2. Hasta que llegue...

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Jimin miraba a través de la ventana del avión perdido en sus pensamientos, estaban a tan solo minutos de aterrizar en Ilsan, cada vez más cerca de llegar a ver a su familia. Hace años que había dejado su vida en Seúl y bueno, con ello sus sentimientos por... él.

Ciertamente no contaba con que meses atrás su hermano menor decidiría casarse con su novia de preparatoria siendo tan joven y le pediría ser su padrino, por lo que tuvo que volver por voluntad propia si no quería que su mamá fuera hasta Francia para traerlo a la fuerza. Además, era un evento importante en la vida de su hermanito por lo que no quería faltar.

El ahora pelirrojo no podía negar que aún pensaba en su primer amor cada tanto, especialmente al recordar su hogar. No era extraño que esa insistencia de su memoria creciera ahora que volvía después de siete largos años estando tan lejos de casa.

Si bien ambos intentaron seguir en contacto los primeros meses, la diferencia horaria y rutinas diarias de cada uno les hacía complicado mantenerse al día, por lo que con el paso del tiempo la comunicación pasó de intermitente a inexistente; ya ni siquiera se tenían en redes sociales.

Un par de años después de su rompimiento, Jimin se dio cuenta de que Yoongi le había eliminado de éstas y, gracias a lo que le gustaba denominar como 'el orgullo Park', él decidió no insistir con otra solicitud de amistad; ya hacían alrededor de cinco años desde la última vez que cruzaron palabra. Tenían algunos amigos en común, por lo que de vez en cuando se topaba con alguna foto o comentario de su ex novio, pero eso era todo.

Jimin supuso que era momento de seguir con su vida, por lo que comenzó a salir para conocer gente nueva. Salió con varias personas creyendo que al ignorar lo que sentía por el pálido y evitando volver a Seúl, eventualmente sus sentimientos desaparecerían. Lo cual hasta ése momento parecía haber funcionado perfectamente, sin embargo, se encontraba muriendo de nervios tan sólo por los recuerdos que le golpearon tan abrumadoramente causándole nostalgia.

-Ma chérie, tu madre me pregunta si llevas la camisa que te envió en Navidad... Dice que no cree que en serio te haya gustado- soltó divertido el ojiverde mientras leía la pantalla de su teléfono celular- ¿Amor, me oyes?

-¿Qué? Ah, sí... Está en la maleta, perdón, cariño... estoy un poco distraído, es que hace mucho que no venía a casa y me siento nervioso- dijo saliendo de su ensoñación, mirando a los ojos del hombre que iba a su lado.

Silvain relajó la previa expresión de preocupación en su rostro y le sonrió tomando su mano en señal de apoyo.

-No estás solo, Minnie... -dijo besando el dorso de su mano y sus labios para que no se preocupara, volviendo la vista hacia su celular.

Silvain Chevalier era un violinista francés que conoció durante una presentación de su compañía de danza hace casi dos años, en la cual intercambiaron sus números telefónicos después de haber coqueteado sin parar durante los ensayos; Era más alto que Jimin, por lo menos 15 cms de diferencia, dos años mayor, cabello castaño y ojos verdes, delgado y de piel clara, casi tanto como la de Min Yoongi; sumamente atractivo.

Se frecuentaron en diversas ocasiones después de eso; yendo a cenar, pasear, a museos... simplemente conociendo París juntos, lo que les llevó a entablar una amistad que hace apenas tres meses se había convertido en una relación formal. El ojiverde fue realmente el primero en mostrar interés en Jimin, el menor se dejó seducir hasta que le tomó cariño.

Jimin sabía que no estaba enamorado de Silvain... al menos no aún, pero también sabía que debía continuar con su vida después de Yoongi. Vivió su soltería hasta que se cansó, llegando así el momento en que se sintió preparado para iniciar una nueva relación. Esa fue la razón que le hizo decidir corresponder a los sentimientos del buen hombre que le estaba acompañando a la boda de su hermano.

Moving On ~Yoonmin~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora