Capítulo 6

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- Así que, Benjamin. ¿Qué es lo que te gusta hacer? - encantada de iniciar una plática, Sharon dio el primero paso

- No lo sé - tres palabras salieron de la boca del niño segundos antes de que se centrará en su hamburguesa -

- Así es Benjamin, un hombrecito de pocas palabras - intervino Tony a la par que acariciaba los cabellos castaños del menor.

- Tal vez estoy molesto - de la nada expresó el menor

- ¿molesto conmigo? ¿Por qué salgo con tu padre?

- No, no, para nada. Mi papá es feliz contigo y creo que eso está bien, solo que ya sabes no es agradable que de la noche a la mañana deje de cumplir sus promesas

- ¿Qué promesas? - tanto Tony como Sharon quedaron impactadas ante las palabras del pequeñito

- Pues verán - Peter jugo con sus manos entrelazadas - hace un año él dijo que me llevaría a Hawaii, dijo que nadariamos con delfines en una laguna muy bonita pero - largó un suspiro - estoy perdiendo las esperanzas de que eso pase, más ahora que tú eres su felicidad

Justo en ese momento el rubio quien había ido por unas servilletas iba llegando a la mesa y solo atinó a mirar con los ojos achinados a Peter

- ¿Por qué hiciste eso Steven? - cuestionó la rubia cruzandose de brazos

- No, no fue eso más bien él no entendió. Lo que yo dije fue que teníamos que ir todos juntos, no sabes lo feliz que me hace la idea de llevar a mi hijo y a ti a Hawaii y bueno también a Edward pero sí, si eso dije campeón que iríamos pronto ¿qué tal el sábado? No, mejor nos vamos mañana será una idea perfecta. Un fin de semana nadando con delfines y disfrutando del paisaje

Otra mentira se iba sumando a la lista de las mentiras interminables de Steven Rogers, ese día y después de que Sharon se sintiera culpable por la cancelación de un viaje, jugaron toda la tarde.

Cuando la luna brillaba en lo más alto del cielo, el rubio dejó a Tony y a Peter en casa, con la promesa de verse al siguiente día en el aeropuerto  de Los Angeles, con maletas listas para pasar todo un fin de semana en familia.

Esa noche para todos fue diferente.

Peter se hizo merecedor a un castigo, debería dejar el DS en casa y tenía prohibido el uso del celular.

Tony, empaco y solo durmió dos horas.

Steve, se dejó apapachar por Sharon justo cuando la dejó en su apartamento y Sharon descanso sin alguna preocupación en su vida.

Eran las 9:00 am cuando los cuatro estaban sentados esperando que llamaran a su vuelo.

- Es increíble que un niño de cuatro años me manipule - indignado habló Steve

- Tengo nueve - corrigió Peter - además vi la oportunidad y solo la tomé

- Enojate contigo, tú inventaste todas estas mentiras y sabes que mi paciencia está por llegar a su limite así que tranquilo o solo tomaré a mi hijo y juro que me iré de aquí

Justo cuando Steve iba a responder la rubia hizo presencia con una sonrisa de oreja a oreja

- Estoy tan emocionada por todo esta experiencia - expresó

- Es justo lo que le decía a Edward, que es emocionante ir con mi hijo y mi novia a un lindo lugar bueno y mi exesposo claro esta. Mira Edward, Sharon lee la revista seventeen quizá tu la leíste hace unos treinta años - bromeó y se puso de pie para ayudar a la rubia con su pequeña maleta -

Y cuando se creyo que la desgracia no podía ir en aumento, James o Bucky como lo llamaba Steve, se hizo presente.

Dejo un beso forzado en los labios de Tony, cosa que a Steve le molesto y le dejo una sensación enorme de querer romperle todos los dientes y de paso el puente de la nariz.

Un esposo de mentira Donde viven las historias. Descúbrelo ahora