Al momento de despertar sintió un leve mareo y este la obligó a quedarse acostada por un momento. Cuando por fin pudo sentarse notó que aunque seguía en el mismo lugar, el prado no era igual, pues vio unas pequeñas rosas, aún cerradas en sus capullos, aún el cielo estaba oscuro y la luna permanecía en diferente posición, ella volvió a tirarse tras su espalda.
- Me haces sentir segura. -Susurró y dejó escapar una sonrisa, solo la luna hacía que ella sonriera y que lo hiciera de verdad; Ella la hacía feliz. En las noches cuando hablaban o cuando simplemente se miraban ella se sentía feliz. Es que no importaba lo que sucediera con ellas, porque todo lo que tenía que ver con la luna era mágico. La luna en respuesta de esto dejó escapar a una estrella fugaz desde su dirección hasta el horizonte y los capullos los dejó abrir a pesar que aún no hubiese amanecido...
La noche desapareció y el día se hizo cargo de ella.Estaba tan cerca, tanto que pudo haberla sentido, su piel estaba erizada y su estómago se sonrojaba con la mera idea de que estaba frente al gran amor de su existencia, la tierra se veía tan distante, al igual que todas las personas que algún día la hicieron sentir mal. Salía de la nave y a medida de esto la luna se tornaba rojiza, fue entonces cuando se dio cuenta que lo más deseado de su vida se hacía realidad.
- ¿Taylor? ¿Cariño, estás bien? -Preguntó su maestra, era la tercera vez que la llamaba.
Ella estaba metida en su pequeña imaginación no queriendo salir nunca, su maestra le preguntaba a cerca de la tarea de idiomas que había dejado. - Sí, maestra. -Afirmó inmediatamente mientras levantaba sus labios brindándole una sonrisa amable.
- Investigué un poco más porque no entendía bien. -Dijo al mismo tiempo de entregarle su cuaderno a la profesora.
Su maestra sonrió, y cuando revisó su tarea le dejó una nota al final de la hoja, citándola a quedarse cuando sonara la campana. Alrededor de unos 20 minutos más tarde, sonó. Taylor, se levantó y recogió sus cosas para meterlas a su mochila y cuando la mayoría había salido, se dirigió hacia el frente del escritorio de la maestra.- Cariño, dime ¿Sucede algo?
Taylor miró extrañada a su maestra y permaneció en silencio.
- He visto que llevas algunas clases distraída. Mantienes tu rendimiento y cumples con tus deberes, pero me preocupa que no estés tan activa aquí. ¿Pasa algo de lo que quizá quieras hablar? - Le decía mientras se levantaba de su escritorio.
- Lo siento. He estado un poco confundida con algunas de mis emociones, supongo. No sé qué sentir en relación al amor, ya sabes... problemas comunes en nosotros los adolescentes.
- Está bien, cariño... Pero si sientes que tienes más peso del que puedas tolerar, me puedes contar y hallaremos juntas la manera de sobrellevarlo.
- Gracias, de verdad. Usted es la única persona que me entendería. -Expresa Taylor mientras se lanza a la profesora Stefany para brindarle un abrazo reconfortante (para ambas).
Salió del colegio, tomó sus llaves y subió a su motocicleta, pasó un tiempo mientras atravesaba toda la ciudad, porque (desafortunadamente) su colegio quedaba al otro extremo de esta. El casco protegía su rostro del sol, pero sus brazos estaban ardiendo por el tenaz rayo de sol que la azotaba. Andaba a unos 85km/h faltando un cuarto de camino por recorrer, cuando vio por una esquina que un carro se asomaba sin antes detenerse por las señales de tránsito.
Cerró los ojos, oprimió el freno y "a la de Dios".
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Despertando el polvo cósmico.
RandomEs un pequeño romance entre Taylor y la luna y una gran travesía entre ellas y el mundo. Presta mucha atención y no dejes pasar ningún detalle de esta maravillosa historia. Es mi primer "libro", espero les guste 💙