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─¿Qué te dijeron?

─Me dijeron que me pasarían a buscar a las ocho de la noche...¿Estás bien con eso?

─Mientras menos tiempo estés en esa casa, mejor.─ sostuvo su mano, y se aproximó a la salida, en donde un auto negro lo esperaba. Al entrar, un hombre de cabello negro los recibió. JungKook supo de inmediato que era su padre, sus narices eran totalmente iguales.

─Tú debes ser JungKook. JiMin nos habló mucho de tí.

─¡Papá! No digas eso en voz alta...

El hombre se carcajeó, y extendió su mano hacia el castaño. ─Soy Park SeungMin, encantado de conocerte.

─Igualmente, señor Park.─ tomó su mano, y luego de un suave apretón, el señor habló.

─¡Oh, no me llames señor! Tengo 37 años, no estoy tan viejo. Llámame simplemente SeungMin.

JungKook rió suavemente, y asintió un par de veces. El señor Park comenzó a conducir con rumbo a su hogar.

─¿Sabes, JungKook? Mi esposa está muy intrigada con tu caso.─ habló mientras conducía. ─Ella dice que es más normal de lo que la gente piensa, y por eso lucha para que el maltrato intrafamiliar, tanto físico como psicológico, se acabe.

JungKook sonrió levemente, y miró a JiMin, que tenía la misma sonrisa en los labios.

─Estoy muy agradecido con su hijo... Ha hecho tantas cosas por mí que no puedo mencionarlas todas.─ dijo mientras lo miraba, fijándose en sus mejillas que empezaban a teñirse de rojo. ─Gracias a él sigo aquí, se lo agradezco mucho.

─Veo que se llevan muy bien... ¿no, JiMinnie?

─Papá, ya...

─¡Yo solo digo!

Hasta el señor Park se hacía una idea de lo que estaba pasando en los asientos traseros, por las miradas que veía que se daban.

(...)

─¡JungKook! Bienvenido, pasa, pasa.─ la señora Park los estaba esperando en la puerta de su hogar.

─Un gusto conocerla, señora Park.

─El gusto es mío, querido. Pero no me hagas sentir vieja, llámame Michelle.─ JungKook supo que ella no era coreana desde que la vio. ─Vamos, pasa. Preparé algo para comer y luego hablaremos.

El castaño asintió, y se aproximó a donde la mujer los llevaba.

Era extraño, no se sentía con ánimos, tampoco tenía hambre. Sólo quería ir a dormir, pero no quería volver a casa.

Pero los Park ya sabían que algo andaba mal. SeungMin ya se había percatado de su cabeza caída en el viaje en auto al igual que JiMin, y Michelle, desde que lo vio salir del auto, notó su rostro pálido y sus instintos de madre se activaron, agradeció haber preparado comida porque él parecía hambriento.

Con la mirada, les ordenó a ambos que se alejaran un momento, a lo cual los dos asintieron y caminaron hacia la cocina.

─Hey, Gukkie.─ colocó sus manos en su rostro, acunandolo. ─¿Todo bien?

─Lo siento, es que... Estoy cansado.

─¿Quieres dormir un rato? Me dijiste que estabas teniendo malas noches.─ la preocupación de JiMin se notaba a leguas, incluso sus padres (quienes estaban escuchando su conversación desde detrás una columna) podían notarlo.

─¿No voy a molestar a tus padres? Tu mamá cocinó... No quiero que crea que no quiero comer lo que preparó.

─Ella entenderá, además, puedo recalentarla después y así comeré contigo... ¿Sí quieres dormir?

─Sí, por favor...

JiMin tomó su mano, y ambos subieron las escaleras juntos para llegar a la habitación de JiMin.

─Recuestate en la cama, apagaré la luz.

JungKook se tomó un tiempo para echarle un vistazo a la habitación. Los colores como verde y azul pastel adornaban las paredes, habían dibujos de paisajes y rostros colgados en la pared, un closet de madera pálida y una cama del mismo material con unas sábanas blancas.

─¿Quieres que guarde tu chaqueta? ─ preguntó, quedándose apoyado en el marco de la puerta.

─Si quieres...

JiMin se aproximó y, cuando JungKook se quitó la chaqueta, se la entregó al rubio y él se encargó de ponerla en una perchera.

─Cuando la quieras de vuelta, solo tienes que tomarla.─ sonrió, y cuando vio que ya estaba recostado, apagó la luz. ─Cualquier cosa, estamos abajo, ¿sí?─ dijo, para después cerrar la puerta con suavidad.

Bajando las escaleras, se encontró con los rostros preocupados de sus padres. ─¿Qué sucedió?

─No se sentía bien... Estaba cansado, así que lo llevé a dormir.─ suspiró, rascándose la cabeza. ─Estoy preocupado, él... Él no está durmiendo bien, siempre se anda durmiendo en todas partes y siempre está cansado. Ya no tiene ganas de nada, lo tuvieron que sacar del equipo de basket porque ya no se sentía de ánimos como para jugar... Estoy asustado, siento que está pasando algo más y él no quiere contarme.

─Yo tengo una amiga que es psicóloga... ¿Quieres que la llame y le consiga una cita?─ sugirió el padre de JiMin, a lo que este asintió suavemente.

─Todo lo que sea necesario... Quiero ayudarlo. No soporto verlo así.

─No te preocupes, JiMinnie.─ su madre acarició su cabello con delicadeza, mientras sonreía para intentar calmarlo. ─Haremos lo que sea que podamos para ayudarlo. Cuando se despierte, tiene que contarmelo todo... Espero no incomodarlo.

─Yo también lo espero... Gracias, mamá, papá.

─De nada, Minnie.

JiMin iba a sentarse, pero una imagen llegó fugazmente a su cabeza y lo dejó con los ojos como platos.

─¿JiMin?─ su madre, por otro lado, trataba de sacarlo del trance en el que se encontraba.

JungKook se quitó la chaqueta.

Se le levantó la camiseta.

En su espalda... Habían moretones...

¡Habían marcas!

─JiMin, cielo... ¿qué-─ la mujer fue cortada cuando él se volvió loco corriendo hacia las escaleras, subiendo nuevamente a su habitación y abriendo la puerta bruscamente.

JungKook no estaba dormido, tenía la camiseta levantada cuando entró a la habitación. Cuando lo vio, automáticamente la bajó y se levantó de la cama.

─JiMin... ¿qué...?

─Levantate la camiseta.

─¿Qué? No... No quiero.

─Por favor, JungKook... Dime que no tienes moretones ahí.─ JiMin sintió ganas de llorar cuando lo vio dudar, y bajar la mirada.

─No tengo nada...

─¿No? ¿No tienes nada?─ JiMin sabía que, aunque intentaba ayudar, no quería obligarlo a nada. ─JungKook, ¿no te prometí que te ayudaría con lo que sea? ¿Que estaría contigo en lo malo y en lo bueno? Necesito que me ayudes a poder hacerlo. Yo sabía que algo más estaba pasando. ¿Te lastimaron más? Dime que no, por favor.─ las lágrimas caían como cascadas de los ojos de JiMin, siendole imposible casi respirar.

JungKook notó aquello, y simplemente se dio la vuelta y levantó su camiseta, escuchando a JiMin llorar aún más cuando vio de lo que se trataba.

Habían tantas cosas, JiMin pudo identificar muchísimas de ellas; marcas de cigarros, cortes que un látigo podría hacer, moretones de diferentes colores que formaban una galaxia en su espalda. Algunas heridas aún tenían sangre seca... JungKook no tenía a nadie que lo ayudara a curarse.

─G-Gukkie...

浴室 ℬathroom 「JJK + PJM」✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora