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El inicio de todo.


Miraba el reloj atentamente, contando los segundos que quedaban para salir de la cárcel en la cuál me encontraba en ese momento. Me puse mis audífonos, busqué una buena canción y me relajé en mi haciendo.

-¡Quien no haya terminado los ejercicios no saldrá de esta sala!- Rodeé los ojos al escuchar al profesor de matemáticas , el pobre no tenía autoridad dentro de esta sala llena de idiotas.

Mientras me relajaba, sentí cómo algo chocaba contra mi cabeza, al girarme vi una bola de papel en el suelo, a mi lado. Me quité los audífonos y los dejé sobre la mesa.

-Muy madura Valentina- Dije mirando a la chica rubia que estaba a unos metros de mi - Si tienes algo que decir dímelo ahora- Ella se rió.

-Eres una puta.

Seguido de sus palabras, se escuchó un gran "oh" de todo el salón, quiénes de pronto estaban más preocupados de nuestra pequeña pelea que de sus asuntos.

-¿Qué dijiste?- Pregunté, acercándome lentamente, mientras la observaba fijamente, sintiendo mi sangre arder debajo de mi piel.

-Profesor , ______ me está molestando- Valentina gritó, llamando la atención del profesor.

-¡YA ESTÁ BIEN!- toda la sala quedó en silencio -______ Toma tus cosas y vete donde el director y el resto de ustedes se quedarán 30 minutos más como castigo.

-¡YO NO HE HECHO NADA , ELLA ME INSULTÓ!

Me defendí pero no sirvió, el profesor caminó hasta la puerta y la abrió haciendo un gesto con la mano. Me acerqué a mi mesa y guardé mis cosas, caminé con notorio enfado hasta fuera de la sala y cerré la puerta.

Por la ventana pude ver a Valentina riéndose con sus amigas y cuando me vio no dude en levantar mi dedo medio con orgullo.

Caminé con mi mochila al hombro hasta que llegué a la oficina. Al verme entrar, la secretaría hizo una pequeña mueca.

-¿Otra vez aquí?- Dijo con un tono de preocupación -¿Qué hiciste?- Me dejé caer en la silla que estaba frente a ella.

-El profesor me echó por un pequeño malentendido, nada más.

-Debes tener cuidado, no te pueden estar echando de clase siempre- Ella abrió un cajón y sacó un dulce.

-Ya lo sé, tendré cuidado la próxima vez- Me entregó el dulce y lo guardé en el bolsillo, con una sonrisa en mi rostro.

Ella tomó el teléfono y marcó al director, avisándole de mi presencia. Luego de un intercambio de palabras, ella cortó y yo comencé a caminar hacia la oficina del director, a un paso lento.

Golpeé suavemente la puerta, y luego de escuchar un "Adelante" abrí la puerta y dejé notar mi presencia.

-¿Tú de nuevo?- Rodeé los ojos y me senté tranquilamente -¿Qué pasó?- Tomé un poco de aire antes de explicar.

-Una compañera me insultó, me defendí y el profesor de Matemáticas me mandó acá. Realmente no he hecho nada malo, pero creo que él estaba teniendo un mal día y se terminó desquitando conmigo.

-Ya nos han llegado bastantes reclamos del profesor...- Dejó la frase sin terminar y luego de un rato volvió a hablar -Mejor te vas a casa y hacemos que nada pasó acá, no le avisamos a tu madre y te evitas un gran castigo, ¿Te parece esa idea?

-Muy bien- Me despedí y abandoné la oficina, para después terminar de abandonar el establecimiento.

Caminé hasta la parada de autobuses y me senté, rebusqué en mi mochila mi cajetilla de cigarros y saqué uno, lo puse entre mis labios y lo encendí, buscando relajarme.

-Una señorita cómo tú no debería fumar- Rodeé los ojos al escuchar la voz.

-Yo decido como acabó con mi vida, Carlos- Lo miré directamente y el sonrió, se sentó a mi lado dejando su mochila sobre sus piernas.

-Tengo algo para ti- Abrió la mochila con cuidado y dejo ver dos botellas de cerveza.

-No, gracias- Me aparté unos centímetros de él -Sabes que estoy intentando dejar esas cosas.

-Pero sigues fumando...- Me miró con una ceja alzada.

Le sonreí sarcásticamente, y me levanté. No tenía ganas de escuchar a Carlos regañarme como si fuera mi madre.

-¿Donde vas?- Preguntó cuando me vio alejarme de él.

-Camino al estudio, que voy tarde.

Mentí, no iba tarde en absoluto, pero si me quedaba con él no podría aguantar no regañarme por fumar, y aquello me molestaría más.

Comencé a alejarme aún más, deseando llegar al estudio y comenzar a bailar rápidamente, para poder liberar mis emociones.

****

Salí del estudio y decidí ir a dar una vuelta a una pequeña plaza cerca de mi casa , una plaza que solía visitar bastante más hace unos años pero con los ensayos cada ves voy menos. Caminé y doblé en una esquina a la izquierda tan rápido que choqué con alguien. Al caer me golpeé la cabeza contra el piso y cerré los ojos instantáneamente

-Lo siento- Abrí los ojos y distinguí una silueta de pelo corto -Ven, te ayudo- Me extendió la mano y la tomé, levantándome con su ayuda.

-Perdón, no te vi- Me fijé bien en la persona que tenía en frente, era una chica de pelo corto, lentes negros y bastante guapa.

-Yo tampoco te vi a ti- Ambas nos levantamos y ella levantó mi mochila del piso -¿Cómo te sientes?- Puse mi mano en mi cabeza.

-Estoy algo mareada, pero bien- Ella me entregó mi mochila y me la puse en el hombro.

-Mejor nos sentamos un rato- Asentí con cuidado, ella puso su mano en mi brazo y me ayudó a llegar a la banca que estaba frente a nosotras.

Después de ese golpe, sentía que todo mi mundo se había mezclado.

Mi mejor elección |Rakkun y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora