JiMin estaba seguro, el no volvería a ese infierno llamado hogar.
El menor presionó aquel timbre con delicadeza, se podían escuchar pasos rápidos y fuertes, en cuestión de 5 segundos la puerta fue abierta rápidamente, dejando a la vista a un chico castaño, con los ojos rojos y hinchados.
- ¿J-JiMin-ssi? ¡DÓNDE ESTABAS, YO LLAMÉ A TU CASA Y E-ELLOS ME DIJERON QUE TE FUISTE, TE LLAME MÁS DE MIL VECES Y NO CONTESTABAS! ¡DONDE ESTABAS!- Gritó aquel castaño.
- T-Tae Perdóname, Perdóname- dijo el pequeño mochi abrazando fuertemente a su amigo
- No se que sería de mí si te llegase a pasar algo, ¿que sería de mi sin mi soulmate?-
Ambos jóvenes lloraron un largo tiempo, pero lo más importante es que todo cambiaría en la vida de JiMin