Iba caminando tranquilamente a casa, cogiendo el tomo de Junji Ito entre mis manos, el fuerte y frío viento de Madrid tenía mi nariz roja, y mis orejas frías, pero estaba disfrutando mucho de este pequeño paseo.
(...)
Entré al piso y grité el nombre de mi madre varias veces, entré a su cuarto y la encontré durmiendo tranquilamente. Sonreí y cerré la puerta de forma más silenciosa posible, me hice un sandwich, un café caliente y me fui a mi habitación, odiaba ver todas las cajas en el suelo, pero no tenía energía para acomodarlas el día de hoy, así que simplemente saqué mi Mac y me dispuse a ver películas mientras disfrutaba de mi cena, eran las 11 p.m, por lo que era mejor ir a dormir. Había quedado con Loli en empezar a trabajar mañana, ya que los Domingos son bastante tranquilos, además, el lunes empezaría en el turno de la tarde ya que entraría a universidad, y tendría muy poco tiempo que perder. Mi meta era recuperarme por completo en mis clases, ser la mejor, echarle ganas esta vez, terminar de escribir mi guión, todo eso.
Me lavé los dientes, lavé la cara, me puse mi pijama y me dispuse a dormir, era tonto, pero no podía dejar de pensar en aquel chico. ¿Cómo dijo que se llamaba? Rubén...creo que era Rubén.
(...)
Mi alarma sonó a las 9 a.m, decidí que era una buena hora para salir a correr ya que no quería perder mi forma, además, sirve mucho para concentrarse y mantenerse activa, y realmente lo necesitaba en la cafetería. Corrí durante media hora aproximadamente, volví al piso y estaba muerta, mi rostro estaba completamente rojo, por lo que decidí tomar una ducha fría para terminar de despertar. Salí y desayuné mientras mi cabello se secaba, después cogí un poco de rímel, brillo labial y rubor, sólo para no verme tan muerta. Lavé mis trastes y le dejé el desayuno hecho a mi madre, quien seguía mueeeeeerta. Eran 3:56 así que cogí mis cosas y bajé tranquilamente al primer piso, entré a la cafetería, donde estaba únicamente Loli hablando con una clienta. Saludé tímidamente mientras entraba.
— ¡Hola, princesa! Ella es Miros, Miroooos, ella es la jovencita de la que te he estado hablando toda la mañana, _______ — posó su mano en mi hombro, empujándome con mucha suavidad hacia la señora sentada frente a ella.
— Hola, Miros. Un placer — dije dándole dos besos en la mejilla
— Buaaaaa, pero es que eres preciosa — dijo mirándome con los ojos bien abiertos — Creí que la Loli estaba exagerando, vienes de Barcelona, ¿cierto? — asentí con la cabeza — Ahh, con razón eres tan carismática, te juro que todos los madrileños son pero amargados, ¿Loli ya te ha presentado a Alex?
— Aún no por completo — reí un poco — Lo he visto el otro día, cuando bajé a conocer la cafetería, pero que no he hablado con él ni nada por el estilo
— Te aseguro que seréis buenos amigos, Alex es un mono, es divino — dijo ella, exaltándose, Loli rió — Bueno, me ha dicho Loli que empezarás a trabajar así que me voy para no distraerte.
Miros se despidió de nosotras con un fuerte beso y abrazo, me hizo sentir como si fuese una tía que hace mucho no veo, Loli siguió hablándome maravillas de ella durante unos minutos más, finalmente se calmó y me llevó a la parte de atrás de la cocina.
— Vale, _____, es hora de empezar — sonrió — Como puedes ver ahí está la caja, donde Alex cobra y todo eso, debió haber llegado hace media hora pero ya ves, así son los jóvenes de hoy, en fin, después está la capuccinera que será tu mejor amiga durante tu estadía aquí, ¿sabes hacer capuchinos?
Asentí con la cabeza, riendo engreídamente. Loli no tenía ni idea de lo buena que era en la cafetería Del Sol allá en Barcelona, era una máster con las bebidas y los capuchinos eran sin duda alguna mi especialidad.
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Mr. Doblas (rubius & tú)
Fiksi Penggemar__________ Soler es una chica común y corriente de 17 años. Acaba de ser transferida a una nueva escuela en Madrid, dejando atrás toda su vida en Barcelona, gracias a su madre. Su hermano, sus amigos, y toda su rutina anterior. Su vida se había vuel...