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Salí a trotar como todas las mañana, hace algunos meses que lo hago y es algo bastante reconfortante. Hay días en los que me sumerjo en mis pensamientos mientras corro por el parque y otros en los que sólo deseo escapar de ellos. Ya faltan 10 minutos para las 7:00am debía darme prisa, a las 8:30am tengo una entrevista de trabajo y no es de buen ver llegar tarde.

Entre al apartamento;  en lo que me dirigía a mí habitación me deshice de la ropa que llevaba puesta dejándola caer al suelo, la verdad, ser ordenada no era mi fuerte. 

Entré al baño me di una ducha lo más rápido posible en cuestión de minutos ya estaba vestida sólo faltaba algo de maquillaje, no muy pronunciado, odiaba usar maquillaje pero la ocasión lo ameritaba, decidí colocarme un pantalón negro ajustado una camisa blanca un tanto larga con algo de brillo en el escote con una chaqueta que me daba ese toque elegante, decidí colocarme unos tacones acorde a mí vestimenta, solté mí cabello y listo.

_me veo bien_ - dije para mis adentros. 

Vi la hora y ya faltaban 15 minutos para las 8:00am

-¡Rayos!- dije al salir de mí habitación me dirijo a la cocina, tomo un vaso de jugo de naranja y salgo lo más rápido posible del apartamento. 

Me dirijo hacia el lugar donde se toma el bus y ya eran las 8:00am sólo tenía media hora para llegar.

8:10am y por fin llega la buseta.  Subo en ella y al parecer lo estaba conduciendo un anciano de 80 años, mí abuela de 95 años conducía más rápido.

Baje rápidamente del bus, me dirijo a la oficina según las indicaciones que me dictaron.

Entro y veo una recepcionista, le doy los buenos días y le indico que tengo una cita para hoy para el trabajo de asistente.

-Buenos días- dijo con cara de pocos amigos, siempre me he preguntado porque todas las recepcionistas tienen su toque amargado, parece que es un requisito indispensable para ellas. Reí para mis adentros por mis pensamientos tan ocurrentes.

Recepcionista:-Pase adelante, la señorita Isabella Duartes la está esperando.- dijo de forma despectiva.

-Gracias- respondi sin darle mucha importancia a su actitud.

Toco la puerta y de inmediato tengo respuesta.
-Pase adelante señorita Lucía Olivares y tome asiento, llega retardada- dijo en tono muy firme y sin mirarme cosa que hizo sentirme un tanto incomoda. Yo y mí manía de llegar tarde a todos lados.

Entré y tome asiento lo más rápido que pude.

-Bu...e..nos días- fue lo único que pude decir. Más nerviosa no podía estar, además el perfume que emana la mujer en frente de mí me atrapa por completo haciendo que mí cuerpo entero pierda fuerza.

Subió el mentón y por fin pozo su mirada en la mía y vaya que eran los ojos más hermosos que había visto en mis 23 años, unos ojos marrones y brillantes como las estrellas, además con esa mirada tan penetrante que a pesar de intimidarme no quería dejar de ver. Al parecer era una batalla campante entre miradas que me pareció una eternidad cuando sólo fueron un par de segundos, mis manos comenzaron a sudar sin ningún motivo.

Isabella:-Buenos días- respondió unos segundos después sacandome de mi pequeño trance. La pude notar un tanto nerviosa y no sé porqué si era ella la que me intimidaba desde el mismo instante que cruce la puerta. 

Isabella:-Entonces-Carraspeo- ¿viene para el puesto de asistente, señorita Olivares?-Dijo con la mirada puesta en mí y me descontrolaba por completo.

-Ahmm; sí.-
_¡Rayos! ¿Qué pasa contigo Lucía? ¿es lo único que pudiste decir?_ pensé

Comenzó con las típicas preguntas que suelen hacer en las entrevistas de trabajo pero ésta era un tanto rara, había tensión en el ambiente y no conseguía descifrar el porqué. Sólo sé que su mirada me tenía idiotizada; mientras hablaba pude observarla detenidamente y vaya que era realmente hermosa y ese toque de seriedad la hace ver demasiado sexy.

Isabella:-Ok, señorita Olivares, hasta ahora ha sido la única que cumple con los requisitos necesarios para el puesto y realmente necesito una asistente con urgencia. ¿Qué le parece si comienza mañana por la mañana?-dijo con voz ronca y firme y me pareció aún más sexy.
_Definitivamente el jugo que tomé por la mañana estaba adulterado._ pensé.

-Por.. supuesto, sí, me parece bien.-dije en tono nervioso. Vaya Lucía,  ahora tú nueva jefa pensará que eres una gran tonta. ¡Bravo!

Isabella:-Entonces la espero mañana a las 8:00am de la mañana señorita Olivares, ni un minuto más ni un minuto menos- lo último lo dijo con voz elevada haciendo énfasis en ello. Asenti y respondi con una pequeña sonrisa que puedo apostar que me veía realmente idiota.

Isabella:- Puede retirarse- dijo con una mirada que me decía todo lo contrario y sacudi mi cabeza por estar pensando tonterías y salí de ahí como si huía de algo o en este caso, de alguien.

Mi Querida JefaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora