Le llaman justicia

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       Loki llegó rápido a la cabaña, encerrándose en la habitación del baño. Se aseguró de no haber sido visto por nadie y de limpiar cualquier rastro de sangre en su vestuario. Se miró al espejo, notando las gotas rojas que bajaban por sus labios hasta caer al piso. Su corazón estaba agitado y la culpa por haberle fallado a Thor salía a flote. Cada persona que desconfió de su honestidad y se tomó el tiempo para insultarlo estaba en lo cierto.
       Se desvistió y metió en la bañera, con la fría temperatura que su cuerpo acostumbraba a soportar. Después de quitar las manchas de su cuerpo llenó la tina de agua y se quedó allí, mirando las paredes blancas en completo silencio. Ya nada podía hacer, su conciencia no estaba inquieta por las vidas que tomó y eso también era un problema. Pero, ¿qué era esa sonrisa asomándose en su rostro? ¿Esa sensación de libertad? En pocos segundos notó el repentino cambio en su cuerpo, ese recuerdo que erizaba cada centímetro de su piel. Aquella euforia desenfrenada por cometer un acto barbárico y al mismo tiempo sentirse vivo; útil. 
       De pronto soltó un grito, liberando toda la energía que acumulaba en su cuerpo. Lo hizo fuerte, intentando soltar esas sensaciones, para luego volver al silencio. Sin embargo, seguía igual de feliz. 

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       Cuando Thor llegó a la cabaña lo primero en sentir fue la agradable música de los años treinta. Miró a su izquierda y vio a un Loki con cabello desordenado, en ropa interior y camiseta bailando al ritmo de la canción. Eso llamó fuertemente su atención, jamás lo había visto en ese estado. ¿Alguna vez lo vio bailar?, francamente no lo recordaba. 
—¡Thor! —exclamó con felicidad, acercándose a él—. ¿Cómo te fue? 
—Bien. ¿A qué se debe- 
       Y Thor no pudo decir más, siendo silenciado por los labios de Loki. El pelinegro no lo soltó, su beso fue tan largo como excitante, un recuerdo de cuanto anhelaba estar junto a él. Thor lo acercó aún más, tomándolo en sus brazos para colocarlo en la mesa cercana y así bajar la ropa interior de ambos, notando las erecciones que en breve comenzaron a frotar. ¿Hace cuánto esperaba esto?, se preguntó el dios del trueno, mientras marcaba el cuello de Loki. 
—Espera —dijo Thor, separándose ligeramente—. ¿Qué estamos haci-
—Cállate —lo interrumpió Loki—. Ya habrá tiempo para las dudas... 
       Loki empujó a Thor al suelo, sorprendiéndolo por completo.
—¿Qué haces? —dijo Thor, para luego verlo poner su trasero en su cara, formando un sesenta y nueve.
       Loki introdujo el miembro del rubio en su boca, chupándolo lentamente mientras lo masturbaba. Lamió la punta de tal forma que Thor sintió estar en el valhalla, porque aquella satisfacción no era normal. Mientras tanto, él aproximó su boca hacia su ano, lamiéndolo tan apasionadamente como aquella vez en la nave de Asgard. Fue bastante delicado, llevando los dedos al interior de este. 
—Con cuidado... —susurró Loki, mientras el mismo movía sus caderas—. No... Con menos cuidado —dijo sonriendo, provocando un aumento de velocidad. 
       Se mantuvieron unos minutos de esa forma, hasta que Loki estuvo listo para ser embestido, montando de un momento a otro a su amante. "Aquello" era de Loki, él deseaba probar todo tipo de cosas, se sentía sobreexcitado y esperaba que Thor estuviese a su altura. Así que lo hizo, invocó esposas en los brazos del mayor, dejándolo completamente inmóvil.
—¡Loki! —exclamó molesto, hasta que contempló el sonrojado rostro del dios, quien ahora no dejaba de soltar en su miembro—. ¿Eres un pervertido, verdad? —dijo, para luego lamer sus labios. 
       Cuando Loki eyaculó, lo primero que hizo fue liberar al rubio, pidiéndole por favor que se sentara. 
—Tenías todo un panorama para hoy... —susurró Thor, mientras veía a Loki estirarse en sus piernas.
       Entonces él mismo encadenó sus brazos, apareciendo un vibrador con la forma del mjölnir.
—Castígame... —dijo entre jadeos, indicándole a Thor que lo nalgueara—. ¿No te da vergüenza tener eso y no usarlo...? 
       Thor se veía inquieto, nunca experimentó ese tipo de fetiches con alguien, mucho menos de manera tan repentina. Pero si de algo estaba seguro, es que estaba hirviendo en lujuria, y deseaba demostrarle a Loki cuanto lo amaba. 
—Eres un ser impuro —dijo Thor. 
       Golpeó el trasero de Loki con fuerza, haciéndolo gritar en una mezcla de placer y dolor. Levantó la replica del mjölnir con nostalgia, preguntándose cuantas veces Loki había deseado eso. 
—Apostaría a que te tocabas pensando en mi —dijo Thor, metiendo el mango en Loki—. ¿Te gusta esto? —dijo, activando la vibración del juguete.
       Thor estiró su mano hacia los pezones de Loki, escuchándolo jadear al pellizcarlos. Pronto volvería a venirse y Thor no le daría ese beneficio, no tan pronto al menos. Tiró el "martillo" lejos de allí, inclinando a Loki para que estuviese en cuatro. Tomó su cabello como si de una cola de caballo se tratase y se afirmó de esta mientras lo envestía. Fue rápido, tan veloz como solo él podía ser. Escuchar los gritos de placer por parte de Loki solo aumentaban su tentación, lo hacían volverse loco, deseoso de permanecer el resto de la noche haciendo eso. ¡Por las nornas! ¡Cuánto extrañaba el sexo! 
—¡Thor! —exclamó Loki, mientras volvía a venirse, unos segundos antes que el dios del trueno terminase.
       Thor suspiró agotado, estirándose en el piso junto a Loki. 
—Bueno... esto fue repentino —dijo Thor, haciendo reír a su compañero.
       Loki cambió de expresión con facilidad, mirando a Thor un tanto serio. De alguna forma el ambiente ya no era el mismo, causando preocupación en el mayor.
—¿Qué pasa? ¿Lo hice mal? —preguntó bromeando. 
— H-hoy —dijo nervioso—. Hoy defendí a un hombre de ser asesinado —dijo con inquietud, temía perder a Thor—. Hace tres horas, en un callejón cercano a mi trabajo, maté a dos personas. 
       Thor puso atención en los gestos de Loki, se veía nervioso al contar los hechos, más no parecía culpable. 
—¿Sabes  cómo me sentí? —dijo sonriendo—: pleno. Por primera vez desde que regresé puedo decir que valió la pena.
—Loki...
—No, no estoy demente —aclaró—. No intentes que me sienta mal, hice lo que tenía que hacer. 
—En midgard las reglas son distintas, ¿lo sabes, verdad?
—¿Qué hubieses hecho tú? —dijo firme—. Me he sentido inseguro desde que regresé, viviendo una contradicción constante en mi cabeza. Pero ahora mi mente está clara y sé que mis actos fueron justos. 
       Thor calló por unos instantes, acarició el rostro de Loki con suavidad y finalmente lo besó. 
—Te amo —susurró Loki, con cierta tristeza en sus ojos—. De eso también estoy seguro. 
       Thor esbozó una sonrisa, repitiendo las mismas palabras. Ambos eran honestos, deseosos de permanecer juntos. 
—Lo entiendo —tomó su mano—. Pero no quiero verte envuelto en problemas, la situación con los muertos vivientes es complicada... Por favor —dijo Thor, rogándole a Loki— no hagas más este tipo de cosas.
—Thor, no es- 
—Por favor —volvió a decir—. Finalmente estamos bien. Nuestra unión es un descanso de toda la mierda que vivimos, un regalo que merecemos —bajó la mirada—. No me malentiendas, puedes ayudar gente, pero sin-
—No seré impertinente —dijo, colocándose en su pecho—. No me atrevería a arruinar esto, no intencionalmente al menos... —bromeó, mientras se perdía en la mirada del rubio—. Te amo. 
—¿Cuánto más lo repetiremos? —preguntó entre risas—. Y no hablo específicamente de los "te amo".
—Cuantas veces quiera —dijo, levantándose en dirección al dormitorio—. ¿Vienes? 
       Y Thor lo siguió encantado.

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       Loki despertó enredado entre las sabanas y un caluroso dios del trueno. Thor parecía contento, deseoso de permanecer allí por siempre.
—Buen día —dijo Loki entre jadeos, volteando a besar a Thor—. ¿Qué hora es? 
—¿En serio quieres ir a trabajar? Puedo quedarme en casa y... 
—Es mi segundo día, no soy tan irresponsable —dijo, para luego estirarse y salir de la cama—. ¿Nos bañamos juntos? 
Thor sonrió, siguiendo a Loki hasta la bañera.
       El agua recorrió sus calientes cuerpos, mientras Thor enjabonaba a Loki en sus partes intimas, manoseándolo con una doble intención. 
—Basta, o me atrasaré —dijo Loki, sin sonar realmente molesto.
—Estaba pensando... quizás te pregunten por lo de ayer —dijo Thor—. Si el hombre al que salvaste habla tendrás que escapar. 
—Tranquilo, sé mentir y controlar la situación. 
—Esto no es Asgard. 
—¡Con mayor razón! —exclamó, tomando el rostro del rubio—. Estaré bien, además, solo en el caso de necesitar huir, ¿con quién crees que estás hablando? 
—Tienes un punto, tu vida se resume en morir y escapar —bromeó, consiguiendo que Loki abriera el agua helada y este gritara. 

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       Tras terminar la ducha ambos tomaron sus respectivos caminos, Thor deseó dejarlo en su trabajo, pero Loki insistió en no llamar la atención. El jotun entró en su portal, apareciendo muy cerca del cine y notando la patrulla policial afuera de este. 
—Allí está —dijo el supervisor, viendo a Loki en su versión femenina entrar por la puerta—. Es nueva, Anthony Stark la recomendó. 
—¿Qué pasa? —preguntó Loki, notando a dos detectives mirándola de pie a cabeza. 
—Acompáñenos —dijo la mujer, una rubia más alta que  Loki. 
—¿Para qué? 
—Encontramos dos cuerpos por el sector, necesitamos la mayor información posible. 
       Loki levantó una ceja, no estaba informado del sistema de justicia en aquel mundo, por lo que seguía sospechando de la situación. 
—¿Y a él no lo llevará? —dijo, señalando a su jefe.
—Suba al auto —señaló el detective, un castaño de ojos verdes y barba gruesa—. Si es inocente seguirá las normas. 
—¿Y si soy culpable? —preguntó, creando un silencio incomodo—. Es broma  —dijo, para luego dirigirse al vehículo.

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       Loki fue puesto en una pequeña sala ploma que no poseía ventanas. La puerta era transparente y daba para el pasillo. Aislaba todo tipo de sonido, por lo que no estaba demasiado entusiasmado con ir allí.
       Los detectives de antes se sentaron frente a él, colocando tres fotos en la mesa. 
—¿Los conoce? —dijo ella, mientras Loki evitaba estar nervioso. 
—Solo a Adam, es mi compañero de trabajo. ¿Le pasó algo?
—Sufrió de heridas, nada grave, fue tratado por el equipo medico. Estos sujetos de aquí —señaló las imágenes— son policías, solían patrullar el sector del cine.
—¿Policías? —dijo sorprendido, pensando en lo que le habían hecho a Adam—. ¿Mataron a sujetos que suelen estar armados? ¿Cómo?
—Con esto —dijo él, colocando otra foto, la de una daga cubierta en sangre—. Adam confesó ser atacado por un hombre corpulento, posiblemente el mismo que los mató. 
—Entonces... ¿Por qué me llamaron? Yo no los vi, ni si quiera sabía del tema —mintió. 
       El sujeto abrió una carpeta, donde aparecían algunos datos importantes, entonces leyó: 
—Kayra Strauss, fallecida el 24 de noviembre de 2010, a la edad de 27 años. 
       Loki se congeló al escucharlo, no sabía que su identidad pertenecía a otra humana. Supuso que tenía sentido, aprovechar el asunto de la resurrección para usurpar la vida de otra persona, aunque debió costar encontrar a alguien similar a su versión femenina. 
—¿De dónde conoce a Anthony Stark? 
—¿Por qué es relevante? —dijo Loki, con el ceño fruncido—. Es amigo de mi pareja. 
—¿Pareja? —preguntó él—. ¿Tan pronto?, volvió hace menos de dos semanas. 
—¿Quiere resolver el crimen o juzgar mi vida sexual? —dijo Loki con molestia.
—¿Dónde vive? —dijo ella—. ¿Con él? ¿Cuál es su nombre?
       Loki se cruzó de brazos, liberando un agotador suspiro. 
—¿Me trajeron aquí por ser de ese grupo que revivió, verdad? —dijo Loki—. Nunca me han detenido, pero no creo normal enfocarse tanto en mi vida intima. 
—Son preguntas de rutina —dijo él.
—¿Ah si? Entonces traiga al viejo del cine y pregúntele con quien se acuesta —se levantó con rapidez, intentando abrir la puerta que permanecía con pestillo.
—¡Alto! —dijo el detective, apuntando a Loki con su pistola—. No hemos terminado.
       Loki se burló ante esto, las ganas de golpear a ambos no le faltaban y su deseo por escapar era aún mayor. 
—Los crímenes han aumentado desde que volvieron —dijo ella—. Y nuestra principal sospecha son ustedes. 
—Somos normales. Esperen... ¿No creen que un tipo corpulento los mató, verdad? Creen que yo lo hice... —se mantuvo en silencio, eligiendo bien sus siguientes palabras—. ¿Quieren una teoría? —dijo Loki, apoyándose en la pared—. Me da la impresión de que sus colegas amenazaron a Adam, quizás por el mismo motivo por el que ustedes lo hacen conmigo. Entonces, un tercer personaje intervino —sonrió—. Un "justiciero".
—¿Está confesando? —preguntó el castaño.
—Por supuesto que no, ¿me ha visto?: delgada y de estatura media, ¿me creería capaz de asesinar a sangre fría? No soy Ironman o Thor. Soy una chica que desea volver a su trabajo pero un par de imbéciles no la dejan.
       Hubo un intercambio de mirada entre las dos autoridades, quienes decidieron detener su hostigamiento. No porque Loki lo dijera, era más bien por las influencias que tenía, ¿cómo conocía al multimillonario?, no estaban seguros, pero Stark era una eminencia, parte de los vengadores originales. Fue así que lo liberaron, aunque en el fondo lo mantendrían en constante vigilancia.
       Loki se retiró molesto, caminando por las afueras de una tienda de televisores, prestando atención a las noticias: 
¡¿Y qué pasará mañana?! —dijo una señora—. Mi hija tiene compañeros  que volvieron, ¿qué pasa si un día ocurre algo? Son bestias, ¡eso es lo que son!  ¡Nos están matando! 
—¿Qué...? —susurró Loki. 
El fenómeno está aterrando a los pobladores y la violencia no ha dejado de aumentar desde su regreso —mencionó el periodista—. El mismo ataque de la profesora en Nueva York dejó a todo un país de luto. ¿Y cuales fueron las palabras de el señor Anthony Stark?, nulas, porque él sabe que es parte del problema. 
—¿Qué mierda está pasando?  



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