El recetario de Lolito

Fabada Asturiana quita aliento

Después del festín que se había dado esa noche y con los recuerdos del más dulce día que pudo haber soñado se fue a la cama esperando soñar con esos hermosos ojos marrones y el olor a café que el chico desprendía

Un nuevo día había empezado, con mucha más energía que ayer corrió por el pueblo, aun mas emocionado se vistió para ir al trabajo y con una sonrisa ya estaba esperándolo, faltaban 10 minutos para la hora de entrada de Mangel y probablemente unos 15 más por el usual retraso ya sea porque su perro no lo dejaba salir o la noche anterior se la había pasado jugando con el cura y el policía del pueblo

Tic, Tac los minutos pasaban y Lolito seguía esperando mientras le sonreía a la puerta, prácticamente todos estaban en sus áreas, 5 minutos después de la hora de entrada había llegado quien le quitaba el aliento al pelirrojo. Como siempre este ya se había dirigido a su zona hasta que escucho la melodiosa voz de su jefe hablándole

- ¡Mangel! Ven- Le llamo animadamente con la mano, a lo que el de lentes se acerco

- Lo siento por el retraso- Fue lo primero que dijo, todos en esa cocina era de lo más puntuales lo que hacía que 5 minutos se notaran mucho

- Déjalo macho, a algunos nos cuentas levantarnos, pero no era por eso que te hable-

- Entonces ¿Por qué? - Pregunto ladeando la cabeza tal como lo hacía pipi estrada cada que su humano le hablaba de cosas raras

-Esta es tu nueva área de trabajo- Dijo señalando a una zona a lado de donde Lolito comúnmente cocina

- ¿Aquí? ¿En serio? – No podía creérselo, en serio su jefe le estaba pidió trabajar a su lado

-Pues sí, me fuiste de mucha ayuda ayer y sé que te necesitare cerca... Así que decidí ascenderte a mi ayudante principal, espero y te sientas cómodo y no te presiones al estar aquí- Cuando menciono el ascenso y el gran honor de poder cocinar y ayudarle a su lado pudo sentir todas las miradas de sus compañeros clavándosele en la espalda como cuchillos afilados, seguro pensaban y este que se cree, como a el que siempre llega tarde y solo pica verdura ya se ha vuelto el ayudante principal del jefe

-Es un honor Lolito, prometo no decepcionarte- Respondió mientras miraba con añoranza su zona de trabajo, cada vez un paso más cerca de ser reconocido como un chef

- Bueno a trabajar, que tenemos mucho pedidos- Anuncio Lolito haciendo que todos se dispersaran y dejaran de observar a su nuevo ayudante, a su niña

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El tenerlo a su lado era una de sus mejores y peores ideas que se le había ocurrido, era buena porque ahora podía hablar con el cuándo quisiera y tenía el pretexto para tocar la suave mano de Miguel, pero también era mala idea, porque no podía evitar fantasear con las maneras en que podría cocinar al chico a su lado, también de que se volvía un poco más torpe y nervioso al lado de este, haciendo que no se concentrara del todo en el trabajo, pero como diría su tía Lucille, "Hay personas que son un total quita aliento, las cuales no podrás dejar de mirarlas por más que quieras" Y en definitiva Mangel era su quita aliento

Otra charla casual y otra comida compartida entre ambos, algo que esperaba Lolito se volviese su rutina, ya que amaba ver a su amado comer y amaba comer a su lado

El día paso rápido como si de un suspiro se tratase, tan rápido que ni siquiera Lolito lo pudo tocar entre sus dedos

Y así pasaron los días hasta que el fin de semana se avecinaba, los días más difíciles para Lolito ya que no contaba con su motor, entre nervios y especies decidió por fin atreverse a pedirle algo más que verdura picada a su ayudante de cocina