Emily

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La pequeña niña lloraba dentro del auto, llamaba a su madre con desesperación mientras veía a través de la ventana. Ya no reconocía la calle, sabía que estaba lejos de casa y sabía que su madre la necesitaba. La pequeña sabía que algo iba mal cuando la vio caer al suelo, quizo ir con ella pero aquel extraño hombre la alejó de ella. Necesitaba estar a su lado.

_¡Deja de llorar! - gritaba enloquecido - ¡Tu madre está muerta! ¡Ya está muerta! ¡Y si no te callas te mataré a ti también! ¡Ya callate!

Pero Emily ignoró sus palabras, era su propio llanto que no la dejaba escuchar, sólo veía la expresión del pelinegro enfurecido.

Tenía tanto miedo que se abrazó a si misma mientras esperaba que alguna de sus madres venga.

Jin estacionó el auto frente a una empresa abandonada, quedaba fuera de la ciudad y al alrededor abundaba una gran cantidad de buenas cosechas.

Abrió la puerta donde se encontraba Emily y tomándola sin cuidado alguno de su pequeña chaqueta, la guió casi a rastras dentro del gran edificio. Abrió la puerta y lanzó a la niña contra el suelo, provocando que una de sus muñecas se raspara por el suelo de tierra.

La niña quizo correr pero Jin la sujetó del cabello, volviéndola a su lugar.

_¡Quedate aquí!

Somi sólo veía esa acción sin algún tipo de gesto en su rostro. Estaba sentada en uno de los viejos barriles de esa empresa. Jugaba con una navaja entre sus manos y observaba como la pequeña seguía llorando ante los gritos de Jin.

_¿Qué pasó? - preguntó cómo si nada estuviera pasando.

_Que esta maldita niña no deja de llorar - se masajeaba la cien - ¡Ya callate! - la abofeteó.

Somi apretó la navaja en un puño al verlo, pero supo controlar el impulso de querer ir a golpearlo.

_¿Donde está Esther? - caminó hacia un minibar para tomar una botella con agua y calmarse.

_Se quitó el disfraz de aeromoza y al instante fue a por Jennie. ¿crees que lo logre?

_Tiene que hacerlo - habló seriamente.

_¿Y si no está en ese lugar? Quizás Lisa la envió a otro lado.

_No hay otro lugar. Lisa y Rosé siempre hay sido inseparables por lo que me contó Jimin. La casa de Rosé está vacía y la única que tiene la llave debe ser Lisa. Debe estar utilizándola para proteger a Jennie.

Somi asintió con serenidad.

_¿Estás seguro que podrás pagarme?

_Claro que sí, ya deja de preguntar.

_No soy tonta, Jin - volvía a manipular la pequeña cuchilla - ahora que te buscan, no podrás apoderarte del dinero de Lisa. Aún si logras matarla.

_Mira - decía ya harto - deja de preocuparte, ¿quieres? Yo tengo muchos contactos, ellos se encargarán en cuanto les hable y tendrás tu maldito dinero - el celular de Jin sonó,
respondió de inmediato - Dime, ¿Ya tienes a Jennie?

_No está aquí.

_¿Qué? - enfureció - ¡Debería de estar allí! ¡Fijate bien en la dirección que te di!

_¡Ya me fijé! - alzó la voz - ¡callate y dejame hablar, tengo que contarte algo! - Jin mantuvo silencio, estaba impaciente - no encontré a Jennie, ni a Ella, pero encontré algo mas, algo que podría interesarte.

_¿De qué estás hablando?

_¿Crees en los viajes en el tiempo?

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