Prólogo.

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EN EL OLIMPO

Zeus estaba cansado de oír los gritos de su hija Atenea, la diosa de la sabiduría y de su hermano, Poseidon, el dios de los mares.

Esta vez estaban reunidos por el solsticio de verano, pero en la sala solo se escuchaban los gritos de los dos mencionados.

—¡¡¡BASTA!!! ¡ME TIENEN ARTO CON TANTA ESTUPIDEZ, TU POSEIDON, SIÉNTATE Y CÁLLATE DE UNA VEZ POR TODAS Y LO MISMO PARA TI ATENEA, SIENDO LA DIOSA DE LA SABIDURÍA Y TE COMPORTAS COMO UNA NIÑA— todos se quedaron callados y bastante sorprendidos, no era raro ver a Zeus de mal humor, pero nadie, en los siglos había sido capaz de gritar de semejante manera a Atenea, quien estaba roja de la furia, pero aún así apretaba los labios para no decir nada.

Poseidon se sentó en su trono mas relajado, hasta que Dionisio hablo.

—par de infantiles, se parecen a los mocosos de sus hijos.— Dionisio lo decía con bastante burla en la voz, pero en ese momento se volvió a escuchar a Poseidon hablar.

—Que seas el director del campamento no te da derecho a hablar así de ellos, somos mayoría si te atreves a seguir con tu jueguito Dionisio, no creo que nadie se oponga a darte un paliza, sabes que la mayoría tiene hijos en el campamento.

Afrodita asintió, pero Atenea gruño.

—oh, por favor, mi hija se centraría mas si no estuviera con el maldito hijo de este idiota— dijo Atenea señalando acusatoriamente a Poseidon.

—Ni te atrevas Atenea, si tu chica esta con Percy es por que lo decidió ella, y aunque seas la diosa de la sabiduría no tienes derecho a tratar de cambiar sentimientos de nadie, apenas Afrodita puede, así que cállate. Además ya viste al chico, nunca dejaría a Annabeth.—Dijo Poseidon.

Artemisa estaba ahí, y sin mas, hablo sorprendiendo a muchos.

—Poseidon tiene razón, aunque me cueste aceptarlo, Jackson a mostrado valentía y lealtad, es uno de los muy pocos hombres de que me atrevería a hablar, ¿qué hombre caería al tártaro por una chica? Sabes bien que los hombres son unos idiotas, cobardes y desleales, y Jackson ya fue capaz de demostrar que es alguien con valor.

Atenea miro con el ceño fruncido a Artemisa.

—Te aseguro que si el chico de Hermes no hubiera caído en el poder del señor del tiempo, estaría con el.

Afrodita separo la vista de su lima y miro a Atenea acusatoriamente.

—Créeme querida, así los chicos fueran simples mortales, Percy y Annabeth seguirían unidos, son la pareja con más capacidad de encontrar su destino una y otra vez.

—Estoy segura de que no seria igual, si el idiota de Jackson sin sus algas mágicas seria un débil sin remedios, y mi hija no se fijaría en alguien tan...

Poseidon bufo.

—Mi hijo es todo lo que ella quería, teniendo o no poderes.

Afrodita chillo satisfactoriamente.

—Tengo una idea, hagamos una apuesta, si Hecate envía un poco de niebla, y les quitamos cualquier facultad a los chicos que le haga parecer semidioses, Hera les borrara por un tiempo la memoria y sabremos si son dignos o no.

Hefesto levanto la vista de su nuevo proyecto.

—Aja, ¿y que harás con el olor y los artefactos tecnológicos?

Ella se quedo un buen rato callada hasta que una sonrisa ilumino su rostro.

—Podría encargarme yo del olor con un poco de niebla especial para monstruos, y lo de los celulares y todo eso, podrías encargarte tu Hefesto.

Mas que héroes. (Percy Jackson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora