Capítulo 3

21 0 1
                                    


JARPER

Escuché que alguien tocaba la puerta. Me tomó más de un minuto ubicarme dónde estaba.
Me había quedado dormida llorando, la almohada estaba húmeda.
Abrí la puerta y me encontré con un chico decabello oscuro, ojos color miel, el cuerpo marcado y tes clara viendo su celular. Iba vestido todo de negro.
-Hola. - Dije con voz baja.
Me quedó viendo por largos minutos, como si fuera un bicho raro.
-Dice mi madre que te arregles, que te pongas mona mejor dicho, hoy tenemos un evento muy importante en la empresa de tu padre y no puedes ir con playeras. - Dijo señalandome.
Ni siquiera me había saludado, no me había dejado presentarme, ni nada y ya me estaba tratando mal.
-¿Siempre eres así de borde?. - pregunté cruzandome de brazos.
Me miraba con cierta gracia y desánimo
- Con las chicas de tu tipo.... Mmmm... Si
-¿Las chicas de mi tipo? Y como se supone que somos las chicas de mi tipo.
- Estiradas, materealista, se creen la gran cosa, niñas de papá. Bueno en tu caso de Mamá....
Esa era la gota que derramó el vaso. No iba a permitir que dijera algo de mi madre. Yo no era así, yo no era materialista. Incluso con las personas me fijaba más de lo que tenían dentro, los sentimientos, que por fuera.
-No menciones a mi madre, y si no tienes nada mas que decirme , adiós. - Las lágrimas amenazaban con salir, nunca dejaba que me vieran llorar y ese caso no iba a hacer la excepción, cerré la puerta sin importarme lo que me diga o me iba a decir.
Las lágrimas comenzaron a salir sin mi autorización, me recosté en el frío mármol.
Esperando tranquilizarme.
Me puse de pie, tenía que alistarme para la supuesta fiesta que había en la empresa de mi padre.
No quería ponerme un vestido que no era mío y que en sima era demasiado costoso, me gustaba mas lo sencillo y recatado, pero ahí apostaba que no había nada de eso. Maldecí no haber llevado nada de ropa. En mi mochila solo había mi cepillo de dientes, mi libro  de Harry Potter y el principe mestizo, mi libro favorito, mi cargador y mi hermoso celular S10 , fue el último regalo que me dió mi madre. Recordar eso me dió una gran nostalgia.

 Me percaté de el, estaba apagado. Cuando lo prendí vi mi foto favorita. Estaba con mi madre en la playa, las sonreiamos. Fue uno de mis días favoritos.
Tenía 10 llamas perdidas de mis amigas, ellas sabían lo mucho que yo había sufrido y aunque yo me aisle de todo, ellas siempre estuvieron para mi.
Durante la fiesta tendría bastante tiempo para chatear con ellos, ya que iba a estar aburrida.
Me fui a mi vestidor a elegir un vestido que me agradara, en realidad me sentía una completa extraña, como cuando era pequeña y mi mamá me dejaba ir a una de las casas de mi amigas.
Pero finalmente me  decidí por un vestido color azul eléctrico, me lo puse y me quedaba mas arriba de la rodilla, los hombros y gran parte de la espalda me dejaba al descubierto. Sentía que estaba mostrando hasta el alma y eso era decir poco.
Elegí unas sandalias de taco color negro, que me encantaron. Me miré al espejo y aunque no me sentía cómoda, me sentía satisfecha por mi elección.
Decidí no maquillarme ya que no tenía los ánimos de hacer eso, además mi madre siempre me decía que yo era mucho mas bella a lo natural.
Solo me puse cacao en los labios y me ondulé el cabello en las puntas.
Cogí mi celular y estaba dispuesta a salir. Pero al abrir estaba el hijo de Soph que ni siquiera se dignó a saludarme, ni a decirme su nombre. Pero nunca me había llevado mal con nadie y él no iba a ser la excepción.
-Lo siento por haberte cerrado la puerta en la cara- dije mirando mis pies - no me gusta hablar de mi madre.
- Mi madre dice que ya bajes.
No le importó que yo le haya pedido disculpas, su indiferencia me hizo sentir mal, pero a mi nunca nadie me había tratado mal, así que si el era así conmigo yo iba a ser igual con él. Pero no iba a dejar que me viera mal.

-Te mueves, no eres invisible - Dije mirándolo firmemente a los ojos.

Al bajar mi padre estaba con Soph esperándonos, en la sala. 

-Jarper, estas hermosa.- Me dijo Soph, me sentí un poco incómoda ante su comentario, nunca me había gustado me dijeran piropos
-Oh veo que ya conoces a Jack, Jarper- Sophia me sonreía de oreja a oreja, mientras miraba a su hijo, que se mantuvo callado atrás mio.
Así que se llamaba Jack. No tenía cara de Jack. Mas bien de amargado y desagradable.
-Si.
-Si, bueno claro que ya me conoce, me cerró la puerta en las narices.
Porque se atrevió a decir algo de mi madre. contraataqué en mi mente¿Cómo se atrevía a decir eso?, porque no cuenta completo. No le iba a dar el gusto de dejarme como una malcriada.
-Si, bueno pero ya te pedí unas disculpas.
Charlie comenzó a mirarme como cuando era niña y estaba orgulloso de mi.
-Bueno fue un mal entendido entre ustedes. Que felizmente ya se solucionó. -Dijo mirándonos a los dos-¿Nos vamos?, Jack ¿Vienes con nosotros?
-Preferiría ir en mi propio auto.
Como no, tenía su propio auto y no quería ir con su mami.
-Vale, entonces ve con Jarper, de paso, que se conocen mejor.-¿Qué? Mi padre estaba loco, si las miradas mataran mi padre estaría muerto.
-Claro, Vamos Jarper.- Dijo Jack mirándome de una manera gentil y amigable, seguro que me mataría nada mas entrar a su auto. Se quedó esperando al lado de su auto, esperando mi respuesta.
-Ehhh yo no lo sé, no sé como maneja y yo no me subo a carros de desconocidos.- Dije obviando la mirada de Jackson y me voltié mirando de manera suplicante a Charlie.
-Oh vamos nena, es para que se conozcan mejor y él deje de ser un desconocido para ti.
Charlie iba a insistir hasta que acepte y para ahorrarme todo el sermón, accedí.
-Vamos....
No conocía a este chico, me daba miedo ir de copiloto con él
-Nos vemos en el restaurante.- Nos dijo Charlie a ambos.
Jackson espero a que Charlie se volteara para irse a su lado del conductor, dejando que yo sola suba al auto.
El vestido que me había puesto era demasiado pequeño, por lo que si no subía con cuidado mostraría mas de la cuenta.

Tu estúpida sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora