Chapter 3

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Al despertar al día siguiente Angie seguía roncando a mi lado, ya que vivíamos juntas y nos habíamos acostumbrado a dormir juntas a pesar de que cada una poseía su cuarto, pero siempre terminábamos durmiendo juntas, elegí un bonito vestido mangas tres cuartos color blanco con una línea negra en el dobladillo ya que me serviría para ir al trabajo y también para la dichosa cita que tenia con ese tal Bastian, espero que este día pase rápido, también tenia que llamar a Edward para saber cuando venia su amigo del cual ni siquiera el nombre sabia, al entrar a la cocina ya estaba Dorothea con mi desayuno listo.

- Buenos días Dorothea - dije con una sonrisa.

- Buenos días a ti también Ali - dijo correspondiendo a mi sonrisa - ¿Angie ya despertó?

- No, se quedara durmiendo un poco mas, hoy no tiene ninguna cita a la mañana - respondí terminando mi desayuno que consistía en una taza de café para llevar y una tostada con mantequilla.

- Voy a despertarla a las 9:00am para que pueda realizar sus ejercicios y luego le de tiempo de comer algo antes de ir a trabajar - dijo en un tono que sonó como medio pregunta medio afirmación.

- Me parece perfecto - dije parándome - hasta la noche Dorothea.

- Espera, ¿que quieres que cocine para la cena de esta noche?

- No lo se, Angie tuvo la grandiosa idea de citarme con un perfecto desconocido, asíque no cenare aquí, puedes preguntarle a ella que se le antoja - dije saliendo de la cocina con mi taza de café en mano.

Cuando iba saliendo de la puerta principal oí el estruendoroso sonido de la risa de Dorothea, Sebastian ya estaba esperando para dirigirnos a la oficina.

- Hola Sebastian, hoy iré en mi auto, puedes tomarte el día libre - dije con una sonrisa.

- Hola a usted también Alice, esta bien, espere aquí le traeré su auto - dijo dirigiéndose a el garaje.

- Esta bien, hoy voy a llevar de paseo al Aston Martín.

Sebastian vino con mi precioso bebe y me entrego las llaves, para ser una mujer amaba los autos deportivos, tenia toda una colección de relucientes coches en el garaje, subí y me dirigí a las oficinas, al llegar Rita estaba esperándome impecable como siempre, nos pusimos a revisar todas las tareas que debíamos realizar hoy, le informe que me retiraría mas temprano para encontrarme con Bastian en el HKK London, debo darle el crédito por elegir ese lugar ya que me encanta la comida china.

- Hola Rita, ¿como te trata la vida? - dije en un tono divertido.

- Hola señora, hasta ahora perfectamente - respondió con una sonrisa - el señor Edward esta en la línea uno.

- Esta bien, puedes retirarte - dije tomando el teléfono y marcando el 1.

- ¿Hola? ¿Eddie?

- Hola Ali - dijo animado - quería hablar contigo sobre el tema de Stephan.

- ¿Stephan? ¿Quién es? - replique sin entender.

- Si, Stephan es el nombre de mi amigo, llegara en dos semanas contando desde hoy - respondió.

- Ah, esta bien entonces cuando él llegue tu me avisas y yo voy a darle un espacio en mi agenda para el día siguiente - dije complacida con mi decisión.

- Esta bien, hasta luego, voy a hablar con Angie para comentarle lo de Stephan - se despidió haciendo el sonido de un beso.

Después de hablar con Edward me puse a terminar con los documentos perfectamente ordenados sobre mi escritorio. Al finalizar la ultima reunión del día me encamine al lugar citado, al llegar el chico del servicio de valet miro con codicia a mi preciosa joya y se lo llevo, al entrar di el apellido de Bastian el cual era Shup y me guiaron a la mesa, el todavía no se encontraba en el lugar, pero yo venia con 10 minutos de antelación asíque el no estaba llegando tarde, si eso llegara a pasar se lo haría notar ya que odio la impuntualidad, cuando estaba matando el tiempo jugando con mi celular siento que alguien se posa a un lado mío, subo la mirada y me encuentro con un impecable y apuesto hombre de unos veintitantos o treinta y pocos de cabello castaño y unos ojos color gris, me sorprendió lo apuesto que era.

- ­­­­¿Tu eres Alice? - dijo con una deslumbrante sonrisa blanca y de dientes perfectos.

- Si, y tu seguro eres Bastian - dije un poco sonrojada porque sinceramente con ese nombre me parecía que iba a aparecer un viejo calvo.

- Espero no haberte hecho esperar mucho - dijo tomando asiento.

- No, para nada yo llegue muy temprano - replique con un gesto de despreocupación.

- Una chica puntual eh - respondió divertido.

- Sip - dije mirándolo bien, pues tenia un porte medio raro.

- Ya se que soy hermoso, pero deja de mirarme así - dijo sin poder contener la risa, enseguida me di cuenta de que me iba a caer muy bien.

- Lo siento - respondí roja como un tomate - es que tienes algo raro - dije sinceramente.

- Seguro ya has notado que soy gay - respondió divertido.

- ¿QUÉ? - dije sorprendida - y si se puede saber, ¿Por qué estas en una cita con una chica definitivamente hetero?

- Lo que sucede es que mi hermano no puede soportar que no me gusten las mujeres y por eso me consigue estas citas - dijo encogiéndose de hombros.

- Y ¿tu por que accedes? - pregunte muy extrañada.

- Para hacerlo feliz - respondió con resignación.

- Que estupidez, no tienes por que hacerlo, el debe aceptarte tal y como eres - dije con un poco de enojo, no soportaba a las personas que eran así.

- Bueno, ya dejemos de temas molestos - dijo dando una palmada.

Así transcurrió nuestra cena, Bastian era muy divertido, nos intercambiamos los números y prometimos estar en contacto, no había conseguido un novio pero si un futuro gran amigo. Al llegar a casa Angie no estaba y tampoco Dorothea así que me prepare para ir a la cama cuando estaba acomodándome recibo un mensaje:

Angie: Holaaa, esta noche me quedo en la casa de mi Eddie, besos.

Alice: Esta bien, por favor no te embaraces todavía.

Angie: JA JA JA muy graciosa amiguita, vete a dormir y no molestes a nosotras las personas que si tenemos vida sexual.

Alice: Hey! Eso es jugar sucio Angelique.

Angie: Eso es solo la verdad, no puedes seguir siendo virgen a los 25.

Alice: Ya no hablo contigo. Chau.

Alice: Ah! Y eso NO ES DE TU INCUMBENCIA!!!!

No me gustaba que las personas critiquen mi vida sexual, tenía bastante con mi madre que no dejaba de molestar con el tema de conseguir un marido, me tape hasta la barbilla con la sabana y me dispuse a dormir.

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