Esta es la primera parte de los capitulos resubidos, espero que les parezcan mejor que los primeros, solo hay pequeños detalles de cambio
Gracias por leer nuevamente.
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"Si hubiera sabido los orígenes de mi familia, todo habría tenido más sentido para mi”
Lo primero que hizo al despertar fue mirar la hora en su celular y darse cuenta que ya era tarde para desayunar en paz y llegar a la escuela, así que salió corriendo directamente al baño, con su muda de ropa estudiantil y dos toallas color blancas, pero cuando quiso entrar su cuerpo choco contra la puerta que estaba cerrada por dentro.
-¿Mamá?.
-No.
-Kistroff, necesito el baño- Empezó a golpear con fuerza la puerta, enojada por que su hermanito estuviera estorbando, no de forma intencional pero lo hacia.
-Yo también hermana, estoy defecando- El niño soltó una traviesa risa por su tonta aclaración obviamente innecesaria.
-¡Iuh! Mientras más creces más asco me das.
Elsa solo escucho la chillona risa de Kristoff mientras corría al cuarto de su madre para usar su baño privado.
Entro con cuidado para no despertarla, pues eran apenas las 6:30 de la mañana y su madre trabajaba bastante en la universidad de Arendelle, a veces incluso trasnochaba para corregir los exámenes de sus alumnos.
Entonces de puntillas de pie rodeo la cama para pasar de una esquina a la otra y llegar a la puerta del baño y justo cuando su cerebro estaba por gritar “Misión cumplida” La voz de Elizabeth la hizo dar un saltito de susto.
-El problema no es que uses mi baño, Elsa Helena, si no que recién te estas duchando- La regaño sentada en la cama y con los brazos cruzados contra su pecho.
-Ay dios, ya se… YA se, YA SE- Dio un sonoro suspiro de cansancio y levanto los brazos en forma de rendimiento, luego agacho un poco su cabeza. -¿Puedo usar tu baño?.
-Si Elsa, puedes, solo no hagas mucho ruido y no me quiero enterar de otra media falta de tu parte.
-¡Gracias mami, te amo!.
Y entro corriendo a la ducha.
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Bajo corriendo las escaleras con un simple emparedado de lechuga, tomate, ricura y huevo en su boca, mientras que con sus manos buscando dentro de su bolso/mochila las llaves de su auto y cuando por fin las encontró y salió de por la puerta principal, estas se les resbalaron de las manos y cayeron frente a los pies de un chicos de cabello negro y ojos azules.
-Se te cayo “copito”- El chico dos cabezas más alta que ella las levanto y se las devolvió.
-Aaron ¿Qué haces aquí?- Pregunto tomando las llaves. -Mi madre se enojara si te ve- Agrego mirando de reojo a la ventana del segundo piso, que era el cuarto de su madre, que por cierto, tenia la luz encendida, indicando que Elizabeth estaba despierta.
-Dejaste tu cazadora en mi casa anoche- Dijo mostrando la chaqueta de cuero negra que traía sujeta en su mano derecha.
Elsa la tomo regalándole una sonrisa un tanto incomoda.
-Eemm ¿Gracias?.
-De nada y…- Rasco su nuca tratando de relajarse. -¿Por qué tu madre se enojaría? Creí que nos llevábamos bien.
-Si pero eso era antes de que la policía te detuviera.
- Pero ¿Eso a ti te importa?
Elsa miro al piso un tanto indecisa de que decir, pero no iba a mentir, quizás estaba un poco confundida y enojada, enojada sobre todo.
-Si me importa- Confeso empezando a caminar a su auto que estaba estacionado frente a la cochera.
-Bueno- Soltó enojado Aaron. -Lo hubieras dicho ayer antes de acostarte conmigo.
Elsa voltio con el entrecejo enojado y el labio torcido.
-Si, tienes razón, debí decirte.
Aaron volteo molesto y comenzó a caminar a su motocicleta, soltando un suspiro molesto. Llego a ella, tomo su casco, se lo coloco y se fue, dejándola sola.
Por otro lado la rubia espero que este diera la vuelta de la esquina para soltar un suspiro, también molesta, y subir a su auto, hoy no era su día, tenia el presentimiento de que no lo seria.
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Elsa bajo del auto y antes de caminar a su preparatoria se acomodo la pollera y el cabello, no le agradaba estar desaliñada y mucho menos despeinada.
No debía entrar, simplemente buscar a su profesora de historia entre la multitud de alumnos, cosa que resulto fácil pues la mujer estaba en el estacionamiento.
-Señorita Morhan- Saludo educadamente.
-O’gorman ¿traes tu permiso?- Pregunto la mujer entrada en los 40 años.
Elsa noto el tono severo, mirando al autobús noto que todos sus compañeros ya estaban dentro de el.
-Si… Lamento la tardanza- Se disculpo rápidamente.
Le entrego el papel.
-Como sea O’gorman, suba de una vez- Ordeno tomando el permiso y chequeando que este en orden y forma.
Subió rápido, saludando vagamente con su mano a sus compañeros, mientras caminaba a los asientos del fondo del bus; diviso a Merida y a Rapunzel sentadas allí y se apresuro a ir con ellas.
-Era hora su majestad, la esperábamos- La saludo la pelirroja de rulos.
Elsa rio. -Exageran.
-Lista para ir a la casa de tus enemigos- Pregunto Rapunzel abrazando el libro que anteriormente leía.
-Yo solo, no estoy de acuerdo con el modo en el que el gobierno impone y hace cumplir sus leyes.
-¿Te refieres a cuando la guardia real entra a nuestras casas y busca cosas mientras rompen todo?- Pregunto con ironía Merida mientras buscaba algo en la galería de su teléfono y se lo mostraba a Elsa.
Era un video, un grupo de militantes de la guardia real entraba a una casa y sacaba a tres gobenes arrastrándolos por el piso del cabello.
-¿Eran rebeldes?- Pregunto Elsa impresionada por el contenido del video.
-No, simples manifestantes de paz- Le aclaro Merida.
El video se cortaba luego de que mostraban como a uno de los manifestantes lo golpeaban en la nariz con la parte trasera de la escopeta.
-Si eso le hacen a los manifestantes ¿Qué le harán a los rebeldes?- Pregunto Rapunzel.
-Los encierran en el calabozo, luego de un juicio, supongo- Respondió Merida convencida.
-¿Quién lo dice? Nunca dicen nada de lo que pasa con ellos cuando los arrestan y nadie vuelve a verlos- Volvió a decir Rapunzel.
Elsa seguía reproduciendo el video una y otra vez, era extrañamente adictivo.
-Oye, estamos a metros del castillo y tu sigues viendo esa cosa- Se quejo uno de sus compañeros que iba sentado frente a ellas. -Sácalo o no vaya a ser que nos metas en problemas.
-¿Qué pasa Hans?- Pregunto la pelirroja sacándole el teléfono a Elsa y guardándolo en su bolsillo. -¿Le tienes miedo a la reina?
- ¿Quién le tiene miedo? Solo digo que no quiero que me arresten y me maten como si fuera un rebelde.
-¿Crees que matan a los rebeldes?- Pregunto Rapunzel impresionada.
-Claro, si no ¿Por qué nadie vuelve a saber de ellos si no?.
-¿Tu que opinas Elsa?- Le pregunto Merida.
Lo pensó un segundo, su ex novio era muy cercano a los grupos rebeldes y no le cabía duda de que seguro ya era uno de ellos, cuestión, gracias a el sabia varias cosas que por el sabia, era muy probable que lo que decía Hans no se alejara de la realidad.
Soltó una risilla falsa.
-Mi bisabuela diría “Solo Ahtohallan lo sabe” .
Los tres la quedaron viendo inexpresivos.
-¿Siempre tienes que hablar como una anciana?- Le cuestiono Hans.
-Discúlpenme por no estar interesada en responder.
Dejaron el tema de lado porque en unos minutos su autobús estacionaria frente a el castillo de Arendelle.
La verdad que Elsa podía fingir estar completamente desinteresada en la política y economía de su país, pero la verdad era que estaba mas al pendiente de lo que muchos crearían, no sabia por que pero habia algo en esos temas que la atraía con un gran magnetismo, no estudiaría leyes en la universidad de corona el año entrante porque si.
