El sonido, el estridente sonido que emanaba aquella cosa endemoniada lo estaba volviendo loco, a pesar de que ya era hora de despertar sus ojos luchaban contra sus ganas de renunciar de una vez a aquel empleo que lo tenía atado desde hace un año.
El pelirrojo se sentía cansado, aquella desagradable sensación que invadía su cuerpo de miércoles a domingo, con la latente necesidad de salir corriendo fuera de todo y tirar sus problemas y aspiraciones por la borda lo estaba tentando.
Solo un año, solo un año más y finalmente podría liberarse de aquel tortuoso empleo que no hacía más que carcomerle la cabeza, solo hasta que pudiera conseguir el dinero y deshacerse de esa jodida deuda.Sus manos vacilan ante aquellos brillantes atuendos decidiendo cuál podría usar en esa esperada noche para el burdel, exactamente estaban de aniversario y claro, él no podía faltar por nada del mundo si era el número especial de la noche.
Termina por coger todo, aún con los sentimientos a flor de piel y se encamina hacia aquel brillante lugar que desde lejos gritaba la palabra "lujuria" y "sexo".
Saluda con la mirada a sus compañeros de camerino y esboza su mejor sonrisa, paseándose deliberadamente entre el tumulto de gente desesperada, el lugar estaba completamente lleno, a sus oídos llegaba información de que gente muy importante lo esperaban afuera, ansiosos por su show.
A pesar de las pocas horas de sueño proporcionadas, se planta frente al espejo, susurrándose a sí mismo que todo estaba bien, que era otra noche menos y que era un profesional en lo que hacía. Claro, un profesional vendiendo su cuerpo...
Sus ágiles manos se mueven cogiendo y colocándose pequeñas capas de maquillaje no muy cargado, acompañado de un pequeño delineado que solo lograba que sus ojos esmeraldas resaltaran en demasía en conjunto con las pestañas postizas.
A los pocos minutos, y ya con un brillante traje rojo puesto sobre su delicada anatomía, se dispone a visualizar su reflejo por una última vez entre el azulejo de la entrada al escenario. "Muy bien, es tu turno, vamos." Susurra para sí y cierra los ojos antes de sentir la calidad inmesurada de reflectores sobre su cuerpo.
Sus caderas se mueven con parsimonia y a la vez fuerza, marcando cada movimiento que se podía percibir en aquel R&B que sonaba a todo volumen.
Sus manos se pasean por todo su cuerpo, tirando de su cuello hacia atrás y ciñiendo estas en su cintura baja, provocando a la muchedumbre que ya yacían tirándole fajos de dinero.
Su concentración se ve levemente interrumpida por una persona que yacía sentada en la barra, cabello oscuro y profundos fanales y veían su show con algo de interés.El menor se dispone a moverse aún más sensual, jugueteando con el largo tubo que se ubicaba en medio del lugar, enrollando sus piernas y abriéndose sugerentemente, era divertido ver como muchas personas gritaban cosas obscenas que claramente no todos iban a ser capaces de cumplirlas con él.
Sus ojos viajan por última vez muy cerca a aquel chico de cabellos azabache, casi viéndolo por el rabillo del ojo ya que no quería parecer muy desesperado por llamar su atención, aunque claramente iba a preguntar por él luego de aquel baile, nunca lo había visto en aquel lugar, estaba muy seguro de ello.
Termina aquel espectáculo con un beso al aire, mirando hacia cualquier parte y forzándose a sí mismo para que sus ojos no busquen desesperadamente la mirada de aquella persona.
El sonido de sus tacones era casi imperceptible en medio de todo el bullicio que casi era ensordecedor para de el cabellos rojizos, va a paso apresurado hacia su jefa y siquiera antes de esbozar una palabra la adversa le dice que hay un posible cliente en una mesa esperándolo, frunciendo el ceño ante la idea de conocer a otro hombre mayor que lascivamente y con aquellos asquerosos dedos intentaba "provocarlo" para una felación o una cogida, depende de lo que ellos quisieran.
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night pleasure | KOOKMIN.
De Todo│Cuatro años de casado y su matrimonio ya no era él mismo, ¿hasta dónde soportaría jeon? Nigth pleasure era el nombre de aquél burdel donde Jeon Jungkook se dejaría llevar por la tentación de poder sentirse querido y deseado por aquél bailarín pelir...