Auxilio

20 1 0
                                    

Hace tiempo, un joven de tierras áridas, pensaba en como mejoraría su vida fuera del páramo desértico en el que se alojaba su aldea natal. Cansado de la vida, el chico fue corriendo inspirado hacia una pequeña zona no poblada, cogió del suelo la primera herramienta que sus bellos morados ojos alcanzaban a divisar. El muchacho recogió un pequeño palo en el suelo, quizá traído por los pequeños primates que recorrían libremente la zona y realizado, llevó a cabo una acción muy descabellada. Impulsado por una fuerza poco común para un zagal de apenas trece años, enterró la punta del punzante objeto en la tierra y comenzó a formar una palabra con los surcos. Efectuada tamaña acción y extenuado procedió a acabar su alocada aventura solitaria y volvió a su chabola; la madre del niño, preocupada, le preguntó dónde estaba, en qué acción había malgastado su tiempo. El niño no contento con la actitud de su madre, desvió su atención a otra cosa, fantaseando con que pasaría al haber escrito aquella curiosa palabra en el desértico suelo. Pasó el tiempo, unos cuantos años después, los suficientes para que el zagal, pasase a convertirse en todo un caballero, hecho y derecho. El novicio que habitaba en él, dio paso a un hombre formado, prudente y reflexivo, sin embargo, no consiguió olvidar lo que escribió aquella vez. Casado pero cansado de existir, con una familia en su lecho, se dispuso a preparar sustento para su familia, cuando terminó, volvió a casa para descansar. Sin embargo, cuando llegó, una mujer misteriosa apareció frente a su puerta y llamó, era muy bella, sin embargo, lucía un aspecto macilento, muy pálida, piel tan blanca como la luz de la luna y unos ojos de color carmesí vivos aunque vacíos a su vez. Sorprendido por las extrañas vibraciones que provenían de la muchacha, atraído por su hermoso negro color de pelo, titubeando preguntó a la hermosa pero misteriosa mujer que estaba haciendo en un sitio como este, pues sus rasgos eran imposibles para una mujer del yermo. La mujer sonrió y dijo que alguien la había llamado y partió en busca de la persona en cuestión, sin embargo decía estar cansada y no quedarle víveres, buscaba un lugar donde hospedarse por un tiempo. La mujer del hombre no cedió su puerta a la muchacha, los niños no se fiaban de ella, parecían asustados, sin embargo el hombre cegado por la atracción hacia la enigmática mujer, cedió a su petición. Al día siguiente, en la tranquilidad de la mañana, los niños despertaron abruptamente de su descanso a causa de un fuerte llanto, que parecía ser el de su pobre madre, se apresuraron a ver que sucedía, encontraron a la mujer arrodillada, sollozando junto a un exánime cuerpo, que resultó ser su marido... Respecto a la misteriosa dama, ningún rastro, había desaparecido. La mujer no pudo soportar el peso de ver a su cónyuge sin vida en el suelo y completamente hundida, así como desesperada. decidió tomar la violenta decisión de quitarse la vida delante de sus niños, no sin antes dirigirles una pequeña sonrisa. Los niños años después fueron adoptados, aunque les costó salir de aquel trauma, mientras que su padre, por fin, pudo descansar en paz, pues lo que escribió en aquel momento fue "auxilio".

Auxilio - Relato cortoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora