Capítulo 2:

61 2 0
                                    

— ¿Cómo que mañana empiezo un campamento?—le pregunto a mi madre lo más calmada posible.

— Sí, cariño. Os apuntamos a ti, a Brad y a Natalie.—sonríe la madre de Natt. Bien, respira Ann, respira...

— ¡No es justo! ¡Acabo de salir de un etú*pido centro y no podré disfrutar de mis vacaciones!—grito enfurecida.

— No hay más que hablar, ve a hacer tus maletas señorita.—dice mi madre enfadada.

— ¡Aggg! A la mi*erda.—me voy de la cocina hacia mi habitación.

Una vez entro en mi habitación doy un portazo y empiezo a hacer las maletas(hace una hora deshechas por volver del centro)refunfuñando. ¿Qué mosquito les habrá picado? Dios mío... Continúo metiendo ropa en las maletas y una mano me tapa la boca asustándome pero impidiendo que grite. Forzageo y siento un aliento en m oído acompañado de un susurro:

— Bú, gatita.—mi cara se descompone y muerdo la mano de mi captor.

— ¡Estúpido Brad, me has asustado!—grito enfadada y el se sopla en la mano.

— ¡Au! ¿Por qué me muerdes?—agita la mano adolorida.

— ¿A quién se le ocurre venir por las espaldas? Imbé*cil...—murmuro y continúo haciendo las maletas.

— Te has enterado de lo del campamento eh...—ríe y mira mis maletas.

— Sí, ¿no lo ves?—resoplo y se acerca a mi maleta cogiendo algo de dentro.

— Oh... Este conjunto te lo pondrás para la noche de sexo desenfrenado que tendremos mañana en la fogata de inauguración.—mueve las cejas arriba y abajo sonriendo.

— Ni lo sueñes.—gruño y le quito el conjunto de la mano.

— Ya lo veremos, rubia.—se va de mi habitación guiñándome un ojo.

Y aquí estoy, en el estú*pido campamento en una montaña quien sabe donde con Natt, el imb*écil de Brad y la mitad de mi antigüo instituto. Esto es tan... ¿Campestre? Natt me agarra del brazo y vamos corriendo dirección a los monitores, quienes una vez todos estamos sentados comienzan a hablar.

— Bien, yo soy Betty y soy una de las monitoras. En ese tablón de alli.—señala un tablón a su derecha—. Se encuentran los nombres de quienes compartirán cabaña. Lo hemos puesto a decisión de vuestros padres para que no os quejéis por caer con alguien que os cae mal. Ahora, una vez veáis los tablones, cada uno se dirijirá a su cabaña asignada y se instalará. Podéis ir a conocer los alrededores; pero nunca solos.

La charla continuó, y una vez terminaron de hablar los monitores Natt y yo nos dirijimos a los tablones. Lo mejor de todo es que nos tocó juntas, ¿lo peor? Que en nuestra cabaña también estaban Brad, Steicy, Ryan y Liam. Me entraron ganas de llorar de rabia pero Natt me abrazó y me dijo que todo estaría bien. ¡Ojalá fuese así! 

Nos dirijimos a la cabaña y era hermosa realmente. Era grande, con cinco habitaciones, dos baños, una cocina, un salón, y poco más. Todas las habitaciones ya se encontraban ocupadas, menos una con dos camas individuales.

— Me ha tocado con dos perdedoras.—escucho a mis espaldas y me giro.

— Opino lo mismo pero tan solo de ti, Steicy.—sonrío falsamente.

— Oh, podéis quedaros la habitación, yo dormiré con mi novio.—me mira con una sonrisa de víbora en los labios.

— ¿Tu novio?—río.

— Sí, Brad. Creo que ya lo conoces.—me mira fijamente y la rabia crece dentro mía.

— ¿Estás saliendo con mi hermano?—la mira enfadada Natt.

Mi chico malo. {+16}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora