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*Narra ____*

Caminaba sin ninguna dirección específica, lágrimas brotaban de mis ojos y las secaba con la manga de mi camisa. Me sentía culpable en parte, pero sabía que no solo era culpa mía.

Rakkun, la persona que en cuatro días cambio mi mundo totalmente y yo el suyo, supongo.

Un ruido me sacó de mis pensamientos, busqué mi teléfono en mi bolsillo y al sacarlo, el nombre de "Rakkun♥" iluminaba toda la pantalla. En un rápido movimiento corte la llamada y silencie el teléfono.

-Déjame en paz- Dije con el teléfono en la mano aún. La pantalla se volvió a iluminar mostrando el mismo nombre que antes, parece que no tenía intención de dejar de llamar -Vamos, corta- Mire la pantalla fijamente, aunque seguía llamando -Déjame- Las lágrimas volvieron a salir con más rapidez que antes. Me detuve en seco ya que las lágrimas nublaban mi vista. Necesitaba devolverme, necesitaba ir a la plaza y ver que nunca nada pasó. Corrí por el mismo camino que veía hasta llegar a la pequeña plaza... vacía; caminé hasta la banca donde estamos y me senté recuperando el aliento. Saqué mi teléfono y tenía tres llamadas perdidas y dos mensajes de la misma persona: Rakkun.

*****

-Eh oye- Sentí una mano en mi hombro y levanté la vista -¿Estás bien?- Era una chica castaña, tenía un delantal negro con el logo del café que se encontraba frente a nosotras. Asentí y volví a bajar la vista.

-Estoy bien- Sequé mis lágrimas. La chica se sentó a mi lado

-¿Bien?- Dijo cuando se sentó -Llevas unas cuatro o cinco horas aquí sentada, llorando- Al escuchar esas palabras sentí mi estómago rugir, la chica rió -Si me acompañas al café te puedo dar algo para comer- Asentí y me levanté con cuidado.

Caminamos hasta la cafetería que al entrar te llenaba de olor de café. Me guío hasta una mesa que estaba bastante alejada del resto, me senté y ella se fue para luego volver con un café y un muffin.

-¿Tú jefe no te dirá nada por sentarte con un cliente en vez de trabajar?- Aquella chica rió mostrando sus blancos dientes

-Soy la hija del dueño del café- asentí y tomé la taza entre mis manos -Mi padre siempre me dice que sea buena con la gente- Tomé un poco de café e inmediatamente recuperé energía.

La chica se mostraba bastante simpática mientras conversábamos, en todo momento ella evitó preguntarme el porque estaba llorando sola en la plaza, seguramente para no molestarme lo cuál agradecí mentalmente.

-Y¿trabajas?¿Estudias?¿Vives la vida loca?- reí con las preguntas

-Estudio y sí, vivo la vida loca- Ambas reímos -¿Y como te llamas?- Pregunté después de darme cuenta que todavía no sabía si nombre

-Me llamo Marie- Sonreí al escuchar su nombre

-Me llamo ____- Nos dimos las manos como si nos estuviéramos recién conociendo

-Ya- Dijo Marie -Voy a volver a trabajar- Se levantó y me sonrió

-¿Y la cuenta de esto?- Dije señalando la taza vacía y el platillo

-Esta vez invito yo- Negué con la cabeza rápidamente

-No, gracias- Dije sacando la billetera -No es necesario- Marie puso su mano en la mía

-De verdad lo digo, esta vez invito yo- Sonreí y Marie hizo lo mismo -Tengo que volver a trabajar- me despedí con un beso en la mejilla -Voy por una bandeja y vuelvo- Aproveche para dejar algo de dinero al lado de la taza e irme lo más rápido posible. Salí y saqué mi teléfono, volví a mirar las llamadas perdidas de Rakkun. Decidí ignorarlas completamente, era lo mejor. Volví a mirar la pantalla y vi que me llamaba Carlos, decidí contestar.

-Tengo cita para curar el corazón,¿Te apuntas?- Sabía perfectamente el significado de esas palabras. Comencé a caminar nuevamente sin rumbo

-No, gracias- Respondí -Te dije que estoy dejando de tomar alcohol y fumar- Hubo una risa al otro lado del teléfono

-Oh, vamos- Carlos hablaba entre risas -Eso ni tú te lo crees- Rodeé los ojos y contesté

-¿Ya estás borracho?- Las risas aumentaron -¡POR DIOS! Es demasiado temprano aún- Ese era uno de los problemas de Carlos, el alcohol.

-No estoy borracho, estoy feliz- Ahora no solo escuché sus risas, escuché risas de más personas

-Dame eso- Escuché una voz diferente y un ruido por la línea -Hola ____, soy Charlie- Suspiré al escuchar su nombre

-Dime que lo estás cuidando- Se escuchaban reclamos de el otro lado de la línea

-Si, yo me encargo de él- Charlie era un chico callado, bastante frío y serio pero siempre se preocupaba por Carlos. A pesar de que no lo conozco mucho puedo decir que es una buena persona -Me tengo que ir, se están descontrolando- Escuché más reclamos y gritos

-Cuidalos y cuídate tú- Dije antes de que la llamada se cortara. Suspiré y decidí llamar a Rakkun

-____, me tenías preocupada- Le creí ya que contestó inmediatamente

-No era mi intención, de verdad- Me disculpe

-Tranquila, te creo- Hubo un pequeño silencio -Te extraño- Me sorprendí por esas palabras, sentí ganas de abrazarla -Dime dónde estás y voy por ti- Hice una mueca aunque ella no me viera

-Rakkun...- Me interrumpió

-Necesito verte y arreglar esto- Suspiré

-No es bueno- Respondí -Y lo sabes- Ahora ella suspiró

-Por favor...- Noté tristeza en esas palabras

-Esta bien, a las 8- No se en que me estoy metiendo

-En dos horas más...- Rakkun parecía impaciente

-Ven ahora mismo a la plaza donde estábamos- Dije sin demoras

-Voy corriendo, nos vemos- Cortó la llamada antes de que pudiera decirle algo. Reí al darme cuenta de que era la tercera vez en el día que visitaba la plaza. Empecé nuevamente a caminar hacia ese lugar, atravesando las mismas calles que hace un rato.

Al llegar tuve que esperar unos minutos hasta que vi a Rakkun llegar, al ver que se acercan mi nerviosismo se hacía más grande.

-Hola...- Dije y me levanté de la banca. Rakkun me miraba para después abrazarme fuertemente

-Soy una tonta- Dijo mientras estábamos abrazadas -Una gran tonta- La abracé fuerte

-No, no lo eres- Apoyé mi cabeza en su hombro

-Yo...no se que me pasó, de verdad- Se separó y me miró a los ojos

-Esta bien, no te sigas torturando con eso- Ambas nos sentamos y puse mi cabeza en su hombro nuevamente

-Tenemos que hablar de muchas cosas- asentí aún con mi cabeza en su hombro, estaba lista para hablar

Mi mejor elección |Rakkun y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora