Capítulo 2.

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Llevo un mes y medio fuera y aún no encuentro un rumbo. Me levanto, antes de ir al baño pongo a funcionar la cafetera así cuando salgo de bañarme ya tengo mitad del desayuno armado, todo lo hago casi en piloto automático, es que esta ya no es mi vida, y no sé qué crear. Miro la hora y veo que ya es hora de salir.

Tomo un subte, camino unos cuadras y llego. Por formalidad asisto a terapia grupal, es parte de la "reinserción"; realmente quiero mandarles a la mierda pero no puedo. La reunión pasa sin mucha novedad, antes de irnos nos dejan la pregunta para pensar hasta volver a vernos: qué nos "falta" para sentirnos completas y completos otra vez?. Saludo al grupo, me pongo los auriculares y me dirijo al trabajo.

Trabajo en una lavandería mediocre y hasta me parece una buena broma del destino. Todos los días que voy a trabajar indefectiblemente me acuerdo del día que casi me matan y fui salvada por Zulema y algo dentro mío se activa. Cómo hago para olvidarla si esto me la recuerda todo el tiempo. Y mi pregunta mayor, por qué la sigo recordando?

Para ser sincera ese día algo de mi percepción por ella cambió pero estoy a años luz aún de poder aceptarlo. Lucho contra su recuerdo, la mato cada vez que aparece porque odio los apegos pero evidentemente con ella lo tengo. Aún sin verla a diario, aún fuera de ese lugar del mal, la pienso, y algo debajo de varias capas anhela su voz, su sonrisa, su perfume. Qué estoy pensando? Esta noche me voy a ir a algún bar, es viernes, mañana no trabajo. Me voy a enrollar con el primer hombre que me parezca medianamente pasable. Debe ser eso, que me falta adrenalina y un buen rollo.

Así se me pasa la tarde entera en el trabajo. Pensando, charlando con alguien que hace tiempo ahí, y planeando a dónde iré. Es la hora de cerrar, doy vuelta el cartel de la puerta así me aseguro que nadie entre a último momento y me dispongo a revisar las lavadoras para verificar que nadie se haya olvidado algo. Voy mirando ya cinco y la sexta me llama la atención: alguien se olvidó algo, y no es de cualquier color, es de ese color que jamás voy a querer volver a usar en mi vida. Me tiemblan las manos, pero me dispongo a sacar ese sweater horrible que hay ahí. Abro lentamente la puerta, estiro mi mano, saco la prenda y tengo un flashback. Zulema llorando arriba mío mientras por fin vuelvo a respirar. Jamás voy a olvidar su cara en ese momento, realmente no parecía que fuese alguien que me quisiera matar. Cierro la puerta y siento el olor a Zulema, ese aroma que tiene y me dejo envolver sintiendo que me abraza y por un momento deseo que eso fuera verdad. Es tanta la rabia que me da por mi pensamiento que le doy con el puño cerrado a la puta lavadora. Termino de cerrar el local y salgo como fiera enjaulada hacia el bar que había decidido.

La música no me encanta pero para pasar el rato está bien. Es una cantina que parece que no sé remodela desde hace veinte años por lo menos pero tienen unos tragos de autor muy recomendados. Me hago ojitos con uno de por ahí, al rato se acerca. Charlo con él como si estuviese en verdad interesada y al rato nos estamos besando. Una luz me hace abrir los ojos y veo el titular: Zulema Zahir queda en libertad mañana. Por un momento me pierdo y cuando recobro mis sentidos el tipo me pregunta si me pasa algo. Aturdida saco dinero, lo dejo sobre la mesa y me voy.

Volviendo al ruedo 🔥 Zulema y MacarenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora