Capítulo 5:

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Os contaré estas últimas semanas en el campamento. Natt estaba muy pegada a su hermano, Brad, y eso que se suponía que le odiaba por estar con la per*ra de Steicy, ¿hola? Liam y yo hemos echo muy buenas migas, se ha convertido en un buen amigo. ¿Brad? Intento evitarlo lo máximo posible desde que pasó lo de el día que andamos en kanoas. Steicy sigue igual de perr*a que siempre, Ryan me cae mucho mejor que antes, y bueno, Natt y yo hemos echo algunas amigas con las que ahora somos un "grupito", irónico, ¿eh?

Ahora todos nos encontramos montados en el autobús vuelta a casa, ¿tan rápido? Sí, resultó ser que el campamento no era tan largo como pensaba. Hemos echo fogatas, tiro con arco, escalado montañas, senderismo, búsquedas en pleno bosque(os juro que creí que me perdería). También hemos echo fiestas, noches en las que contábamos historias de terror, y muchas cosas más. En fin, no ha sido tan malo como pensaba, al fin y al cabo me lo he pasado bien. Ahora me encuentro sentada al lado de Sindy, Lizzie, Rita, y Maddie, al final del autobús. Ellas son las chicas que os decía con la que ahora formamos un grupito. En fin, nos encontramos hablando de cosas estúpidas, y de qué haremos al volver.

— Juro que cogeré mi cama con ganas.—gimo del gusto al pensarlo.

— ¡Eres una vaga Ann!—chilla Liz riendo.

— Yo necesito ir a la peluquería, tengo las puntas asquerosas.—gruñe enfadada Mad(Maddie) provocando que ría.

— ¿Y por qué no vamos todas de compras y de paso hacemos un "mini" cambio de look?—pregunta Rita.

— ¡Oh, me parece perfecto! Necesito renovar mi armario.—comenta Sindy y todas asienten entusiasmadas mirándome.

— ¡Si por favor!—se asoma Natt en su asiento(se encontraba en el asiento de delante nuestra). Todas me miran con las cejas alzadas y gruño descontenta.

— De acuerdo, lo hago porque os quiero...—murmuro entre dientes y todas gritan de alegría.

Una vez llegamos tras el largo viaje a casa, saludamos a mi madre y a Sally. Les contamos todo lo que hicimos entre risas mientras comíamos un rico almuerzo, ¡uhmm! Spaguetti con tomate y nata. Mi madre y Sally nos contaron que nos echaron de menos y lo que hicieron mientras no estábamos. La empresa de moda de mamá y Sally iba mucho mejor, a tal punto que seguramente tuvieran que viajar. Tras un rato hablando sonó la puerta y por ella entro Brad agarrado de la mano de Steicy.

— ¿Qué horas son estas de venir a casa jovencito? Tendrías que haber venido tras la excursión.—le riñe Sally hasta que se da la vuelta—. ¡Oh, tenemos visita!

— Sí mamá. Ella es Steicy, mi novia.—sonríe y me mira arrogante.

— Encantada cariño.—sonríen Sally y mi madre. Creo que voy a vomitar.

— Igualmente, señoras.—sonríe angelicalmente Steicy.

— Oh, no me llames así, soy tu suega. Llámame Sally.

— Yo soy Lucía, Lucy. La madre de Anne.—mi madre le da dos besos.

— ¿Quieres quedarte a cenar esta noche?—sonríe Sally, esto ya es el colmo.

— Claro, Sally.—sonríe Steicy y me mira con una sonrisa egocéntrica.

— Natt, vamos a arreglarnos que tenemos que irnos con las chicas. Pasan a recogernos en una hora.—la agarro del brazo y tiro de ella, ya que está que echa humo por las orejas.

— ¿Por qué no vas con ellas mientras preparamos de comer? Brad puede llevaros.—dice mi madre.

— Mamá, repito. Nos vienen a recoger las chicas.—gruño.

— Ella puede acompañaros, y Brad también.—me mira enfadada—. Ellos pueden ir en el coche de Brad detrás vuestra.

No sirvieron de nada mis quejas, ya que al final Brad y la gua*rra de Steicy vienen con nosotros. Me di una ducha y tras arreglarme acabé lista. Mi pelo rubio liso hasta las costillas suelto, una camiseta pegada negra con una cremallera en el pecho y por encima del ombligo que dejaba ver mi piercing, unos vaqueros pegados y unos tacones. Me hice una ralla con rabillo en el ojo, rimel, un poco de colorete y pintalabios rojo. Cogí mi chaqueta vaquera sin mangas y baje las escaleras. Abajo estaban ya todos listos. Me enganché del brazo de Natt y tras escuchar el claxon del coche de las chicas, nos despedimos.

— ¡Adiós mamis!—gritamos Natt y yo a la vez—. ¡Nos vamos!—salimos corriendo y nos metimos en el coche de las chicas lanzándonos dentro encima de todas.

— ¡Arrancad, arrancad!—chilla Natt desesperada y Mad arranca a toda ostia.

— ¿Por qué tanta prisa?—pregunta Liz riendo.

— Mi madre y la de Natt nos han encasquetado a Brad y Steicy, ¡y no quiero ugh!—gruño y me cruzo de brazos.

— Ahora todo tiene más sentido...—murmura Rita riendo.

— Venga, ¡que hemos llegado!—grita Sindy emocionada—. ¡Todas fuera y a comprar!

Llevábamos cerca de dos horas y media recorriendo el centro comercial. Todas llevábamos más de diez bolsas y ya me dolían los brazos, por no hablar de mis pies... A lo lejos vi a Liam y le llame a gritos mientras agitaba las manos alegremente. Liam se giro y me miró entre risas. Iba igual de guapo que siempre. Con sus airmax marrones a juego con su jersey, unos vaqueros que se amoldaban a sus piernas, una chupa de cuero y su pelo hacia arriba. Mi boca se hizo agua al instante y me arrepentí de haberlo llamado por un momento. ¡Se encontraba con Brad, Steicy, Ryan y un pequeño grupo de chicos! Lleve mi mano a mi frente y me golpeé flojo por no haberme dado cuenta.

Liam vino corriendo hacia mí y tire las bolsas al suelo, extendió sus brazos y yo salté encima suya enganchándome como un mono. El me dió vueltas en el aire mientras yo reía y me daba muchos besos en la mejilla y en el cuello. 

— ¡Hola Big Beaaaar!—le abrazo fuerte.

— ¿Cómo estás pitufa?—sonríe y me deja en el suelo.

— Cansada, ¡estas estú*pidas llevan dos horas comprando, dos malditas horas y me duelen los brazos de sujetar bolsas!—hincho los mofletes como niña pequeña.

— ¡Eh, no soy estúpida!—protesta Liz y todas asienten en acuerdo con ella.

— Bien, si quieres te llevo a casa y te ayudo con tus cosas.—me sonríe Liam.

— ¡No!—gruñe Brad—. Quiero decir... Yo puedo llevarlas a ella y a Natt.

— Oh, no hace falta. Me iré con Liam y con Natt, ¿quieres venirte, Ryan?—le pregunto sonriendo y asiente.

Tras despedirnos todos, Liam, Natt, Ryan, y yo nos metimos en el coche de Liam. El camino fue entre risas y bromas. Una vez llegamos a casa mamá y Sally invitaron a Ryan y Liam a comer también. Una vez estuvo la ropa guardada en mi vestidor, y estuvo echa la cena, todos nos sentamos a cenar. La cena pasó demasiado tranquila, y mi madre y Sally tenian miradas complices... ¿Qué tendrán entre manos?

— Bien, chicos. Tenemos una noticia para vosotros.—comenzó a hablar mi madre, esto no pinta demasiado bien...

Mi chico malo. {+16}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora