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Caminé a pasos dudosos dentro de Joe's nuevamente. La música seguía en su volumen estruendoso, podía sentir el bajeo en cada parte de mí, busque a mis amigos entre la multitud que se había formado cerca del escenario, Eithan y Coraline seguían platicando en la mesa de antes, concentrados en la burbuja que habían creado desde el momento en que llegamos. Recorrí mi vista y pude observar a Isaac en la barra, llevaba un vaso de cristal en la mano con al menos la mitad de licor en él, bebió un sorbo y siguió platicando con una chica, sentí como un escalofrió recorrió mi cuerpo, el alcohol que había consumido antes ya estaba dando efectos. Me dirigí hacia el tambaleándome un poco y con toda la pena del mundo, temía arruinarle su noche, pero si no era con el ¿con quién iba a regresar a casa? Estaba mareada, aturdida, él sin duda podía conseguir el número de esa chica y salir otro día, o simplemente darme un aventón y regresar con ella.

– Hola Isaac – dije llegando a su lado tomándolo por el hombro, volteo inmediatamente y pude reconocer un rostro de preocupación en el

– Hey ¿Dónde te habías metido? – dejó el vaso sobre un estante de madera y giró hacia mi completamente – te busqué, pero no te encontraba, creí que te habías ido con ese chico

– Sí, lo siento, me da mucha pena pedirte esto porque se lo que tienes ya hecho aquí – lancé un vistazo hacia la chica que se encontraba a su espalda con lo que parecía sus otras amigas – pero ¿podrías llevarme a casa?

– No hay nada aquí, solo me pidió una recomendación – explicó – pero vamos – bajó del banco en el que se encontraba sentado, dejó unos billetes debajo del recipiente de cristal, se despidió de las chicas y me alentó a caminar.

Salimos del bar, pude sentir como mis oídos recuperaban su agudeza normal, todo daba vueltas e Isaac parecía notarlo, me tomó del brazo, ofreciéndome su apoyo y caminamos había el coche. Abrió la puerta del copiloto y me ayudo a entrar, cerró la puerta y al llegar al lado suyo entró. Encendió el motor, bajo un poco los cristales y echó a andar el auto. El camino fue silencioso, pero no de esos silencios que suelen ser incómodos, era agradable estar con Isaac, era sencillo, comprensible, amistoso, confiable. El viento me empujaba el cabello en el rostro, podía sentir la brisa del mar en cada oleada, era el clima perfecto.

– Que tengas buena noche Heather, nos vemos en unas horas – mencionó al llegar a casa, por un segundo había olvidado que era miércoles, que había clases y que no tenía la capacidad de recuperarme tan pronto. – ¿puedes entrar tu sola verdad? – preguntó al ver que no bajaba del auto todavía

– Sí, yo – llene de aire mis mejillas – nos vemos – me acerque a él y plante un beso en su mejilla – que pases buena noche

– Sobre lo de hace rato – me detuvo – creo que me dejé llevar por la situación – asentí un poco confundida – no era que quería besarte – titubeo – no digo que no quiero, no me molestaría, pero no me quería aprovechar de tu estado, no sé si me entiendas – sonrió apenado dibujando sus hoyuelos sobre sus mejillas

– No te preocupes – acaricié su brazo – ambos nos dejamos llevar y descuida que no pasó nada – devolví la sonrisa

Baje del auto y atravesé el jardín, saque mi teléfono y encendí la lámpara para poder ver el orificio en donde la llave va puesta. Revolví las plantas que había cerca, ahí es donde guardábamos una de las llaves de repuesto, ya que al salir con Eithan esta noche se suponía que llegaba con él y no tendríamos que sacar dos juegos de llaves, pero debido a mi poco aguante en las travesías nocturnas, había tenido que regresar primero y obviamente no tenía mi llave conmigo.

Entré y escuché como Isaac arrancó. Me quité los tacones en el medio de la sala, fui directo a la cocina y bebí un poco de agua, busqué comida dentro del refrigerador, la metí al microondas y tuve una pequeña cena-desayuno. Subí a mi habitación, me senté frente al tocador y empecé a desmaquillarme, después me desvestí y cambié, para finalmente echarme en la cama a descansar. Mis pies punzaban, no estaba acostumbrada a llevar tacones, me gustaban, pero no era cosa de todos los días.

High | c.hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora