Al fin la pesadilla que los había envuelto obtuvo un desenlace feliz, todos vivían su vida cotidiana y ahora solo se preocupaban por sobrevivir como comúnmente debían hacerlo. Desde que la reencarnación de Kikyo regresó a la época feudal, tan solo había transcurrido un año.
Kagome e InuYasha se enfocaban en su nuevo hogar donde vivían juntos sin ser molestados, Miroku y Sango no tenían ojos mas que para sus tres hijos, Shippo estaba siempre concentrado en su entrenamiento como zorro mágico -o kitsune- que era, Kohaku con suerte se aparecía en la aldea que lideraba la anciana Kaede a la fecha, pues su trabajo como exterminador de demonio seguía vigente, Rin, aquella niña que el medio hermano mayor del híbrido tuvo bajo su tutela por mucho tiempo y que decidió dejarla con los de su especie, de ella era un tanto alarmante su estado, pues se enfermaba con frecuencia, haciendo que Sesshomaru fuera a visitarla cada semana sin falta y el cual levantaba lo más rápido posible su propio palacio donde reinaría como lord del clan de la luna.
Todo parecía ir casi completamente normal, ya no había nada de qué preocuparse, o al menos eso era lo que el equipo que derrotó al poderoso Naraku pensaba.
***
-Hemos venido de emergencia al hogar de nuestro hijo -comenzó a relatar una señora de la tercera edad. Kagome e InuYasha la escuchan atentamente, lo más extraño es que Sesshomaru (quien se encontraba en la aldea por su visita a Rin semanal) oía todo en silencio-. Nosotros somos de la aldea vecina más cercana a esta, estamos aquí porque desde hace pocos días una vibra sofocante proviene de la pradera continua. Nadie se ha atrevido a ir, pero todos están cien porciento seguros que se trata de algún demonio.
-Es raro, si fuera un demonio ya hubiese atacado al pueblo -analizó la sacerdotisa.
El demonio sangre pura presente cerró sus ojos. Ya era sabedor de lo que la anciana contaba, pero no se había atrevido a ir porque por primera vez en siglos, temía de lo que pudiera encontrarse en ese lugar. Aquellos recuerdos que creyó olvidar, invadieron su mente en un santiamén al poder identificar el aura demoníaca que provenía de la mencionada pradera.
No podía quedarse de brazos cruzados, necesitaba ir a investigar y solucionar todas sus dudas. Se quedó escuchando a la mujer humana en cuanto de sus labios salió la información de la aldea vecina, pues por mucho que fuera consciente de la energía que provenía de ese lugar, no quería ir siendo ignorante respecto al tema.
-Mejor vayamos, no perdamos tiempo -oyó sugerir al soquete de su medio hermano. Antes de que se dieran cuenta, partió con total velocidad a la aldea vecina directamente a la mencionada pradera.
Por su parte, la reciente pareja se encaminó hacia la misma dirección -no sin antes ir por el arco y flechas de Kagome- un tanto cofundidos. ¿Por qué Sesshomaru se quedó a escuchar a una anciana humana? Y sobre todo, ¿por qué se estaba dirigiendo al mismo lugar al que ellos dos estaban yendo?
Mientras más se acercaban, más sentían la energía que provenía de la pradera. Traspasaron todo el pueblo hasta llegar a su destino, encontrándose millones dientes de león, también con la presencia del hermano mayor del híbrido. En el medio de todo el terreno subsistía una preciosa fuente blanquecina, caía agua por los tres pisos con los que contaba, y hasta encima, algo brillaba con intensidad. Kagome sintió un escalofrío recorrer toda su columna al situarse a lado de su cuñado.
Por su parte, Sesshomaru se mantenía su clásica expresión serena, no demostraba emoción alguna, pero por dentro había entrado en una clase de crisis al identificar aquella reliquia que nunca imaginó volver a ver ni en sus más profundos sueños. Otros miles de recuerdos llegaron a su mente, admitía que estaba mal, pero no físicamente; su mente era un torbellino.
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Un Amor del Pasado (InuYasha) | Sesshomaru × Tú | TERMINADA
Фанфик🌙 En este fanfic ya tendrás un nombre establecido. 🌙 Fanart de la portada NO hecho por mí. Créditos a @_Shinzxc_ 🌙 Fanfic basado desde el último episodio de InuYasha y antes del nuevo anime de Hanyō no Yashahime. La calma había llegado a la época...