Prólogo

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El característico olor a café y desesperación se puede percibir apenas entro a las oficinas

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El característico olor a café y desesperación se puede percibir apenas entro a las oficinas. Estas se conforman por la recepción, la oficina de la consejera y la oficina del director y subdirectora de la escuela, todo está rodeada y hecha de cristal.
Enfrente del escritorio de la secretaria hay asientos de espera, son solo tres sillas negras de plástico con patas de metal y a su lado un dispensador de agua con vacitos desechables.

Hay una fila de estudiantes esperando su turno; al igual que yo. Todos se ven cansados y hastíados de esperar.

Pobre Mildred, parece que no soy la única que se porto mal.
Sorprendentemente la fila avanza más rápido de lo que creí y no todos entran con la consejera.

Ustedes deben estar pensando

¿Esta loca cree que se todo de su vida o solo espera a que sepa a qué se refiere?

Para comenzar, esta loca tiene nombre y sentimientos, después cabe resaltar que lo iba a explicar, pero su impaciencia me orillo a plantearles esa pregunta.

Estoy esperando a que la secretaria selle los reportes de los castigados, incluyendo el mío, para ir con la consejera a recibir una plática y luego ir a mi siguiente clase.

Ahora, seguro se plantearan la siguiente pregunta:

¿A quién coño le hablas?

A gente imaginaria, es decir ustedes, me gusta pensar que alguien está interesado en mí y mi historia, por eso mi cabeza describe y narra todo lo que hago.

¿Estoy loca?

Tal vez

¿Me importa estarlo?

En realidad no.

-Marievna Fischer

La gloriosa voz de mi persona favorita entre las personas de la escuela me llama. Avanzó hacia su escritorio.

—Mildred, mira que guapa estas ¿Esas son extensiones? Te ves Di-vi-na- digo con un toque de diversión buscando evadir el tema principal.

—¿Ahora que hiciste?- responde mientras me ve suspicaz.

—¿Yooooo?

Me ve aburrida, como si descubrir mis fechorías fuera algo casual en su rutina.

Río y cedo.

—Me declare mata bebeh*

Alza una ceja esperando la explicación completa.

El princeso y su caballera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora