Capítulo 1: APTX 4869

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Era una noche oscura, en un lugar lejano, donde la única luz que se reflejaba era la luna. Un hombre misterioso se encontraba apuñalando incontables veces la pared con desprecio y odio, en ella un periódico con noticias y fotos del mejor detective de Japón, Shinichi Kudo.

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En un auto en medio de la carretera se encontraban nuestros protagonistas, dos aparentes niños de 7 años, tosiendo sin parar. Un pequeño azabache, de ojos azules y lentes que ocupaban casi todo su rostro, junto a él, una pequeña rubia-fresa de ojos verdes, por extraño que parezca a ambos se les pegó un resfriado y debido a que Agasa, el padre adoptivo de la niña, no se encontraba en la ciudad, Ran Mouri se hacía cargo de los dos pequeños. 

—De verdad, ¿están bien? Ai-chan, Conan-kun. —preguntó amable Ran.

—Estoy bien… —respondió el niño con la voz ronca y un escalofrío pasándole por la columna.

—No es nada. —dijo la niña aclarándose la garganta, era bastante notorio que ella se encontraba mejor que el pequeño a su lado —Tomamos unas pastillas que Agasa nos dejó. —explicó tranquila y desinteresada, incluso enferma seguía siendo ella.

—Aun así la voz de Conan-kun suena horrible, deberíamos regresar a casa para que los pueda cuidar bien. —dijo preocupada por la salud de sus protegidos.

—¡Están bien! —exclamó un moreno en el asiento del copiloto —Con el medicamento milagroso que tomaron y unos cuantos cariñitos. —dijo lo ultimo con una sonrisa burlona, tratando de molestar a su amigo, el “pequeño” solo entrecerró los ojos en su dirección, no estaba de humor para los molestos comentarios de su amigo —En unos cuantos dias se les quitará, no te preocupes. —terminó de hablar Heiji Hattori, el mejor amigo de los encogidos.

—¿Qué “medicamento milagroso” es ese? —preguntó Kazuha Toyama, la amiga y el “algo” de Hattori, en una mezcla de curiosidad y sospecha.

—Oye, no será el que trajiste cuando te vimos por primera vez en la Agencia de Detectives. —dijo con sospecha Kogoro, el mayor y el conductor —Era ese licor chino, Baigar, ¿no? —dijo con algo de duda tratando de acordarse si así era el nombre.

—¡No, no! —dijo divertido al acordarse de la primera vez que vio a Conan — Esta medicina será más efectiva que el alcohol, al menos para uno de ellos. —dijo en un tono misterioso —¿Cierto, niño? —preguntó con una sonrisa de lado, mirando a Conan.

—De todos modos., ¿estás seguro de que esto está bien? —preguntó Kazuha inconforme con la situación —La persona con la que vamos a encontrarnos escribió que tenía algo que decirle a Kudo. —dijo la chica con el ceño fruncido —¿No estará decepcionado si llegamos sin kudo?

—¿Eh? ¿De verdad? —preguntó Ran al darse cuenta que quizás su amiga tenga razón.

—Si. Alega que ha encontrado un error en una deducción detrás de un caso de asesinato que Kudo solucionó hace un año... Y quiere un encuentro para discutirlo. —explicó Kazuha lo que estaba escrito en la carta.

—Y, basado en el error de esa deducción… reinvestigó y planea revelarnos la verdad detrás de ese caso. —dijo el detective de Osaka emocionado por lo que pasaría —Bueno, le envíe un e-mail a Kudo sobre eso, quizás él también aparezca. —simuló pensar sobre eso, como si fuera cierto, haciendo que una pequeña sólo rodara los ojos sin ser vista por nadie más que su novio y su amigo.

—Pero, ¿por qué envió la carta a tu casa? —preguntó el detective inútil, desconcertado con los acontecimientos. 

—Quizás sea porque soy el mejor amigo de Kudo. —afirmó divertido Heiji, a pesar de ser cierto, esa no era la razón. 

Asesino, Shinichi KudoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora