Peleando por Keigo [ DabiHawks ]

Prólogo

Los personajes no me pertenecen sino a su creador Horikoshi Kohei.

Este fanfic se desarrolla en un universo sin quirk, Tokoyami es un chico normal, no tiene cabeza de cuervo, Hawks no tiene alas y Dabi no tiene cicatrices.

Sin más, espero que lo disfruten.

Desde que el pequeño Fumikage Tokoyami nació se había formado un lazo irrompible con su hermano mayor, Keigo Takami. Ambos eran hijos de distinto padre y por ello no poseían el mismo apellido, sin embargo, eso nunca fue un impedimento para convertirse en el dúo más inseparable de la historia. Se adoraban y cuidaban del otro sin importar qué.

—¡Y aquí llega el veloz héroe, Hawks!

Saltó sobre el sofá un chico rubio con unas alas hechas de cartón y plumas pegadas a su espalda.

—¡Y con él, su poderoso compañero de equipo, Tsukuyomi!

Esta vez fue el turno de un niño más pequeño de negros cabellos que saltaba junto a su hermano mayor; se cubría con una gabardina negra que pertenecía a su madre y que le quedaba bastante grande, además llevaba puesta una máscara de cuervo sobre su cabeza.

—¡Vamos, Tsukuyomi! ¡Debemos salvar al mundo!

—¡Entendido, Hawks!

Desde siempre habían sido grandes fanáticos de las tiras cómicas y por ello se habían creado sus propios nombres de héroe, habilidades e incluso apariencia, siempre se llamaban por esos apodos y rondaban por todas las habitaciones simulando volar y acabar con malvados villanos sacados de su imaginación, muchas veces representados por peluches o figuras de acción que podían o no terminar completamente rotos.

En esa ocasión, la "víctima" fue un superhéroe de plástico que en aquel momento le tocó ser un villano y el cuál terminó sin cabeza mientras los "héroes" celebraban su victoria en el jardín, sentados en el columpio tomando unas sodas mientras miraban al horizonte.

—Fue un excelente trabajo, Tsukuyomi, eres un gran héroe —aseguró Keigo, mirando a su hermano con una gran sonrisa.

—No podría haberlo hecho sin ti, Hawks —respondió el menor, correspondiendo el gesto, sin embargo, de pronto su sonrisa se tornó en una expresión melancólica que confundió a Keigo.

—¿Estás bien?

—Sí, es sólo que… ¿nosotros siempre seres un equipo? ¿Igual que ahora, Keigo?

El mencionado sonrió con ternura, su pequeño hermano era un poco tímido, por lo que él siempre había sido su único y mejor amigo. Él quería ver a Fumikage desenvolverse con otros niños y hacer más amigos, sin embargo, él siempre estaría ahí para apoyarlo sin importar nada.

El rubio le extendió la mano y sonrió.

—Nosotros somos más que eso, somos hermanos y siempre estaremos juntos.