xlii. Were going to a wedding!

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CAPITULO 42

¡NOS VAMOS DE BODA!
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Dos fuertes y femeninos gritos resonaron por toda la casa de los demonios

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Dos fuertes y femeninos gritos resonaron por toda la casa de los demonios. Nico no tardó en bajar a toda velocidad para averiguar qué había causado ese grito.

—¿Qué pasa? —se alarmó el pelirrojo.

—¡Bella se casa! ¡Nos vamos de boda! —respondió su hermana biológica, dando pequeños saltitos de forma emocionada.

La cara de Nico cambió de una alarmada a una donde se veía un claro ¿en serio?. El demonio rodó los ojos y salió caminando a pasó humano de la sala de forma indignada. Las chicas solo se limitaron a mirarse con una mueca confundida.

No obstante, la confusión de ambas desapareció cuando vieron dos cuchillos volar en su dirección y clavarse directamente en ellas.

—Capullo. —murmuraron al unísono, quitándose los cuchillos.

(....)

Nico no paraba de preguntarse como es que había acabado ayudando a la decoración de la boda mientras que Alice, Ignis, Lena y Bella conversaban.

—Una noche de discoteca aunque sea. —rogó Lena.

—Ah, no.—intervino Edward— A saber que harías con ella en una discoteca.

—Cierra la boca, pelo escoba. —ordenaron ambas demonios, a la vez.

Después, Lena la llamó alargando la última vocal en un tono de súplica.

— Ella debe dormir, chicas, nada de dicotecas. —finalizó la duendecilla.

Las dos demonios suspiraron, con muecas dibujadas en sus rostros, pero terminaron aceptando. Bella Swan no se iría a una discoteca con ellas dos ni loca.

Siguieron con conversaciones sobre la boda, Bella se quejaba de los zapatos y a Alice casi le dio un tic en el ojo al escucharla decir que prefería ir en zapatillas. De golpe, un mareo provocó que Lena se tambaleara y se llevara las manos a la frente. Todas la miraron,  confundidas.

¿Un mareo? Los demonios no sufrían mareos o enfermedades.

Lena no estaba segura del porqué, pero tenía ganas de vomitar, así que corrió a velocidad sobrehumana al baño donde expulsó la sangre que había bebido por la mañana. Ignis se adelantó también, asegurándole a Alice y Bella que no se preocuparan.

—Lena, los demonios no vomitan a no ser que esten cambiando de humano a demonio. —la pelirroja suspiró —O si...

—No sigas por ahí, Nis. —la interrumpió— Estoy bien, solo iré a casa y mañana estaré como nueva.

Ignis asintió con el ceño fruncido.
Lena se negaba a creer eso, su mente pensaba en excusas válidas pero no se le ocurría ninguna buena.

¿En serio estaba...? No, eso era imposible. ¿Verdad?

Swan Sisters • Jasper Hale Donde viven las historias. Descúbrelo ahora