- ¡No! ¿Que hiciste? - Gritó entre lagrimas mientras era sostenido por uno de los guardias del templo. Sentía su corazón partirse a la mitad, el amor de su vida había sido atravesado por una espada envenenada para acelerar su muerte y él no había podido hacer nada. Agachó su mirada y empujo con todas su fuerzas al guardián logrando así liberarse y poder correr a auxiliar al cuerpo casi sin vida de su amante.
- No me dejes... Prometimos que íbamos a estar juntos por siempre - Sollozó acariciando el rostro del chico viendo como su mirada estaba perdida - Por favor... No podré vivir sin ti - las lágrimas recorrían sus mejillas cual catarata, eso no les podía estar pasando, ellos habían planeado muy bien las cosas.
- Lo siento - Habló el chico apoyado en su regazo casi sin aliento - Prometo que te buscaré en otra vida, no importa cuanto tiempo pase, estaremos juntos de nuevo - Apretó con las fuerzas que le quedaban la mano del chico mientras dejaba salir su último suspiro y su agarre su aflojaba.
- No, amor, despierta - Se acercó a besar sus labios mientras sostenía las mejillas del pálido chico - No me dejes...- Habló en un tono bajo manteniendo su rostro cerca del contrario y dejando caer varias lagrimas sobré este. Después de estar unos segundos en esa misma posición, levantó su mirada y limpió sus lágrimas posando su mirada en la causante de su muerte - Que infeliz eres - Sorbió por su nariz mientras se levantaba y se paraba frente a ella.
- Se lo merecía, ha traicionado a su pueblo y la corona- Dijo la mujer mientras sostenía la espada cubierta de sangre - Alguien como él no merecía vivir.
- Si él no merecía vivir, entonces tampoco yo - Tomó la espada con sus manos cortandolas en el proceso y poniendo la punta de esta en su estómago mientras veía los ojos de aquella mujer - cargaras con la culpa de no solo haberlo matado a él, sinó también al rey que tanto quieres - Su voz estaba cortada, no tenía sentido seguir viviendo si él ya no estaba.
- Y aun así después de muerto, tu cargaras con la culpa de traicionarme no solo a mí, sinó también a tu pueblo - Empujó lentamente la espada viendo la mirada contraria perdiéndose en un punto - Los dos estamos sujetos a la culpa, pero uno de nosotros la cargará por toda la eternidad. Te deseo suerte en el infierno mi rey - Terminó de empujar la espada en su interior para luego retirarla de una sola y entregársela a uno de los guardias, miró una última vez los dos cuerpos tirados y se retiró acomodando su vestido.
- ¿Y luego que pasó abuelita? - Preguntó un castaño acostado en su cama mientras veía a la alucida asomada a la ventana de su cuarto.
- Ella tomó el lugar del rey - Suspiró viendo la gigantesca luna y los hermosos luceros que adornaban el cielo en esa noche, tan hermosos y grandes como el de aquel rey de su historia, eso solo se podía significar una cosa - Pero si me preguntas sobre la pareja fallecida, no lo sé mi vida. Cuentan que los dioses se apiadaron de ellos, su amor era el más puro que habían visto desde la creación del mundo, así que les regalaron una última oportunidad para que hagan las cosas bien, sin embargo nadie sabe si ambos amantes se volvieron a encontrar - Se acercó a su nieto y acarició su cabellera dejando un beso en su frente.
- Yo quisiera un amor así como el de ellos - Dijo con inocencia el pequeño mientras abrazaba un peluche regalado por su abuela.
- Si lo deseas, podrás tenerlo cariño. Pero esperemos que está vez ambos sean lo suficientemente fuertes para lograrlo, las segundas oportunidades no siempre son tan buenas como se piensa, ahora descansa - Sonrió y apagó la lámpara de la mesita de noche antes de salir de la habitación y cerrar la puerta.
El pequeño había quedado un poco confundido con las palabras que había dicho su querida abuelita, él aun no entendía muy bien todas esas cosas, pero siempre le gustaba que le cuente sus historias, pues creía que aunque la gran mayoría no terminara bien, tenían romances muy lindos. Al ver que la luz del pasillo fue apagada, se levanto silenciosamente y se acercó a la ventana viendo lo lindo que estaba el cielo y como si fuera cosa del destino, sus ojitos se iluminaron al ver pasar a una estrella fugaz, así que junto sus manitas y cerró sus ojos para pedir lo que más añoraba su corazón.
"Las segundas oportunidades no siempre son tan buenas como se piensa"
Sin duda su abuela decía cosas muy raras, soltó un pequeño suspiro antes de abrir sus ojos y apreciar por última vez aquellos luceros, sonrió levemente y regresó a su cama para ahora sí poder dormir.
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Soulmates. Together Again || Vkook
Fanfiction"Te buscaré en otra vida, no importa cuanto tiempo pase" - Mi abuela solía contarme historias de pequeño, siempre trataban de las almas gemelas ¿ tú crees en eso? - No, no creo que dos personas estén enlazadas desde antes de nacer para que esten jun...