Capítulo 4.

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Hace ya una semana que salí de aquella mierda y estoy tan decidida a dejarlo atrás que hasta yo me sorprendo. Es que mi vida estuvo llena de mierdas pero en estos últimos años entre que dejé de escapar y decidí aceptar, acepté que era yo quien ahora me tenía que dar bueno momentos.

Se me viene a la cabeza ese momento en el que estaba esperando ese bus que nunca llegó, por suerte, y se baja la rubia loca de aquel auto, aún no lo puedo creer. Me tomó por completa sorpresa, y en otro momento de mi vida, esa sorpresa me hubiese enojado muchísimo porque no me gustaba que me agarren desprevenida allá adentro, pero realmente esa acción fue un gran momento para mí.

Ahí estaba, parada frente a mí, más madura, con el pelo más largo, con ropa elegida por ella, desafiándome con la mirada. Esboza con su mejor voz de niña pija que no me creo el por qué me fue a buscar y desliza que no le desea eso ni a su peor enemiga, le respondo y sube al auto. Si supiera que para mí dejó de ser eso hace tanto tiempo ya. Rubia tarada.

Me detengo frente a este pensamiento. Hacía ya bastante que no la vía, estar fuera realmente le había sentado bien. Qué será de su vida? Me doy cuenta que la extrañé pero ese es un sentimiento que no me voy a permitir aceptar. Finjo una risa para que no se note mi cara de pena y subo al auto. La pincho y arrancamos.

Íbamos en completo silencio, ya pasaron quince minutos y ninguna decía nada, supongo que el impacto por vernos fuera de la carcel no era fácil de digerir. Voy pensando en qué voy a hacer ahora. Como ayuda para la reinserción el Estado otorgaba una vivienda en la que se podía estar hasta un año, los primeros meses gratis y luego pagando un alquiler muy barato.

Cambio la emisora, pongo una música que me gusta de fondo y me decido a hablar.

           - Rubia, seguramente ya estarás en tu departamento, uno igual al que me otorgaron a mí supongo, te molestaría alcanzarme a esta dirección?

           - ah, sí...claro. Pensé que quizás te gustaría dar una vuelta por ahí, es sábado y tengo el día libre

           - me parece bien.

Digo sin más aclaración. Pasar tiempo al lado de ella eligiéndolo me parece una cosa de película, de película de ciencia ficción. Me pregunta que a dónde quiero ir y se ríe ante mi idea de ir a un parque de diversiones. Es que si quería volver a empezar, quería hacerlo desde el inicio, y darle diversión a esa niña que fui y nadie cuidó ni le dio la infancia que debía de tener.

Pasamos una tarde realmente encantadora, Macarena a veces me miraba tan intensamente que me hacía dar un escalofrío, hasta gané un peluche ridículo que se quedó la rubia, abrazándome y dejándome su olor pegado a mi cara. En otra ocasión eso me hubiese parecido una mierda pero ahora me generaba otra cosa. Comimos comida completamente chatarra y el aire a libertad tenía el mejor perfume que podía existir. Quien me narrara esta escena junto a la rubia hace años atrás, hubiese creído que era un delirante.

Ya era de madrugada, nos subimos al auto y emprendimos viaje a la que sería mi casa. Estaba turbada ante esta idea. Macarena apagó el auto.

           - supongo que acá se termina

          - sí...

Dice la rubia sonriendo. Me acerco y de imprevisto le doy un beso, ella se gira y le estampo la boca en la comisura de sus labios, me quedo ahí un momento que parece un siglo, respiro su olor, me despego y bajo del auto sin mirar atrás.

Pasan los días volando, consigo trabajo en un lavadero de autos de mierda. Como queda muy lejos de la casa que me otorgaron me asignan otra y en menos de diez días me mudo dos veces. Pasa mi primera quincena entre trabajo, asistir a firmar unos papeles por estar libre, aparte tengo que asistir a un grupo de terapia que igual me parece hasta divertido donde conozco a la Flaca de la cual me hago rápidamente amiga. Y acá me encuentro, sentada en el sillón recordando ese instante fugaz con Macarena y odiándome por no haberle pedido ninguna clase de contacto. Es que no imaginé que a los tres días me mudaría de ahí, y que de ese modo perdería toda oportunidad de contacto. Me siento una estúpida por esto, pero aún más porque por momentos imagino sentir su perfume, imagino tenerla pegada a mi en un abrazo.

Y así, casi sin darme cuenta van pasando los meses que se convierten en un año.  


Hagamos ese jueguito de que si comentan les subo más caps, jaja

Beso, Nadja🖤

Volviendo al ruedo 🔥 Zulema y MacarenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora