Capítulo 3.

322 30 3
                                    

Alquilo un auto y pienso que en verdad debería comprarme uno. Siento que estoy completamente loca. El corazón se me sale del pecho, tengo palpitaciones, por momentos me recorre un escalofrío. No puedo creer lo que estoy haciendo. No entiendo por qué pero tenga esta necesidad. Quizás, me digo y finalmente lo tomo por válido, es porque salir y no encontrar a nadie fue el peor incentivo de mi historia y no quiero que le suceda lo mismo. Sí, definitivamente es eso. Acelero porque voy a llegar tarde y es mi única oportunidad. Mi única oportunidad?! Estoy loca o soy tarada por qué pienso eso?

A lo lejos la veo, la mayor hija de puta del condado, y no puedo creer verla. Está sentada, igual que estuve yo y me alegra haber tomado la determinación de venir por más que ni bien me vea me putee y no me de ni la hora.

Paro el auto a su lado y ella no levanta ni la vista: no espera a nadie. Pongo el freno de mano y por más que siento que las piernas me fallan bajo. Me apoyo en la puerta y me cruzo de brazos. Ella lentamente recorre mi cuerpo con su vista y yo me muevo aún más nerviosa. Cuando hacemos conexión con las miradas ella abre los ojos más grandes, no sé cómo puede hacerlo con lo grande que ya de por sí son esos ojos negros penetrantes que tiene. Y se me queda mirando, en silencio. La brisa hace que un mechón se coloque delante de su cara y yo quiero agacharme y ponérselo detrás de la oreja.

No puedo creer estar así, así que rompo el silencio y con mi mejor voz de fingido desinterés hablo:

           - hola Elfo del puto infierno

Ella se ríe con ganas, hace cuánto que no escuchaba su risa? Es que el último año lo pasamos encerradas en lugares diferentes. No supe más nada de ella hasta ahora. Ella permanece callada, ni siquiera un ademán de hablar.

           - cuando salí de este puto infierno estaba sola, nadie vino a buscarme y esa sensación de desolación que tuve no se la deseo ni a mi peor enemiga

           - supongo que entonces por eso decidiste venir a buscarme,

Me dice eso y quiero hasta gritarle un rotundo no bien frente de su cara, pero en vez de eso juego con las llaves, sonrío y subo al auto. Ella se levanta, me vuelve a mirar, se queda un minuto que parecen diez ahí parada, se ríe, y comienza a caminar hacia el auto. Se sube

           - Rubia, te tengo que enseñar cómo se prende el motor? vamos, arranca de una vez y seamos Telma y Louise pero sin chongo de por medio al que matar. Realmente voy a permanecer "limpia".

Arranco, sin saber en verdad a donde ir.



Les leo a ver qué opinan!! Pórtense mal.
Beso, Nadja 🖤

Volviendo al ruedo 🔥 Zulema y MacarenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora