❝ he was sunshine, I was
midnight rain ❞ ──── ָ֢ ֹ ★Corrían exactamente las doce y media de la noche en un sábado, normalmente casi todo el mundo estaría preparandose para reunirse con sus amigos, ir a fiestas o ver películas en la comodidad de su hogar.
Pero Chanhee no era ese tipo de personas, ahora mismo se encontraba sumergido entre las páginas de algún libro de química extremadamente confuso, completamente sólo.
Tenía que estudiar mucho ya que los exámenes serían la próxima semana, así que decidió adelantarse un poco como siempre.
Pero había un pequeño problema.
Podría estudiar por horas o hasta dias, aprenderse de memoria cada párrafo, fecha o nombre. Pero al momento de estar sentado en su banco en medio de el aula con la tarea de plasmar la tinta en el papel su mente simplemente quedaba en blanco.
Repetir las mismas cosas lo agotaba y frustraba, tenía todas las intenciones de cumplir con todo y ser el mejor estudiante pero, aún así, sabía que nunca llegaría a ser lo suficientemente bueno para su padre.
Nunca bastaba un ocho o un nueve, su padre no se dignaba a posar sus ojos en las hojas a menos que en ellas este escrito el número diez.
―Como si fuese tan fácil.― Chanhee se había reído entre dientes.
Nunca creyó que unos par de números fueran tan influyentes en su vida o llegarían a ser tan importantes como para impresionar o tener la aprobación de alguien y hasta para marcar su inteligencia.
Con el paso del tiempo comprendió que eran sólo eso; unos simples número que no eran los que le daban un predominio a tu inteligencia o capacidad mental.
Lo que lo hizo reflexionar aún más, preguntándose cómo es que la sociedad idolatra tanto a las personas con mejores notas, y cómo es que los adolescentes se desvivían por conseguir el mejor puntaje, cuando sin darse cuenta estaban poniendo en juego su propia salud mental.