al recorrerla con la mirada se sobresalta al encontrarse con algo no muy agradable para ella: el trasero desnudo de Shawn expuesto por el movimiento inesperado de su cuerpo, que dejó la sábana a medio caer.
Apenas conteniendo la exclamación de disgusto, llevó sus manos hacia arriba para tapar sus ojos y salió de manera apresurada de la habitación.
Cuando se dirige hacia las escaleras y comienza a descender, escucha sonidos viniendo desde la cocina. Al llegar allí, se encuentra con sus padres, Charlotte y James; quienes estaban tomando café, mientras iban y venían preparándose para el trabajo. Ambos eran médicos y dueños de una clínica privada muy reconocida en la ciudad, al igual que ellos.
—¿Y tu hermano? —preguntó su madre al ver a Kaya—. Seguro sigue durmiendo como siempre —continuó, frunciendo el ceño.
—Estuvo trabajando hasta tarde —respondió Kaya, sin darle demasiada importancia.
—Si a eso se le llama trabajar... —expresó de manera desdeñosa.
Con una respiración profunda, Kaya prefirió ignorar los comentarios maliciosos de su madre, los cuales ya eran moneda corriente en su día a día, para no entrar en una discusión. El silencio se apoderó de la habitación, mientras Kaya se dio la vuelta, dejando de escuchar a su madre, para seguir con su rutina.
Pocos minutos después, sus padres salieron hacia su trabajo sin decir adiós, algo que a ella ya no le sorprendía, puesto que la falta de comunicación entre ellos se había convertido en algo normal.
Luego de la partida de sus padres, Kaya al fin sintió que podía relajarse y comenzó a prepararse el desayuno. Concentrada en su tarea, se sobresaltó al escuchar el ruido de su hermano entrando en la cocina y sin necesidad de mediar palabra, comenzó a preparar una taza extra de café. Con todo listo, Shawn la ayudó a llevar la comida a la mesa y se sentaron a disfrutar de su desayuno.
—¿Y eso? —preguntó Kaya con curiosidad, luego de haber dado una mordida a su tostada.
—¿Qué cosa? —respondió Shawn desconcertado.
—Vamos Shawn, no te hagas el tonto —dijo de manera burlona.
—De verdad no tengo idea de lo que estás hablando.
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Secrets of Blood
ParanormalDurante toda su vida, lo más importante para Kaya Evans ha sido convertirse en una bailarina y su relación con su hermano, Shawn. Pero, cuando una situación peligrosa e inesperada destapa una verdad sobre sí misma, los secretos sobre su origen comie...