Cuando bajaron del autobús caminaron por el viejo puente, llegando a las grandes y viejas puertas de madera reforzadas con barrotes horizontales de hierro, una puerta que sin duda podía intimidar a cualquiera.
-Miren, hay soldados de la realeza arriba.
Por escuchar el susurro Elsa elevo la mirada, notando a los centinelas que patrullaban por la parte superior de los muros, sosteniendo firme sus rifles y marchando a derecha postura.
-“Este lugar es una fortaleza”- Pensó mientras veía como las grandes puertas se empezaban a abrir de par en par.
Entraron mirando todo a su alrededor, no habia mucho para ver en aquel “jardín” delantero mas que dos fuentes grandes, una escalera y dos grandes puertas principales.
-A ver niños- La voz gruesa de un hombre se hizo presente.
Era un hombre de piel oscura, con risos y una barba bien cortada, tenia la típica vestimenta de la guardia real, pero a diferencia de muchos este tenia una espada en su cintura además de su arma de reglamento y en su pecho tenia varias medallas doradas y plateadas.
-Soy el teniente comandante Matías, les voy a pedir que formen dos filas, mujeres a la derecha, hombres a la izquierda y que sea rápido.
El grupo de jóvenes hicieron rápidamente caso, chocándose un poco entre ellos, hasta la misma profesora fue la primera en formarse.
Los estaban revisando, revisaban sus mochilas y les pasaban un detector de metales por todo el cuerpo, incluso debajo de sus zapatos, luego, uno por uno se fueron acercaron a una mesa para firmar un pequeño contrato de confidencialidad.
-Este contrato dice que si me separo del grupo, rompo algo o entro a un área prohibida debo hacer servicio comunitario por un mes- Dijo en queja Merida mientras firmaba.
-Confió que no te separadas, ni romperás, ni husmearas- Le dijo Elsa mientras firmaba a su lado su propio contrato.
Cuando todo el tramite concluyo, Elsa aprovecho para acercarse a la puerta principal del castillo, pues tenia unos patrones en ella que le llamaba la atención.
-¿Copos de nieve?- Susurro tocando la madera tallada con su dedo.
Sintió un nudo raro desde su estomago a la garganta y luego como un flash una pequeña migraña apareció en el centro de su frente haciendo que tuviera que apretarla con sus dedos.
-Diablos- Se quejo en voz baja, bajando unos dos escalones.
Miro al pateo y juro ver una enorme cantidad de gente pero en un parpadeo solo vio a su grupo de compañeros que la miraban preocupados.
-Elsa- Rapunzel coloco una mano en su hombro para llamar su atención. -¿Estas bien?- Acaricio su mejilla. -Wow, estas helada.
-Estoy bien prima- La tomo de la mano y le dio una leve sonrisa.
-Oh, de verdad estas muy fría.
Elsa estaba a punto de responder que no entendía porque le decía eso, pues ella no sentía frio, pero antes de poder hacerlo la puerta principal se abrió, dejando ver a una mujer de un traje con falda, negro y elegante, tenia el cabello castaño, liso y cortado un poco mas debajo de los hombros, además tenia unos lindos zapatos negros de tacón, parecía una hermosa secretaria.
-Buenas tardes jóvenes- Dijo llamando la atención de todos. -Soy Amelia, profesora particular de historia, literatura y arte de su alteza real, la princesa Annabella, yo les daré su recorrido por el castillo el día de hoy.
Dio una mirada rápida a todos, parecía todo normal hasta que esta clavo su mirada en la rubia platinada que estaba parada junto con su prima en el tercer escalón de la escalera que llevaba a la entrada
-Eeh- Elsa se sentía muy incomoda bajo la mirada de aquella profesora. -¿Holis?
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YO SOY LA REINA [Elsanna]
FanfictionSi te metes con la gente de su pueblo, la reina tarde o temprano te va a responder ¿Crees en la rencarnación y en que todo se paga en esta vida?... o en la proxima. Elsanna.