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El momento de acordar formalmente el matrimonio había llegado. El general Hwang y su esposa se pusieron en marcha al palacio muy temprano en la mañana, ni siquiera Hyunjin estaba despierto cuando se subieron al transporte.

Solamente la abuela Hwang sabía la hora y al lugar a donde su hijo y su nuera se dirigían con tanta felicidad. Pero también la preocupación la invadía, ¿cómo actuaría su nieta ante un matrimonio forzado? La chica era joven y juventud muchas veces es sinónimo de rebeldía, impulsividad, inentendimiento de algunas cosas que no salen a favor de uno.

La vio dormir cómodamente entre sus mantas. Los recuerdos comenzaron a llegar a la mente de la anciana mujer: cuando nació su nieta, la primera palabra, cuando aprendió a caminar... Cuando empezó a crecer, esperaba vivir para verla enamorada, feliz y casada a su voluntad.

Hyunjin dormía en la habitación contigua, roncando con la boca abierta y unos hilos de babas chorreaban por la mejilla, la señora río al observarlo. Su nieto era un desastre, sí. Digno hermano de Hwang Hyunwa, digno hijo del suyo propio.

 Digno hermano de Hwang Hyunwa, digno hijo del suyo propio

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Hyunwa.

Una hora más tarde, cuando el sol se encontraba mezquinando aún sus rayos luminosos, me desperté por el aroma al desayuno. Mi nariz de parecía tener vida propia, ¡olía a té con jazmines! Agraciado con la mano de Buda sea aquel que haya realizado su hallazgo.

Era consciente de que día era y que sucedería. Aunque la noche anterior dije que quisiera no despertar más, lo dije tan alto y lo deseé tanto mirando a la luna que seguramente mi abuela me habrá oído. Solté un suspiro, totalmente decidida a darle orgullo a mis padres al menos una vez en mi vida, a pesar de que pusiese mi felicidad en juego.

Muchas señoras ya casadas, amigas de mi madre, me habían que los generales del ejército de la nación eran los mejores maridos, los dueños de una gran casa, de mucho dinero, de un importante apellido, que le aseguraba tener hijos tan bellos como un campo de flores en plena etapa de floración. Cabe destacar que estas mujeres ni siquiera estaban casadas con generales, sólo algunas tenían la dicha de ser madres de soldados y esposas de comerciantes regularmente importantes en el mercado.

Y las flores me dan alergia.

—¿Qué pasa si no quiero?— me pregunto a sí misma, mirando al techo, donde las maderas se unían y detalles de flores de cerezos se lucían —. No quiero pero debo. Mamá dice que querer no es poder.

—Poder tampoco es querer, Hyunwa— toqué mi pecho, como sí fuese a morirme por algo punzándome ahí. El miedo tocándome como aguja el alma, estremeciéndola. La abuela me contemplaba como si fuese la más fina joya desde la puerta corrediza.

Ella decía eso seguido, que yo era incluso más valiosa que una joya para mi abuela. Su única nieta mujer ya que su otro hijo había tenido dos hombres que veía con poca frecuencia, puesto que vivían en el lejano Qin, así que sus dos nietos menores eran a quienes veía con frecuencia y quienes eran consentidos por ella.

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⏰ Última actualización: May 04, 2022 ⏰

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❥ the prince ┋ kim seungminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora