Jugador: Carlos.
Crimen: Asesinato.
2 horas. 2 malditas horas han pasado desde que oscureció todo y me encontré en este Laberinto. Y una nota. Esa que me dice que estoy un laberinto, y que, si no lo supero, no merezco vivir. No puedo asimilarlo aún, no del todo. Me parece estar en una especie de pesadilla, una en la que el sueño y la realidad se mezclan. Nada parece tener sentido.
Empiezo a caminar. Ante mí, 3 caminos: la primera prueba. No dudo y voy por el del medio. No llego a dar 50 pasos, y un ataúd me cae encima. Trato de salir de él y, al levantar la vista, un machete. Intento zafarme, pero el machete es más rápido. Primero, un hombro. La sangre empieza a manar, y con ella, el dolor, que me ciega, me inmoviliza. Aterrado, logro ver que otro machetazo me arranca un brazo. El rostro empieza a descolorarse, y entonces, antes de que el filo me ayude a pasarme al otro lado, escucho una voz ronca que pronuncia:
-¡Carlos Rodríguez, culpable!
Y todo volvió a la oscuridad de un golpe seco, pero esta vez para siempre.
Estado: Muerto.
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No te quedes quieto.
FantasíaEn el Laberinto de las Sombras, no saber moverse no es una opción, si querés seguir vivo. De acuerdo a sus acciones, los jugadores son elegidos para ver si merecen una segunda oportunidad...