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Selene corría por las calles del gran Buenos Aires para poder llegar a tiempo a la casa de su amigo Mauro, el chico la llamó diciéndole que vaya a su casa al rededor de las nueve de la noche para poder prepararse para una fiesta. A la rubia se le hizo tarde ya que se quedó dormida y ya estaba llegando una hora tarde.

-Hola Mau-Dijo Sele con la voz agitada al llegar a la casa de su mejor amigo-Perdón que llegué tan tarde, me quedé dormida-Pidió disculpas la chica de ojos celestes.

Cuando los jovenes entraron a la casa de Lombardo, Selene visualizo a Valentín, uno de sus mejores amigos. Sin dudarlo fue al primero al que saludó.

-Te extrañé Val-Expresó Pratto en el medio del abrazo.

Valentín respondió al abrazo de su amiga acompañando con un "yo también". No se veían hace un gran plazo de tiempo.
La chica fue saludando a todos los que se encontraban sentandos en el living de la casa de Mauro, los conocía a todos. Excepto a un chico con el pelo verde.

-Hola, soy Selene-Se presentó ante el chico completamente desconocido para ella.

-Hola, soy Tomas o C.R.O-Respondió el peliverde.

A Sel le cayó la ficha de quien era el chico, había escuchado una de sus canciones, pero no sabía nada con respecto a él. Se sentó juanto a Alejo, ya que era el único lugar que había libre.

-¿Y que es de tu vida Sele?-Preguntó Neo.

-Bien, por suerte-Respondió con una sonrisa la ojiceleste.

-¿Tu familia?-Preguntó esta vez Valentín-¿Siempre igual?.

Selene sólo se limitó a asentir con un poco de tristeza en sus ojos. Los chicos se dieron cuenta de la situación en la que habían puesto a su amiga y salieron al patio con un par de excusas.
Selene se dirigió a la cocina a buscar algo para tomar, en un momento un ruido la hace saltar del susto.

-No te vengo a robar-Habló Tomas.

-Bueno, me quedó tranquila-Le dijo la rubia dándose vuelta-¿Pasó algo?

-No, nada-Respondió el joven de cara tatuada.

·Selene·

-Me gustaría quedarme a hablar pero me tengo que ir-Le avisé a Tomas.

Aunque tenía planeado ir a la fiesta, me había llegado un mensaje de mi mamá diciendo que vaya a casa. Esta mujer cambia de opinión como de calzón.
Me encamine al patio para avisarle a los chicos que me iba, después de despedirme de todos me tomé un ube y me fui a mi casa.

-¿Dónde estabas Selene?-Preguntó mi mamá con enojo.

-Te dije que me iba a ir a lo de Mauro mamá-Respondí cansada.

-¿Otra vez con ésos drogadictos?-Agregó-¿Fuiste a drogarte?.

-No mamá-Intenté sonar lo más calmada posible-Igual, ya estoy grande. Puedo juntarme con quien quiera.

-No le faltes el respeto de ésa manera a tu mamá-Se unió a la conversación mi papá-No te vas a juntar más con ésa gente.

Su orden me cayó como un balde de agua fría.

-N-no me pueden hacer e-esto-Dije largando un par de lágrimas.

-Es por tu bien Selene-expresó mi mamá con autoridad-La decisión ya está tomada.

Subí las escaleras con todo el odio de mi vida, no me podían impedir ver a mis amigos. Un mensaje de un número desconocido hizo que saliera de mi trance.

+541789...

Hola, soy Tomas. En unos minutos te caigo a tu casa, te olvidaste tu campera.

Hola Tomas, te pido por favor que no toques timbre.
Anda a la puerta que hay al costado de mi casa.

Fin del chat.

Fui al patio y esperé que Tomas llegará. Al rato veo una cabellera verda asomarse a la puerta.

-Gracias-Dije.

-No hay de que, lo único que te voy a decir es que me costó encontrar esta puerta chota-Expresó libremente haciendo que largue una risita.

-Bueno Tomas, me tengo que ir. Decile a los chicos que no me puedo juntar más con ellos, me lo prohibieron-Le comenté con tristeza.

-Ehhh... Yo les aviso, nos vemos-Habló confundido.

·C.R.O·

Me había quedado recalculando por lo que había dicho Selene,¿por qué no puede juntarse más con los chicos?. Fui maquinando mi cabeza hasta a llegar a la casa de Mauro, cuando llegué les comenté lo que Sele me había dicho. Sus caras cambiaron al escuchar mi comentario, entonces optaron por llamarla.

-¿Por qué no te dejan juntarte con nosotros?-Preguntó Mauro, la única respuesta que obtuvimos fueron unos sollozos por parte de ella.

-Lo mismo me pregunto Mau, a mis papás no les entra en la cabeza que ya tengo veinte años-Habló con la voz entrecortada.

-Bueno, tranquilizate-Le dijo Neo- Ya vamos a buscar la forma de poder seguir juntandonos, de última lo mandamos al C.R.O, total tus viejos no lo conocen.

-La concha de tu madre Neo-Lo insulte por lo bajo.

-Yo los adoro, pero no hagan ninguna locura... Los dejo que me tengo que ir a comer, los amo mis diablos-Selene cortó la llamada y pude ver como Mauro se tiraba al sillón con las manos en su pelo.

-Cenfe-Me llamo la atención Duki-Llevale esto-Me pasó una carta y yo asenti saliendo de la casa.

Unas cuadras antes le mandé un mensaje a la rubia, ella respondió que trepe la reja y suba por el balcón. Me resultó fácil, ya que cerca del balcón había una escalera.

-Hola, otra vez-Selene me abrió la ventana y entré.

-Te vengo a dar esto-Le pasé la carta y unas lágrimas salieron de sus ojos-Es de Mauro.

-Gra-gracias-Intentó mostrar una sonrisa, pero le salió una mueca.

-¿Estás bien?-Pregunté.

-Maso, no sé que voy a hacer sin mis amigos-Respondió ella.

-¿Selene con quién hablas?-Dijo su mamá del otro lado de la puerta.

-Es-estoy haciendo una llamada con Juana-Mintió.

-Mándale saludos de mi parte-Le pidió su mamá.

-Es mejor que me vaya, no quiero que te reten-Le dije.

-Gracias Tomas.

-De nada, y no me digas Tomas.

-Bueno, TOMI-Habló remarcando mi nombre.

Yo símplemente le dedique una sonrisa y salí por el balcón.




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