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Gold Coast,

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Gold Coast,

Brisbane, Australia.

2:00 p.m.

La lluvia era incesable, en cielo estaba cubierto de nubles de un color grisáceo oscuro. Chaeyoung ya había alistado su mochila sólo con cosas que posiblemente necesitaría en caso de que algo sucediera. Y ese algo era en caso de que le diera hambre de camino a la playa. Con su tabla, su impermeable y su mochila lista, bajó a la sala de estar en donde se encontraban sus dos madres acurrucadas. Tierno. Pensó la pelirroja.

Oigan, he estado pensando en redecorar mi habitación, y pues como hoy hay tiempo libre de sobra debido a la tormenta pensaba hacerlo justo ahora ¿Sobran latas de pintura? — Preguntó la chica a sus dos madres.

¿Querida? — Le preguntó extrañada la rubia a su esposa. — ¿Escuchaste lo mismo que yo? — Dijo todavía sin poder creerlo.

¡Jeongyeon, busca la cámara! ¡Nuestra hija por fin va a organizar su habitación! — Le dijo la pelirroja mayor a su esposa.

¡Ja ja! Muy graciosas. — Contestó su hija fastidiada por la reacción de sus madres.

¿Y a qué viene ese milagro de querer redecorar tu habitación? — Cuestionó Nayeon.

Estamos en medio de una tormenta y estoy sumamente aburrida. No puedo salir con Dahyun y Momo, no puedo ir a la playa. Y prefiero eso a tener que jugar charadas con ustedes. Sin ofender mamá, pero eres muy lenta para adivinar. — Dijo mientras colocaba un poco de lasaña recalentada en un contenedor.

¡Eso no es cierto! ¿Verdad, amor? — Le preguntó a Jeongyeon.

¡Hija, me parece una idea estupenda que redecores tu habitación! Tienes mi apoyo, las latas de pintura están en el depósito. — Se dirigió a su hija evadiendo la pregunta de su esposa mientras ésta la miraba atónita.

Gracias, estaré ocupada, no bajaré a cenar ya llevo comida y agua, tengo todo lo que necesito así que por favor, no me molesten. — Finalizó mientras subía las escaleras.

La adolescencia. — Soltó la rubia mientras negaba con su cabeza.

¡¿Cómo que soy lenta jugando charadas, Yoo Jeongyeon?! — Gritó una muy dolida Nayeon.

Tras haber cerrado con seguro la puerta de su habitación, colocó en su estéreo un total de 5 horas de música, lo necesario para no levantar sospechas. Se colocó su impermeable amarillo y se colgó su mochila en la espalda. Abrió su ventana y se aseguró de bajar su tabla de surf y luego a ella sin hacer ni el más mínimo ruido. Luego de una exitosa bajada, se encaminó hacia su lugar de destino montando su bicicleta. Vaya que era incómodo, su tabla era incluso tres veces más grande que ella. Ahora Chaeyoung podría decir que la primera fase de su plan estaba totalmente cumplida.

𝐋𝐢𝐟𝐞 𝐆𝐮𝐚𝐫𝐝 ➳ 𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora