Epílogo

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       Llegaron al otro mundo en un lapsus que ni ellos mismos pudieron determinar. De lo único que estaban realmente seguros, es que permanecían juntos. Miraron a su al rededor, estaban en una vieja fabrica abandonada y con el techo medianamente destruido. El sol brillaba en sus rostros después de mucho.
       Loki decidió ser honesto en ese mismo instante, se sentaron en el agrietado piso mientras le contaba todo, cada detalle sobre lo ocurrido, dejando a Thor aún más impactado, al menos momentáneamente. Loki no estaba muy seguro de lo que ocurrió, de si fue intervención del sujeto que lo rescató, o el poder de sus propias palabras, pero de un momento a otro, el dios del trueno recuperó su memoria, dejando una sola pregunta en todo esto: ¿y ahora qué? 
—Entenderé si esperas que nos distanciemos —dijo Loki.
       Thor miró la ropa del jotun, lo que parecían manchas de sangre en algunas zonas de su cuerpo, lo que por supuesto causó él.
—Creo que superamos el limite de lo confuso —admitió Thor.
       Loki bajó la vista.
—Fuimos testigo del fin y aún así sobrevivimos, ¿por qué deberíamos separarnos? —preguntó Thor—. Puedes no ser el hermano con quien crecí, pero definitivamente eres Loki. 
—Lo haces sonar tan fácil —dijo el pelinegro, mirando a Thor, sintiendo dolor en su pecho—. Te amo más de lo que me gustaría admitir, pero, ¿es real? ¿O solo los vestigios de lo que el otro Loki llegó a sentir? ¿Cómo puedo si quiera vivir con esta idea rondando mi cabeza? 
       Thor acarició la espalda de Loki, acercándolo un poco a él para que se apoyase en su hombro. 
—Quiero que lo pienses de esta forma —comenzó a decir, con una voz suave y tranquilizadora—. Desde hoy no te deberías sentir preocupado por la percepción de tus propios sentimientos. Si me amas u odias, si deseas hacer el mal o el bien, serás juzgado de acuerdo a lo que tú y solo tú elegiste. Y este será el único camino, porque ya no habrá una organización allá afuera que decida cuando sacarte de mi vida, o un grupo de gente molesta que no confíe en ti. Solo estoy yo y no me iré.
       Loki miró a Thor directo a los ojos, contemplando el color distinto en cada uno. No recordaba muy bien si lo había hecho antes, pero le gustaba, todo en él le gustaba.
—Estás condenado a ser un bastardo optimista —dijo Loki sonriendo, viendo como Thor lo tomaba de la mano—. Lo perdiste todo. 
—Lo sé —dijo con tristeza— y para ser honesto, no tengo idea qué haremos de ahora en adelante. Pero ya lo averiguaremos.
—Suena esperanzador —susurró Loki, besando los labios de Thor—. ¿Por dónde empezamos?
      
Fin.













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