Capítulo 1

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Mahir llegó con un ramo de flores hasta la puerta y ella sentía que no podía perdonarlo, estaba harta de las intrigas con él...

Él intentó convencerla, bromeó con ella, intentó que al ambiente cambiara, pero ella se sentó en el sillón no bien subieron y él se dio cuenta de que estaba molesta en serio...

-       Tienes razón...- le dijo cuando se sentó a su lado. Ella no lo miró- pero sé que tienes hambre... ven...- dijo y le besó la mano- comamos juntos...

-       No tengo hambre...

Él elogió el postre y ella le dijo que lo había hecho una vecina. Mahir se puso a la defensiva, tenía pánico de que ella se enterara de la verdad por alguien que no fuera él... comenzó a preguntarle qué habían hablado y ella lo tomó peor... se quejó de que él quisiera mantenerla en secreto y aunque él quiso explicarle, ella no entendió razones...

Finalmente, Feride volvió a echarle en cara que él no era sincero con ella y él trató de explicarle, pero no encontró las palabras, y además sintió que no era el momento de hacerlo...

-       ¿Qué pasaría si me dijeras tu nombre? ¿Qué pasaría? ¿Se caería el cielo? ¿Qué pasaría? Es solo un nombre...- le dijo llorando- O si conociera a alguien de tu familia... sólo a alguno de ellos, aunque fuera de lejos... si tan solo me dijeras una verdad ¿qué pasaría? No puedo entender de que forma podría yo dañar tu misión...  Siempre dices "Feride no preguntes" "Feride ya no quiero mentirte" Dime entonces ¿por qué me mientes? Sabes bien que tu verdad será secreto en mi corazón... daría mi vida antes de decir siquiera tu nombre...

-       Feride por favor confía en mí...

-       Confío en ti... confío tanto que dejé mi familia atrás... tanto que he olvidado quién soy y mi carrera... pero tú eres quien no confía en mí...- ella estaba demasiado dolida- no confías en mi y saberlo duele mucho...

Feride esperó un momento, creyendo que él reaccionaría y por fin hablaría...

-       A veces, estar perdidamente enamorado no es suficiente... no es suficiente ver el amor que sientes por mí en tus ojos... quiero estar en tu vida, quiero que tú estés en la mía... pero tú no quieres eso...- lo vio cerrar los ojos, seguir conteniéndose- ¿no tienes nada que decirme? - le dijo llorando y al ver que él seguía sin reaccionar, quiso escaparse, irse a la habitación, tenía que tranquilizarse.

Apenas había alcanzado el primer escalón para subir, y sintió las manos de él en su cintura, la cabeza de él en su cuello, la diferencia de estatura creando la ilusión de que ella era apenas más alta que él...

-       Feride...- le dijo sobre su piel y la apretó más contra su cuerpo.

-       Por favor... te lo ruego...- le dijo ella y él la hizo girar y miró sus labios, apoyando su frente sobre la de ella, obligándola a agacharse un poco.

Mahir buscó sus labios y ella no pudo hacer nada más que entregarse con pasión a un beso húmedo, tibio, tan intenso que ella nunca había sentido tanta entrega de él en los besos que habían compartido...

La exploró con insistencia, como si todas las barreras que él reprimía se hubiesen derrumbado y quisiera demostrarle todo lo que ella despertaba en él de esa forma...

Feride no podía pensar... no quería hacerlo, sentía que su cuerpo ardía en deseos de que él la acariciara, que besara su piel y que cumpliera con todos esos deseos que ambos tenían desde hacía siglos...

Feride se encontró atrapada contra la pared y sintió el deseo de él sobre su pelvis...

Señales de alarma se encendieron en una parte de su cabeza y lo empujó con fuerza, sentía que sería su última posibilidad de hacerlo...

Adiós, SalihDonde viven las historias. Descúbrelo ahora