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Jasper, Edward, Bella y Elena montarln al cocha del cobrizo. Él y su novia se sentaron delante mientras que los otros dos se colocaron en los asientos de atrás.
— ¡Ahora siempre estará detras de mí!- — gritó Bella de forma histérica.
¿Acaso creías que salir con una vampiros era todo de color de rosa?, pensó Elena ante la actitud de su hermana.
— Bella, cálamate. Y Edward, ¿qué fue lo que pensó? — habló la Swan menor, poniéndo un poco de orden a la situación.
— James es un rastreador, su pasión es matar. Mi actitud en el campo hizo que reaccionara así, acabo de convertir esto en el juego más apasionante de su vida. — respondió bruscamente el lector de mentes.
— Tendremos que descuartizarlo y quemar sus pedazos. — comentó Jasper intentando sonar más suave pero, aún así, con firmeza
Elena se acercó a su vampiro y apoyó la cabeza en su hombro intentando relajarse. Jasper le acarició la espalda logrando así el cometido de la humana.
— ¿A dónde nos llevas? — preguntó Bella rompiendo los minutos de silencio que se habían creado.
— Lejos de Forks. — en cuanto Elena escuchó eso se puso firme, mirando desconfiada al vampiro.
— ¿Y que hay de nuestro padre?
— No podéis ir a casa, es el primer lugar al que irá.
(...)
— Se acabó Edward, ¡vete!
— Bella, por favor... — suplicó Edward pero la castaña le cerró la puerta en la cara, ignorando las súplicas de su novio.
La Swan mayor subió las escaleras siendo seguida por su padre y su hermana, ambos con rostros de preocupación.
— ¿Bella, qué pasa? ¿Ha pasado algo? Bella. — insistió Charlie, preocupado. Al no encontrar resultados, miró a su hija menor — ¿El, qué pasa?
— Edward y Bella discutieron, no sé bien que ha pasado... Hablaré con ella.
Elena entró a la habitación de su hermana quién estaba poniendo ropa en una mochila frenéticamente.
— Él me matará... — susurró la mayor, atemorizada.
— Bella, ya. ¿Creías que saliendo con un vampiro todo iba a ser como en un cuento de hadas? — quizá estaba siendo un poco antipática pero que su hermana estuviera como una loca no iba a solucionar nada. Lo mejor era mantener la calma. — Todo estará bien.
Después de una corta charla, Elena fue a por cosas báicas a su habitación donde se encontraba Jasper.
— Escucha, dile a Bella que conduzca unas calles y os encontraréis con Edward y conmigo, ¿sí? — la castalla asintió.
— Claro. Jas... — el vampiro la miró a los ojos — Te quiero.
— Yo tambien te quiero, El.
Mientras ellos se transmitían paz mutuamente, Bella discutía con su padre.
— Bella sé que no soy muy divertido, pero puedo cambiar, podemos hacer más cosas juntos. — propuso el jefe de policía mirando a su hija mayor.
— ¿Como que? ¿Ver baseball en la televisión? ¿Cenar todos los jueves carne y postre? Eso es lo tuyo no lo mío.
— Bella, por favor... Piensa las cosas.
— ¿No lo entiendes? Si no me voy ahora me quedaré estancada aquí como lo hizo mamá.
Con esas palabras Bella rompió el corazón de su padre dejándolo sin nada que decir mientras que veía a su hija mayor salir de casa. Elena, que había escuchado todo, fue hacia su padre con un rostro empático.
— Papá iré con ella. La convenceré de que vuelva y aunque no lo consiga volveré, lo prometo. — aseguró.
— Cuida a tu hermana, tiende a meterse en problemas... Y cuídate El, te quiero. — el adulto la abrazó con fuerza.
— Yo tambien te quiero papá. — le devolvió el abrazo con la misma intensidad antes de salir de su hogar y montar la coche de su melliza.
— Para aquí. — le indicó al ver el coche de Emmett.
La mayor asintió y aparcó a un lado. Jasper y Edward llegaron enseguida y la menor de las Swan se fue al Jeep de Emmett junto a Jasper y Alice siguiéndoles en el coche de atrás.
— Él estará bien. — le prometió Jasper a su compañera.
