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Osomatsu conducía lo más rápido que el límite legal de velocidad se lo permitía en ese momento. No era su culpa, no completamente al menos, después de años de vagancia y poca practica al volante tampoco podía pedirles más a sus habilidades. Sin embargo, cuando se trataba de algo importante, o peor aún, algo que involucraba directamente a Karamatsu, entonces Sakurai podía hacer hasta lo imposible para forzar a su cuerpo a convertirlo en el mejor de los pilotos de fórmula uno del mundo, solo por el simple hecho de llegar al lado de Matsuno. Era un secreto que mantenía celosísimamente guardado en lo más recóndito, lo más hondo de su pecho, en lo más profundo de su corazón. Estaba completamente enamorado de ese idiota de ojos azules, de sonrisa sincera y adorable personalidad. Pero sabía que Karamatsu no le correspondía de la misma manera, por lo que se conformaba con simplemente ser buenos amigos, aunque eso lo matara lentamente con el paso del tiempo.
Y ciertamente, ambos ya llevaban bastante tiempo siendo "buenos amigos" ...
Y como todo buen amigo, irremediablemente enamorado, no pasó por alto en ningún momento el extraño comportamiento que Karamatsu estaba manteniendo durante esas últimas semanas. Cada detalle, por más mínimo que fuera, era captado rápidamente por Sakurai, preocupándolo hasta límites insospechados. Muy dentro de sus ingenuas esperanzas, esperaba que Karamatsu fuera el que por voluntad propia se animara a contarle detalladamente lo que estaba ocurriendo, pero eso no ocurrió y Sakurai se vio en la penosa y para nada deseada tarea de comenzar a tomar cartas en el asunto, de comenzar a indagar en algo que, con toda seguridad, no le correspondía, pero que de todos modos haría. Grande, desalentadora, aterradora y horrible sorpresa se llevó al enterarse por boca de los mismísimos padres de Matsuno que su amigo llevaba semanas viviendo lejos del hogar familiar.
Al principio, la ofensa reinó dentro de su cabeza. Porque ¿Cómo era posible que su amigo de años no se hubiera dignado en decirle aquella noticia de tan delicada importancia? ¿Acaso Karamatsu no lo consideraba lo suficientemente digno como para contarle sus problemas o cualquier cosa por más mundana que fuera? Pero, después de escuchar los motivos de la boca del patriarca Matsuno, Osomatsu pudo comprender perfectamente la poderosísima razón por la cual el de ojos azules estaba tan aterrado de abrir siquiera la boca. Por simple respeto, Sakurai se tragó con bastante esfuerzo el insulto que quería vomitarle al señor Matsuno en toda la cara, tan solo apretando los puños con fuerza mientras abandonaba aquella residencia y le agradecía hipócritamente a los "padres" de su amigo por la información proporcionada. Pero Osomatsu presentía que había algo más, algo más macabro detrás de todo aquello.
Algo, muy en lo profundo de su corazón y de su intuición, no le terminaba de cuadrar del todo...
Sí, la asquerosa situación familiar que Karamatsu vivía era más que motivo suficiente para que cualquiera tuviera una recaída en su sistema, incluso ideas locas como el uso de narcóticos ilegales o incluso.... No, Osomatsu no quería ni pensar en esa palabra en específico, al menos no en ese momento tan delicado; simplemente algo no terminaba de cuadrar correctamente en la ecuación. Se suponía que ahora con esta nueva libertad Karamatsu debería estar mejor que nunca, libre por fin de las ataduras impuestas por sus progenitores, libre para hacer y deshacer a sus anchas sin que nadie estuviera detrás de él juzgando cada acción, cada palabra y cada mínimo respiro... No... Ahí había algo más, algo que Matsuno no quería que él supiera, Dios sabrá el por qué, y que lo estaba atormentando lentamente, gastando sus energías con el paso de los días hasta deteriorarlo por dentro. Porque así era como Karamatsu se veía a ojos de Sakurai, como una carcasa deteriorada de lo que antes fue su amado...
Fue entonces que el acelerado tren de pensamientos que Sakurai mantenía dentro de su cabeza tuvo que frenar abruptamente al escuchar el pitido del GPS indicándole que había llegado a su destino. Tal vez ahora..., pensó con tensa ansiedad al vislumbrar la inconfundible figura de Karamatsu temblando como una gelatina, algo que sin duda alguna solo acrecentó la preocupación en el interior de Osomatsu, tal vez ahora ese idiota sea capaz de darme una explicación, porque ni crea que voy a ayudarlo solo porque sí, merezco una explicación, tengo que tener una explicación a todo este circo, aunque deba sacársela a golpes a ese tonto descuidado... ¡Maldición Karamatsu! ¡¿En qué diablos te has metido ahora?! ¡¿Qué diablos se supone que está ocurriendo aquí?!
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Monsters are not only under your bed
FanfictionEs un nuevo comienzo, al menos era lo que Karamatsu Matsuno se repetía constantemente para tratar de dar un poco de alivio a sus pensamientos negativos y deprimentes debido a haber abandonado la casa de sus padres luego de que estos lo consideraran...