La verdad.

3 0 0
                                    

Corrí y corrí tanto como pude, no voltee hacia atrás, simplemente seguí aunque ya no lo oía no me detuve, hasta que termine en el piso agotado, sin aire y hundido en una paranoia inmensa.

Cuando me calme abrí una puerta y agarre la cámara que estaba encima del escritorio (como en todos los cuartos), desde el cuarto vi con la cámara de que no hubiera nadie en el pasillo, y luego cerré la puerta, coloque la cámara en el escritorio apuntando hacia afuera, temblando del terrible frio que ahora era más penetrante, me puse en donde la cámara me pudiera grabar y después me vi.

Ya no era yo, ya no tenía 14 años, parecía tener 20 o más, era muy alto, la cara me cambio totalmente, barba demasiado larga al igual que el pelo, estaba sumamente flaco, se transparentaban mis costillas, -¿cuánto tiempo he estado aquí?, ¿por qué no he salido?, ¿porque mis papas me abandonaron?, ¿por qué no me han buscado?, ¿por qué me pasa esto?, ¿estaré muerto? Pensé-, y medite esta última pregunta, no estaba viviendo, he estado aquí preso por más de 8 años, no he hablado con nadie desde entonces, no he comido desde entonces, he estado huyendo constantemente de esa criatura. Si, la criatura tenía razón, estoy muerto.

Entonces de pronto vi a través de los ojos de mi padre, estaba llorando, en un funeral. Todo el mundo le decía que lamentaba su pérdida, el lo aceptaba, serio, con lágrimas en su cara, fue caminando lentamente, hasta la caja donde se encontraba el difunto, mi mama lo alcanzo antes de llegar a su destino, fue ahí donde pude observar al difunto: frio, muerto, maltratado, era yo.

LOCODonde viven las historias. Descúbrelo ahora