extra III

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Había llegado el día del parto y el día en el que iba a conocer a mi real para siempre.

Todo me dolía como la mierda y sentía que la panza se me caía literalmente, solo quería que me lo saquen y dejar de sentir que me moría.

–Me voy a morir —me tapé la cara.

–Mi amor —Alessa me besó la panza.

–Es normal —Donna me tomó de la mano.

–Normal es querer que me lo saquen.

–¿Se va seguir llamando Giovanni? —preguntó mi mamá.

–Obviamente, ¿Cómo querés que se llame? —contesté mal. Estaba con contracciones insoportables y ella haciendo esas preguntas.

–El apellido si cambia.

–¿Cómo no va cambiar si el imbécil no está acá? —miré a Alessa—. No tiene nada que ver con él y no va llevar su apellido porque no es nadie.

–Pero es el pa...

–Padre la mierda —interrumpo a Chloe—. No me des sermones porque no sabes lo que es estar en mi lugar, porque a vos no te dejaron con seis meses para irse con otra, no te trataron como basura, no se olvidaron de vos... que tengan la misma sangre no significa que deba llevar su apellido, porque yo estuve nueve meses con él adentro, yo estuve siempre no él... Luca hizo de padre, nuestro hermano se ocupó, no él.

–Giovanni es Ricci, y nada más —Luca la mira—. Dejen de molestar.

Y esa decisión la había tomado hace meses, no fue algo de ese momento. No tenía porque llevar su apellido si él en los últimos meses estaba poco y nada, ese día no estaba y entendía que también tiene su carrera, pero yo también la tenía y dejé todo, mi familia también, Ken, Ky, Hails igual y estaban ahí. No importaba.

–¿Quién va entrar?

–Ken... porque Luca se va desmayar.

–Sangre y todo eso, no gracias —mi hermano niega.

–No quiero que le muestren la cara, suban fotos y lo que quieran pero la cara no —miro a todos los presentes—. Gracias.

En la siguiente hora ya estaba convirtiéndome en mamá realmente porque ya lo había visto y besado para que segundos después se lo lleven para controlarlo. A mí me devolvieron a la sala y a los minutos trajeron a Giovanni en una especie de cuna.

Tan chiquito, hermoso y tan mío.

–Hola amor mío —Ken lo alzó con lágrimas en los ojos—. Sos hermoso.

–Tenía que salir así después de tanto.

–Te amo —me besó la frente—. ¿Te das cuenta que me diste al amor de mi vida?

–Vamos a pelear porque también es el mío —la miré riendo.

Luego de que estén conmigo por un rato, entra Alicia y los hermanos de Paulo. Mientras los demás se entretienen con el bebé, Alicia se sienta a mi lado.

–No me puedo quedar más —Alicia me tomó de la mano—. Pero tenés un montón de personas a las que llamar por si algo pasa.

–No pasa nada —negué con la cabeza—. Gracias... porque sos la única que me sacaste de todo los últimos tres meses, porque realmente no tenía a nadie, todo mi entorno estaba queriendo hacerle mierda la vida a él cuando eso no vale la pena porque había algo más importante en lo que enfocarse y era Gio... no me va alcanzar la vida para agradecertelo.

–Ya me lo devolviste con él —sonrió mirando a su nieto—. Y yo entiendo que tus hermanas y amigas quieran matarlo porque yo también quiero hacerlo, porque prácticamente no estuvo los últimos meses y no está hoy... y entiendo que sea porque tiene partidos y entrenamientos, pero es su hijo y vale más que todo.

–Me encantaría que esté acá —me limpié las lágrimas—. Pero no puedo obligarlo... o sea, ni siquiera sé si ya lo sabe.

–Está concentrando para no se que... y si lo sabe —asintió lentamente—. Y confío y creo que cuando lo vea va tomar conciencia de que ahora tiene a alguien a su cuidado, que va tener que repartirse porque ahora es papá y tiene una responsabilidad muy grande, no es darle cosas materiales o plata que claramente no necesita porque él no es nada al lado tuyo... y tu apellido nos lo dice.

–Siempre lo mismo —la miré riendo.

–Es real... no se trata de eso, se trata de darle amor a su hijo y cuidar también de vos porque pasaron muchas cosas de las que no recibiste explicación y las mereces.

–No estoy preparada para verlo.

–Pero vas a tener que estarlo... porque algún día va pasar.

Una semana después, ya en casa, ya estaban las K listas para conocer a Giovanni. Y ya siento que lo están malcriando porque pasaba de mano en mano y ni siquiera le molestaba.

–Hola Mason —besé al mayor quien tenía en sus brazos a mi hijo.

–Parece modelo —North me miró riendo.

–En unos meses vas a tener uno así —la miré sonriendo.

–Mira a nuestro nuevo bebé... es tu nuevo primo —Ky acercó a Stormi a Gio—. Realmente solo puedo pensar en ellos creciendo juntos como nosotras y siendo los mejores amigos.

–Seguro que va ser así.

Tenía apenas una semana, no quería pensar en años más pero lo que era seguro era que ellos dos iban a crecer juntos y con el mismo, o más, apego que nosotras. Y amaba eso.

–Te entiendo y es horrible —Khloé me abrazo—. No quiero llorar pero pasamos por lo mismo en el mismo estado y lo superamos porque ahora somos madres, tenemos a la razón de todo y un motivo por el cual sonreír... no importan ellos porque se lo pierden, importan True y Giovanni, que ellos sonrían, sean felices y estoy muy segura que lo van a ser porque van a crecer juntos.

Ken y Ky son mis mejores amigas y las amo, pero Khloé es diferente porque ella si me entendió y estuvo conmigo en el proceso, no le importó más nada que nosotros dos y atravesamos por todo juntas.

–Podría ser nuestro nieto —habló Kourt mirando a Alessa y ella ríe—, esto no me lo creo... Kris y Lina son bis abuelas.

–Yo quiero que sea parte de nosotros —habló North.

–Te doy el cargo de cuidarlo —me agaché a su altura—. ¿Lo aceptas? Es para siempre.

–Lo acepto.

Y no podía pedir nada más, Giovanni iba a crecer al lado de Chicago, True, Stormi... y en poco tiempo el próximo de Kim y de Chloe, también contando a los mayores. Eso era lo que más quería, que crezcan felices y juntos como lo hicimos nosotras.











papá ; paulo dybalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora