Un favor.
En la mañana el ruso despertó minutos antes que su despertador sonará, se dio una ducha e incluso cambio su camisa bordo por una gris. "Para variar" pensó.
Aunque muy en el fondo sabia que lo hacía para ver si Horacio le decía algo, le gustaba llamar su atención.Realizo su rutina al pie de la letra y mientras esperaba que terminara el lavavajillas, acaricio a su gatita. Cuando terminó con todo tomó sus llaves y salio de su casa, tomando esta vez su coche y yendo por la ruta de siempre, por lo que en unos minutos se encontraba estacionando su coche y entrando en servicio.
Esa mañana pasaba demasiado lenta, no había hecho más que ordenar fichas en la PDA, chequear busquedas y capturas y ordenar denuncias. Realmente siendo las nueve de la mañana no podía esperar mucho movimiento.
La ciudad estaba técnicamente dormida de momento, todo el caos comenzaría a las cuatro de la tarde cuando algunos, por no decir todos, comenzaban a despertar.Torrente e Ivanov entraban en servicio a ese horario, él también debería haberlo hecho, pero no quería afrontar una charla extraña con cierto chico, así que había cambiado su horario y se iría a las cuatro. Pero estaba tan aburrido, tanto que penso en molesgar a los nuevos reclutas, conocerlos y ser sociable, algo raro en él pues socializar no era realmente su actividad favorita.
Decidio hechar un vistazo a lo que estaban haciendo y se sorprendio de verlos dormidos, su deber era regañarlo pero no había ningún operativo del que él no pudiera ocuparse, así que los dejó descansar y se marcho en silencio.
Suspiro profundamente y se dirigió hacía el despacho junto a la recepción, así si llegaba alguien podría oirle. Reviso su teléfono en busca de algo entretenido para hacer, y como no encontro nada decidio que lo mejor sería retomar el anime que no había terminado ayer.
Aquello le entretenía tanto que no se percató de la presencia ajena que se encontraba a metros de él.
Horacio, por su parte, había sido despertado por los ruidos de Conway. Le costaba un poco entender porque el hombte se levantaba tan temprano si solía ocupar el turno de la noche en la comisaría. Pero eso era otra historia, y ahora aprovecharía para que le hiciera el desayuno y luego marcharse de allí.
Ya habían solucionado el problema de la cerradura, eso le había mandado por texto la dueña del edificio, junto a una advertencia de que si volvía a romper algo iba a sacarlo a patadas del lugar.
Él simplemente pidio disculpas y prometio que no pasaría nuevamente.
Pero la suerte no estaba de su lado y luego de haber recibido las nuevas llaves, había chocado contra un mueble viejo, que se derrumbo sin mucho esfuerzo. Era hombre muerto.
Los ojos enfadados de la señora, quien se llamaba Angelica, pero de ángel no tenía nada, le carbonizaban y sin decir nada, le entrego las llaves del departamento.
Una mudanza imprevista a casa de Gustabo surgió, su amigo continuaba durmiendo y había tenido que enfrentar a Conway, llevandose un par de insultos por su torpeza pero finalmente le permitió quedarse allí.
— Escucha horacio. —el joven lo miro atento. —Necesito que lleves esto a comisaria, no debería de haber nadie más que los novatos así que solo entregalo y dile que es para los comisarios, que no lo observen —Acepto rápidamente, por lo menos tendría algo que hacer para entretenerse.
Se marcho en su coche a unas velocidades inhumanas, que si algún oficial le viera probablemente lo multaria, pero no importaba porque podía salir rápido de eso, con su frase de "los pelicanos vuelan."
Estaciono su moto en el parking de comisaría y entró, observando la recepción en busca de alguien. No encontró a nadie así que cogió un papel y bolígrafo, dispuesto a escribir una pequeña nota cuando lo escucho.
— ¡Onegai oni-chan! —fue lo que entendió, aunque no comprendía que era ese murmuró.
Aquel ruido provenía del despacho de la derecha y opto por investigar, así podría entregar el paquete a alguien.
Se acerco a la puerta y observó por el vidrio al hombre del cual se sentía atraído hace un tiempo, estaba concentrado en la computadora y como llevaba audífonos no se había percatado de su presencia. Se mantuvo en silencio hasta que lo escucho otra vez.
—¡Oni-chan! —chillo emocionado el hombre a la par que movía sus piecitos e imitaba la escena que se reproducía en la computadora.
—¿Volkov? —le pregunto algo extrañado. — ¿Qué acabas de decir?
La mirada horrorizada del ruso se poso sobre él, ambos se mantuvieron en silencio intentando procesar la situación en la cual estaban, y como lo había encontrado a Volkov, tan emocionado y sonriente, aquello era una imagen que no se le iba a borrar jamás.
— No importa, no respondas. —empezó Horacio, alzando la mano y mostrando la bolsa que traía consigo.— El super me pidió que trajera esto hasta aquí así que te lo dejo. —el ruso asintió algo avergonzado porque le habían descubierto en un momento muy vergonzoso.
—Nos vemos volkov. —sonrió el de la cresta, se lo notaba aún nervioso y luego desapareció rápidamente de su vista.
Viktor por su parte se quedó pensando en que lo habían visto siendo lo más infantil que podía ser, mientras que Horacio estaba algo aturdido por aquello todavía aunque se sentía feliz.
¿Acaso estaba enamorado de otaku?
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¡Oni-chan!
Fanfiction❛ volkov es un otaku asqueroso y horacio esta enamorado de él. ❜ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ by ㅤ© ㅤestrelllitas ( 2020 ; editado 2024 )