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Unos días después...

-¡Vamos, Max!, ¡Será un tatuaje pequeño! -insistí.

-No y no, Jane, no te tatuaras el día de tu cumpleaños. -dijo cansado.

-Pero si tú tienes dos tatuajes, yo sólo quiero hacerme uno, y es en honor a nuestros padres, ¡Por favor, Max!

-Jane, ya hemos hablado de ésto, no, no, no y no, hazte una perforación, pero no un tatuaje.

-¡Mamá y papá no me lo habrían impedido! -exclamé.

-Usar a nuestros padres para convencer al otro de algo es lo mío, no me convenceras.

-Entonces lo haré sin tu permiso. -dije cruzandome de brazos.

Resopla cansado. -¿Dónde te lo harás? Espero y no sea en un lugar muy vistoso.

-Tenía planeado hacermelo enmedio de los pechos, por eso busqué a una mujer para que lo hiciera -explico.

—¿Qué te quieres tatuar?

-Ésto -extiendo la hoja con el dibujo.

Eran dos armas cruzadas, se preguntaran, ¿Y eso que demonios tiene que ver con tus padres? Respuesta, ellos murieron en un tiroteo, duh.

-Bien, pero no lo hagas en tu cumpleaños, hazlo para el cumpleaños de papá, que es mañana, yo te llevaré -responde devolviendome la hoja.

Tomo la hoja y lo abrazo, levanto la mirada y veo a Ian bajando las escaleras. Aún era temprano, no eran ni las nueve.

-¡Buenos días, familia! -grita llegando a nuestro lado, éstos días nos saluda así por las mañanas-. ¿Porqué tantos gritos?

-La enana se quiere tatuar -responde Max. Le doy un leve golpe en el hombro y él ríe.

Yo no era enana, medía 1.77, claro, comparada con las jirafas con las que vivía ahora, me veía como un hobbit. Era como la pitufina pelinegra. O la blanca nieves convertida en uno de los siete enanitos.

-A mí me parece una buena idea -opinó Ian- ¿Qué te quieres tatuar? -le extiendo la hoja y él la ve y sonríe-. Está súper cool.

-¿Ves, idiota? -le digo a Max.

-Si, si, ya, mañana a las once te llevaré con la chica que me hizo los míos -dice girando los ojos y llendose escaleras arriba.

-¿Ya desayunaste? -pregunta Ian rompiendo el silencio.

-No, llevo casi una hora tratando de convencer a Max, pero igual, tengo que salir -él asiente y se va a la cocina.

Quedé de ir al cine con Merlía y con Josh, hoy y mañana no había clases, no explicaron razón, simplemente las cancelaron.

Subí a mi habitación y saqué unos jeans negros, una blusa gris y una de mis chaquetas. Siempre llevaba zapatos bajos, nunca me gustaron los tacones ni nada de esas cosas, mi calsado se basaba en zapatillas converse, botas converse y uno que otro par de zapatos Nike. Me vestí rápido, tomé mis llaves, mi móvil y mi billetera. Al salir de mi habitación, Ian estaba apunto de entrar a la suya, no me notó, así que seguí mi camino hasta la cochera para sacar mi auto.

El centro comercial quedaba a unos quince minutos de mi casa, los chicos me avisaron que estaban por llegar. Efectivamente, ambos estaban en la entrada, platicando animadamente.

-Hola Aby -saluda Josh.

Sí, ellos también conocian mi segundo nombre, nunca me incomodó que me llamaran de esa forma, pero era muy raro que alguien lo hiciera.

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⏰ Última actualización: May 28, 2020 ⏰

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Jane, La Chica InfernalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora