Una vida muerta

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Esparta, la hija de Satán había sido expulsada de aquel palacio que le llenaba de lujos, donde entrenaba todos los días con su gran perro Cervero y donde tejía con su maestra Pandora su pasa tiempo favorito. Ahora estaba abandonada en un desierto helado, con hambre y muchas dudas sobre si misma. Caminaba sin rumbo entre la pesada arena, el viento quemaba su cara mientras se movía con dificultades debido a las heridas que le había provocado un ataque de su padre 

Esparta: Estoy hambrienta... muy hambrienta. Estoy en lo mas profundo del inframundo, las mujeres que tuvieron un parto en vida están condenadas a sufrir aquí, es algo horrible la verdad 

Esparta olfatea algo, era un olor delicioso que domino todos sus sentidos y lo sigue. Era un demonio gigante con la pierna atascada en un hoyo de alquitrán, gritaba de dolor mientras estaba tirado en el suelo y ella se acerca de manera curiosa, se  pone de cuclillas y siente su aliento extremadamente caliente

???: ¿Princesa Esparta?, no lo puedo creer, lamento si mis lloros perturban su tranquilidad, pero este maldito dolor es insoportable, me resbale y...

Esparta alza su mano en señal de silencio mientras lo mira de manera compasiva 

Esparta: ¿Cuál es tu nombre, pequeño?

???:  Salazar....

Decía el demonio adolorido. Esparta se ríe en un tono tierno y calmado. De repente su expresión se vuelve maliciosa, toma su oz y concentra su aura en ella, le corta la pierna atrapada de un solo golpe abarcando hasta la rodilla, pero era tanto el poder que destruyo mas allá de aquel hoyo provocando que ambos salieran volando. Esparta se aferra al pedazo de carne gigante que termina cayendo sobre ella 

Esparta: ¡Ay ay!, delicioso pero doloroso... ¡¿y el Salazar?!

Desesperada lo busca entre la densa niebla, grita su nombre con todas sus fuerzas....

Esparta: ¡Maldición era la única opción para salir de aquí espero no este muerto!  

Mientras explora y disfruta de su comida con gran celo, encuentra un santuario viejo. Cuando entra se sorprende, había muchos cadáveres apilados en forma de montaña

Esparta: Parece que nadie a limpiado en siglos.... ahora que lo recuerdo, Pandora me hablo de un sitio parecido en mis clases 

(Recuerdo)

Esparta y Pandora platicaban un poco de cosas personales que, si bien ninguna de las 2 se sentía incomoda, ya que estaban en un cuarto privado del palacio adornado de manera elegante, y además era cómodo y silencioso, Pandora era bastante cortante con Esparta, pues era parte de su entrenamiento, pero a veces las platicas eran muy casuales 

Pandora: Yo vengo de otra época, era amada y respetada por el olimpo, con un rango enorme en los 4 reinos, pero eso se acabo... ahora que descansan en el santuario sagrado solo quedan los recuerdos.... bellos recuerdos 

Agacha la cabeza y no puede evitar llorar en silencio 

Esparta: Pandora, no me digas que estas...

Pandora: ¿Por que me trata como un puta sirvienta de tercera mano después de todo lo que hice por el 

(Recuerdo)

Pandora estaba llorando sacando una ira que llevaba muy en el fondo, llego a golpear las ventanas hasta sacarse sangre. Pandora recordaba su pasado, el como entreno a Satan sin descanso, lo mantuvo vivo mientras se encargaba del reino, debía alimentar a los soldados, mantener a los 7 pecados capitales bajo control, pues los veía como demonios sádicos, sin ningún tipo de disciplina. Durante su mandato el infierno seguía como si Hades no hubiera muerto. Cuando Satán tomo el poder hizo un desastre, las almas ya no descansaban en paz en el inframundo,  las torturas se volvían algo común, luego se le ocurre dar permiso a los 7 pecados de visitar el mundo humano. Demonios fieles al viejo régimen planearon un asesinato organizado que se pondría en marcha  el día de nacimiento de Esparta

Dark soul (ova): Los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora