capitulo único

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-Controla tu respiración, kamado mi chico, o así nunca lograrás dominar la danza del Dios fuego y convertirte en pilar.- Sentenció suavemente el pilar de la flama mientras observaba a su actual dicipulo de rodillas en el suelo, respirando con dificultad, no pudo evitar recordar a kanroji y como a pesar de que la respiración de la flama no era para ella no dejaba de esforzarse para mejorar, la chica fue la primera en aguantar su fuerte entrenamiento y pensó que sería la única hasta que conoció a su pequeño amor, Kamado Tanjiro.

-Regonku-san ¿Podríamos comenzar de nuevo desde la primera postura?- Pregunto el menor con determinación.

-Claro mi chico, solo recuerda que mientras estemos solos puedes decirme Kyoujuro o con algún apodo cariñoso que te guste, somos pareja y deberíamos ser capaces de tratarnos con confianza.- Tanjiro lo miro un poco avergonzado mientras pensaba un poco sus palabras; le encantaba ser la pareja del famosísimo pilar de la flama, era tan lindo, cariñoso, atentó y aunque le apenara admitirlo, el sexo también era increíble, prácticamente Kyojuro era perfecto, no entendía que había hecho para merecer un novio como el y mucho menos entendía que había hecho para que se fijará en el habiendo chicas tan hermosas y poderosas dentro de los pilares, bueno habiendo solo una disponible en realidad, ya que Mitsuri siempre estaba "siendo custodiada" por Iguro y hablando de esta última chica, Tanjiro tenía un sentimiento guardado contra ella, uno que lo hacía sentirse muy mal puesto que la chica no era más que dulzura con él y Nezuko, este sentimiento eran los celos. Si, Kamado Tanjiro estaba celoso de Kanroji Mitsuri y todo gracias a un pequeño e inofensivo comentario que ella soltó cuando lo vio entrenar con Kyojuro hace unas cuantas semanas, un para nada delicado "oh vaya, Rengoku-san se ha vuelto un poco más suave con sus entrenamientos", lo que la pobre no sabía era que esas simples palabras se clavarían muy profundamente en su corteza prefrontal en la parte frontal del cerebro, en términos más simples, no dejaría de darle vueltas a esa afirmación pensando cosas como "¿Por qué Rengoku-san no me tomara en serio?" O "¿Pensará que soy débil?", "¿Que tendrá ella que yo no?", entre otras cosas. Además que la lástima mezclada con otro aroma que podía percibir de su maestro no ayudaba a que se sintiera mejor.

- Tanjiro querido, ¿Te sientes bien? Te quedaste pensando demasiado.- Preguntó un poco confundido del porque su novio se había quedado divagando en su mente tanto tiempo.

- ¿Eh? Ah si, todo está bien, solo que me gustaría pedirle que por favor me diera tan fuerte como pudiera.- Dijo sin ponerse a pensar un poco en lo mal que sonaba eso y más si todavía tenía en su rostro el típico rubor que daba todo el esfuerzo que había estado haciendo.

- ¿¡QUÉ!? Kamado, mi chico, recuerda que estamos en la finca de mi padre, además de que senjuro está en casa y aún estamos en medio entrenamiento... Bueno, aunque pensándolo bien podríamos aprovechar para probar la teoría de Tengen sobre que puedes practicar las respiraciones durante el sexo, tal vez si hablo con senjuro el comprenda la situación y podría ir a comprar pan en lo que nosotros...-

- ¡RENGOKU-SAN NO SEA UN PERVERTIDO! ME REFERIA A SUS ATAQUES, QUIERO QUE ME ENFRENTE CON LA MISMA FUERZA CON LA QUE ENTRENO A MITSURI-SAN.- Grito mientras se le subían todos los colores posibles al rostro, ¿Cómo era posible que en medio entrenamiento el se pusiera a pensar en sexo? Eso sólo le comprobaba que Kyojuro no lo estaba tomando en serio y en este momento eso le estaba molestando muchísimo, el sabía que no era el mejor o el más fuerte o el más ágil pero si quería llegar a serlo necesitaba entrenar con mucha fuerza, necesitaba ser capaz de defenderse por si mismo sin depender de los pilares o de la ayuda de su hermana, no le gustaba que ella peleará puesto que todo esto era para protegerla y ayudarla a volver a ser humana no para meterla en peligros que no le correspondían.

- Mi muchacho, no era mi intención molestarte con esto, malentendí tus palabras y te ofendí, me siento muy avergonzado y por eso te pido disculpas.- Hablo mientras comenzaba a hacer una reverencia.

Pilar y TsugukoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora