0046 | kenny

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emma.
diciembre, 2020.

Termino la producción y vuelvo a casa, al abrir la puerta escucho risas provenientes del living, dejo mis cosas y voy hasta ahi. Me encuentro a Luca y Gio jugando con un perro del tamaño de mi mano.

–¿Que pasa acá? —me siento con los tres.

–Un perro —Gio me mira sonriendo.

–Se llama Kenny —Luca me sonríe.

Amaría saber quien me trajo a este animal dejandomelo en la puerta como si fuese un abandonado... y también amaría saber que voy hacer cuando tenga que viajar. Giovanni no tiene niñera y la perra la va a tener... irónico.

–¿Te gusta mi amor? —miro a mi hijo y asiente.

–Acá está —la chica que trabaja en casa me extiende una carta.

–Gracias —le sonrío.

Miro la carta y salgo al patio para leerla. Dios me ayude a que no sea lo que estoy pensando.

"Me vas a matar, ya se... Pero una amiga tuya me habló por Instagram diciéndome que si queria hacer algo por Giovanni una vez en la vida (un amor) le de un perro porque cada vez que veía uno se iba a jugar con él.
Así que espero que le guste y que la cuide mucho, el nombre se lo dejo a él con la condición de que después me cuente. Decile que lo amo y que lo extraño mucho.

Paulo".


Tiro la carta sobre el sillón y paso mi mano por la cara.

No se si estoy haciendo bien o mal en no dejar de que el padre lo vea, pero lo que si se es que esto pasó por culpa de él lo cual tardé en entender porque siempre le saqué toda culpa por intentar protegerlo, pero... ¿Como cuido a una persona que hace de todo para que me aleje? Y, pienso, que si lo amara y extrañara dejaría y se alejaría de personas tóxicas.

Hago fuerza para no llorar, porque siento que esto no va para ningún lado y lo único que logro es alejar a Giovanni del padre. Literalmente me la agarre con el nene para hacer que Paulo pague y eso es horrible, porque todos saben lo feliz que es Gio con solo verlo detrás de la pantalla, escuchar su voz y ni hablar de cuando lo ve en persona, se olvida del mundo.

Vuelvo a entrar, guardo la carta en mi armario y nuevamente bajo para quedarme con mi hijo.

–Kenny —sonríe abrazo al perro.

–Hasta nombre tiene —Luca me mira sonriendo.

–Si, ustedes rianse no más que después al perro lo cuido yo.

–No seas mala onda, es hermosa —Luca mira a la perra.

–Esto hay que cambiarlo —lo alzo señalando el pantalón de la Juventus.

–¿Papá?

–En Italia —le beso el cachete y suena el timbre—. Tu tía.

Camino hasta la puerta y es ella, la boluda traidora que sabiendo todo y siendo mi mejor amiga le hablo igual al otro.

Inmediatamente me saca a Giovanni de los brazos y comienza a besarlo mientras le habla y caminamos hacia la cocina.

–¿Por qué hiciste eso? —miro mal a Ken.

–¿Hacer que? —contesta concentrada en mi hijo.

–Hablarle a Paulo.

–Lo hice por él, no por vos.

–Te mataría si lo harías por mi... no lo tendrías que haber hecho igualmente, sea por quien sea —niego con la cabeza.

–Es su hijo.

–El mío también y yo decido.

–Pero es un bebé y necesita de su papá, él no tiene culpa alguna de los errores de los mayores... y si decidí escribirle fue porque quiero que se de cuenta.

–Él no se da cuenta y no entiende, lamentablemente —me encojo de hombros—. No le interesa en lo más mínimo.

–¿Por qué no hablamos de lo difícil que es salir de una relación tóxica?

–Dios —suspiro.

–Hablemos... ¿No? Bien, de una relación así no se sale de un día a otro, lleva un gran tiempo que deberías comprender y no lo estás haciendo.

–Voy a vestirlo —alzo a Giovanni—. Vos cuida de la perra que decidiste que traigan... que casualmente se llama Kenny.

Se que en cierta parte tiene razón, pero no voy a darle el gusto a él. Ya lo dije, no hay vuelta atrás.

papá ; paulo dybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora