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Aquella misma noche apenas conseguí dormir. Cada vez que cerraba los ojos lo único que podía ver eran los ojos de Taehyung y su gran sonrisa, dedicada a mi. Mi mente me debe odiar, porque no dejaba de repetir una y otra vez nuestro último encuentro. Si Namjoon no hubiera entrado, ¿cómo hubiera acabado todo?. ¿Hubiera sido yo capaz de echarle en cara el haberme dejado de lado todo este tiempo? ¿O hubiera caído ante él otra vez, tal y como cuando éramos amigos?.

El sonido de una llamada entrante me despertó de mis pensamientos. Leí el identificador antes de responder, era Amanda.

–¡Grace, por fin respondes! No te vas a creer quién me acaba de enviar un mensaje...

–Hola a ti también, Mandy. -rodé los ojos aunque ella no pudiera verme. 

–Sí, sí, hola. Es que es tan raro todo...

–A ver, dime, ¿quién?.

–¡Taehyung! El chico que iba en primero a nuestra clase, ¿te acuerdas de él?

¿Qué si me acordaba? ¿En serio?. Conocí a Amanda cuando empecé el instituto, por lo que ella no sabe mi historia completa con Taehyung, pero, vamos, todos nuestros compañeros de clase, incluso algunos profesores, sabían que había algo extraño entre nosotros.

–Claro, sé quién es. Pero, ¿por qué te ha escrito? ¿Algo importante?.

–Uhmm dice algo sobre si le puedo prestar un libro de lectura para una de sus clases. 

–¿Y qué le has dicho?

–No le pienso responder. ¿Nos hablamos? No. ¿Somos amigos? No. Que se lo pida a otra persona.

–Podrías al menos decirle que no lo tienes, no sé, mejor eso que ignorarlo, ¿no?. -terminé de atar mis botines mientras aguantaba el móvil en mi hombro derecho.

–Grace, ¿qué dices?. Pero si a ti también te cae mal, es del peor grupo de bachillerato.

–No es que me caiga mal, sólo que no hablamos.

–Sí, claro. Bueno tengo que colgar, sino llegaré tarde. ¿Me esperas en la puerta de clase?.

–Claro, Amanda, nos vemos allí.

–¡Adiós!.


¿Qué sentido tenía llamarme para explicarme el mensaje si ni siquiera le pensaba responder? ¿Y por qué Taehyung no me preguntó a mi? Es decir, hace unos años hablaba también con Amanda, pero de eso hacía mucho, no tiene sentido. Aghh, Grace, ¡deja de analizar todo lo que hace!

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–Grace, ¿puedes venir? Quiero comentarte algo. 

–Claro, profesora. -Era extraño que la profesora de Literatura me llamara a su mesa, pero intenté relajarme.

–Verás, sé que aún faltan cinco meses pero ya sabes que me gusta tener las cosas planificadas con tiempo. 

–¿Es sobre la obra de teatro?

–Por eso me gusta contar contigo, entiendes deprisa lo que quiero decir. -sonrió. –El año pasado sorprendiste mucho, lo cierto es que nadie esperaba que te apuntaras a la obra, pero lo hiciste muy bien. Quería saber si este año también te apuntarás, más que nada porque estoy entre varias opciones y quiero saber de quién dispongo.

–Oh, pues aún no lo he pensado bien...

–Es tu último año aquí, deberías tenerlo en cuenta.

Gracias, profesora, lo que más necesito ahora es que alguien me recuerde que no tengo ni idea de cómo será mi vida el siguiente curso.

–Gracias, lo pensaré. -sonreí.

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Me siento sola, triste, sin encontrar un motivo válido por el que estar así. Y es en momentos como este en los que más te echo de menos. Tu siempre sabías qué decir para animarme. ¿Sabes? todavía conservo uno de los libros de cuarto de primaria, lo mantengo escondido en el fondo de mi armario para que nadie lo encuentre y me pregunte por qué lo tengo. ¿Tú guardas el tuyo? ¿Se lo dijiste a alguien más?. Siempre pensé que las historias del bien y el mal estaban dedicadas a aquellos que no tenían en qué creer, pero me equivocaba. Nosotros fuimos los protagonistas de una de esas historias, y sin darnos cuenta le pusimos fin. Nunca fui valiente para decírtelo, pero todavía te echo de menos, y no sé si algún día podré superarte. 


Serendipity | Kim TaehyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora